aparición de un nuevo tipo de hechicería como "sorprendentemente similares a los temas capitalistas".
"Hablan de las brujas como empresarios que están siempre en alerta y listos para apropiarse de nuevas riquezas y poderes."
"Los brujos africanos son convertidos en la personificación de los productos caprichosos, las sirenas de los deseos egoístas."
La gente habla indistintamente de mágicas "brujas" y los ricos "grandes hombres" que "comen" las almas de la gente: la consumición de almas se cree que está impulsada por un apetito por el dinero, un hambre desatada por el colonialismo europeo.
Estas narrativas recuerdan a los cultos cargo melanesios y su necesidad de explicar las razones de todos estos bienes y las desigualdades sociales que acarrea.
Josep Martí, antropólogo, apostilla: "No es tan solo en el sentido de querer explicar el porqué de las desigualdades de la riqueza, sino de las fuerzas emocionales: miedo ante el ansia de poder o la desgracia inesperada.(...)"
Lo mismo ocurre con la creencia sobre los zombies. Edwin Ardener, que en 1963
"Lo asombroso de las zombificaciones de Haití" explica el antropólogo Nigel Barley, "es lo poco que se parecen a las creencias africanas sobre los zombies." Y es que los haitianos no piensan que los zombies son los que trabajan para los colonos, sino el egoísta que goza de un éxito notable a expensas de sus parientes. Recordemos que la de Haití es una sociedad que consiguió la libertad por una rebelión de esclavos.
Otro ejemplo del uso de la brujería con el fin de explicar la extraña riqueza creada por la economía moderna y el egoísmo que causaba, es el que cuenta M. Taussig. Había innumerables rumores en el valle del Cauca de que algunos jornaleros sin tierra y asalariados de las plantaciones, pactaban con el diablo la productividad y los ingresos, aunque morían prematuramente tras una agonía. Además, con el dinero no se podía comprar tierras o animales, porque la esterilidad del dinero se transmitía a la naturaleza y todo lo que con él se compraba dejaba de ser fértil. Sólo se podía gastar en un consumo inmediato e improductivo de mercancías lujosas, ropas finas, licores o tabaco.
Esto recuerda a la explicación de un jefe de las islas Tonga cuando oyó a un
Dijo: "Si estuviese hecho de hierro y pudiese transformarse en cuchillos, hachas y escoplos, tendría cierto sentido atribuirle valor; pero tal y como es, no le veo ninguno. [...] Ciertamente, el dinero es mucho más manejable y más cómodo, pero como no se estropea guardándolo, la gente lo atesora en lugar de repartirlo, como un jefe debiera hacer, y así se vuelve egoísta; mientras que si las provisiones fuesen la principal propiedad del hombre, como tendría que ser, puesto que son lo más útil y necesario, no las almacenaría porque se le estropearían, y así se vería forzado o a intercambiarlas por alguna otra cosa útil o a compartirlas con sus vecinos, jefes inferiores y subordinados, gratuitamente. Ahora comprendo que lo que hace tan egoísta a los papalangis [los europeos] es el dinero.""
Para Forbes, mirando la historia de esa cultura, se hacía obvia una conclusión: “Trágicamente, la historia del mundo en los últimos 2000 años es, en gran parte, la historia de la epidemiología de la enfermedad wetiko”.
“No es lógico permitir que los wetiko s realicen sus actos malvados y luego acepten su valoración de la naturaleza de la vida humana. Porque después de todo, los wetiko poseen un sesgo creado por sus propias vidas malvadas, por su propio comportamiento amoral o inmoral. Y también, si estoy en lo cierto, también estaban y están locos".
“Una de las características trágicas de la psicosis del wetiko es que se propaga en parte por la resistencia a ella. Es decir, aquellos que intentan luchar contra el wetiko a veces, para sobrevivir, adoptan valores de wetiko . Por lo tanto, cuando ganan, pierden "
"Los zombies suelen ponerse de moda en tiempos de crisis. Nos sentimos identificados con ese monstruo porque es lo que tememos nosotros de las crisis, el perder nuestra identidad" "También las historias de fantasmas, porque buscamos nuestros orígenes, en situaciones de crisis nos replanteamos quienes somos, de donde venimos, a donde vamos..."
Van Binsbergen hace una sugerente distinción entre la esclavitud y el trabajo asalariado. En la esclavitud, todo el ser de una persona está alienada, de modo que una persona se convierte en la propiedad de otro y deja de existir como sujeto legalmente autónomo. En el trabajo asalariado, sin embargo, sólo la parte de la vida de una persona que se vende como "trabajo" está alienado. La persona sólo le da una porción de su vida - es decir, de su ser - a cambio de un símbolo de esa porción.
Pero este símbolo, que es el dinero, luego alcanza un poder subjetivo, por lo que al final determina la vida de las personas cuya actividad representa.
Una economía monetaria como es la nuestra, es aquella en la que las personas se rigen por una representación fetiche de sí mismos (el dinero). Las economías de mercado se rigen por este muerto fantasmal, (pero activo sobrenatural) poder llamado dinero.
Fuentes:
Nigel Barley, "Bailando sobre la tumba"
"El bosque de las gracias y sus pasatiempos. Raíces de la antropología económica" Paz Moreno Feliu.
"An Account of the Tongan Islands in the South Pacific Ocean." William Mariner,
"Witchcraft, Economics, and the Continuity of Belief", Edwin Ardener,
"The Modernity of Witchcraft: Politics and the Occult in Postcolonial Africa trans." Peter Geschiere.
http://digital.csic.es/bitstream/10261/8225/1/Jornades12_Marti%C3%8C%C2%81.pdf