martes, 25 de octubre de 2011

Hakani y la ley de Muwaji: El infanticidio (fraudulento) en la Amazonia.

Más de 350.000 personas han visto en YouTube el filme “Hakani” que se presenta como la verdadera historia de una niña indígena brasileña enterrada viva por su pueblo. Survival mantiene que esta película no es auténtica, que el barro que cubre el rostro de la niña “en realidad es pastel de chocolate”, que hasta los misioneros que la produjeron admiten que "no hay forma de comprobar lo que dicen que sucedió", y que la noción que difunde acerca de que el infanticidio es una práctica extendida entre los indígenas brasileños es falsa.

João Pacheco de Oliveira, por la Comisión de Asuntos Indígenas / ABA (Asociación Brasileña de Antropología) advirtió: "Hakani, colocado en You Tube y visitado por miles de personas, no es un registro documental de un pueblo nativo, sino más bien el resultado de un escenario absurdo de una entidad fundamentalista americana. Utilizarse como base para una campaña contra el infanticidio perpetrado presuntamente por los indios, también tiene como objetivo aumentar recursos para las iniciativas (sin duda más "pilantrópicas" que filantrópicas) de los misioneros." 


Se está enseñando a la gente a odiar a los indígenas, incluso a desearles la muerte”, declara el director de Survival, Stephen Corry, en una entrevista exclusiva acerca de “Hakani”. “Fíjese en la página web de YouTube, en la que aparecen comentarios como ‘Eliminen a estas tribus nativas. Dan asco’. ‘Esos hijos de p*t* del Amazonas que entierran a niños pequeños, hay que matarlos a todos’’’.

“La película se centra en lo que los mismos productores dicen que ocurre rutinariamente en las comunidades indígenas, pero lo que ellos dicen no es cierto”, explica Corry. “Los casos de infanticidio en el Amazonas son raros. Cuando pasa…es una decisión de la madre y no se toma a la ligera. Se lleva a cabo en privado y en secreto, y suele ser considerada una práctica vergonzosa y ciertamente trágica”.

João Pacheco de Oliveira añade: "Lejos de ese escenario, no sería un escenario real de la crueldad o irracionalismo. Las pocas ocasiones en que se registraron los hechos se dio en respuesta a una desgracia mucho mayor que amenazaba con llegar a esa persona, a su familia y a su la comunidad. La decisión no fue tomada a la ligera o sin pensar, lo que implica el dolor y la tensión, pero siempre se ha llevando a cabo con el respeto, la discusión y la responsabilidad. Un paralelo en nuestra sociedad sería el consejo de familia, los consejos médicos y los tribunales."

“Hakani” fue dirigida por David Cunningham, hijo del fundador de la organización misionera fundamentalista norteamericana llamada “Youth with a Mission” (“Juventud con una Misión”) y que cuenta con una sucursal en Brasil conocida como Jocum. El director de Survival argumenta que los misioneros pretenden minimizar su nivel de implicación en la producción de la película.

Te invitan a que des dinero a UNKF, pero no te dicen lo que significan estas siglas, es parte de la misión”, continúa Corry. “La participación evangélica no se menciona en absoluto. Incluso si descargas la película completa, los créditos son ilegibles, de forma que no puedes saber quién está detrás.”

Corry sostiene que la película es parte de una campaña de los misioneros para presionar al Gobierno de Brasil con el objetivo de que apruebe un controvertido proyecto de ley conocido como “ley de Muwaji”. Esta ley obligaría a los ciudadanos brasileños a informar a las autoridades sobre cualquier cosa que consideren “una práctica tradicional dañina”. Esta ley promovería una “caza de brujas”, “supondría un retraso de siglos para Brasil” y “podría causar una ruptura social catastrófica”. 

En una carta enviada a la comisión de derechos humanos de la Cámara de Diputados del Congreso de Brasil, los indígenas yawalapiti y los mebengokré kayapó instaron a los políticos a que no aprobasen la ley, a la que tacharon de destructiva e intrusiva. Igualmente, hicieron un llamamiento para que “Youth with a Mission” deje de llevarse a los niños indígenas de sus familias y comunidades para darlos en adopción. Alegan que los misioneros evangélicos están alejando a los niños de sus comunidades indígenas con el pretexto de “salvarlos” del infanticidio.

João Pacheco de Oliveira concluye: "Al margen de los proyectos de ley que circulan en el Congreso, muchos de los niños indios son separados de sus comunidades y caen en su mayoría en diversas formas de explotación. Son, al igual que otros niños de Brasil, víctimas de la esclavitud, la explotación doméstica y sexual, la trata de personas. Es a estos fenómenos, dolorosos y perjudiciales para las comunidades y significativos cuantitativamente, a los que los legisladores y los administradores deben dirigir su atención."
 
"El problema de los pueblos indígenas en Brasil no es el infanticidio, sino el que tengan sus tierras codiciadas e invadidas, el que se enfrenten a un feroz asedio de las áreas que necesitan para garantizar su continuidad física y cultural, y el que sufran de diversas formas de violencia que resultan de este proceso. Este refrito de viejas sospechas y acusaciones coloniales sólo puede ayudar a fortalecer a aquellos que quieren tomar las tierras de los indígenas y destruir sus cosechas. En otras palabras, traer de vuelta los prejuicios, el autoritarismo y el racismo"


Fuentes:

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