sábado, 8 de octubre de 2022

El precio de la inteligencia: el retraso genómico y la vulnerabilidad de la mente humana.


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Como ser humano, uno ha sido dotado de la inteligencia suficiente para poder ver con claridad lo totalmente inadecuada que es esa inteligencia cuando se enfrenta a lo que existe
". Albert Einstein.

"Nuestras civilizaciones fueron mal construidas en torno al biograma humano". E.O. Wilson, biólogo.


¿Qué explica la evolución de la mente humana? Se preguntan Jordi Agustí, paleontólogo, y Marina Mosquera Martínez, arqueóloga. Es el dilema que intentan resolver en el libro "El precio de la inteligencia: La evolución de la mente humana y sus consecuencias."

 "La caza, la tecnología, la cooperación/competición entre individuos y grupos, la complejidad social, la adaptación a cambios climáticos bruscos o el desarrollo del lenguaje? Probablemente todas ellas
sean ciertas, en mayor o menor grado, junto con otras, como la selección sexual, ya sugerida por el propio Darwin en 1871 en su obra El origen del hombre, y otros factores que todavía desconocemos. Pero ninguna hipótesis, por sí sola, explica en su totalidad la evolución de la mente humana. El cerebro humano es el resultado de las adaptaciones que tuvieron lugar durante la evolución de nuestra especie y de las que la precedieron, como respuesta a los múltiples problemas y desafíos que tuvieron que afrontar durante el periodo en que tuvo lugar dicha evolución."

Está cambiando nuestra idea de quiénes somos los humanos y sobre nuestra inteligencia. Hemos acumulado demasiadas pruebas científicas de que muchas de nuestras capacidades cognitivas, muchas de las que queremos denominar “inteligentes”, las compartimos con otros animales.  

En el libro El ingenio de los pájaros de Jennifer Ackerman, podemos aprender que las aves migratorias construyen mapas olfativos, magnéticos, celestes, y sonoros para orientarse por el mundo, y otras muchas capacidades asombrosas:

 “¿Qué tipo de inteligencia le permite a un pájaro anticipar la llegada de una tormenta lejana? ¿O encontrar su camino a un lugar en el que nunca ha estado antes, aunque puede estar a miles de kilómetros de distancia? ¿O precisamente imitar los cantos complejos de cientos de otras especies? ¿O esconder decenas de miles de semillas en cientos de kilómetros cuadrados y recordar dónde las puso seis meses después?"

Y el pulpo. Numerosos estudios en pulpos muestran que exhiben una gran flexibilidad en su
comportamiento
, ya sea en su entorno natural o en el acuario de un laboratorio. Sobresalen en el aprendizaje discriminatorio; pueden retener este aprendizaje durante varios meses y también son capaces de generalizar, una tarea compleja que requiere expandir espontáneamente la regla aprendida a nuevos objetos en función de sus similitudes. 

Según una investigación realizada en 2007 en la Universidad de Kioto (Japón), los chimpancés jóvenes son más rápidos que los humanos adultos en su memoria numérica visual. 

Y está el caso de Imo, "una macaco japonesa que se hizo famosa por su inteligencia y astucia", explican Agustí y Mosquera Martinez. "Todo empezó cuando los investigadores dejaron en la playa unas patatas. Imo destacó desde el principio, porque tras coger una patata y ver que estaba llena de arena, se fue hacia el agua y la lavó. Imo superó todas las expectativas cuando los investigadores vieron que si le dejaban granos de cereal mezclados con tierra, la macaco cogía un puñado y lo llevaba igualmente al agua, donde la arena se hundía y el grano flotaba, de manera que ya solo tenía que recogerlos limpiamente con la mano para llevárselos directamente a la boca. Indudablemente, la inteligencia de Imo es sorprendente, especialmente cuando nos preguntamos si, en particular en el segundo caso, a nosotros se nos hubiera ocurrido una solución tan eficaz para separar de una sola vez el grano de la arena."

En el parque zoológico Lincoln, en Chicago, aún disponiendo de agua cerca, los macacos inventaron tres formas de retirar la tierra; sacudiéndola con la mano, frotándosela contra el cuerpo, o contra otra pieza de comida. El acto de limpiar la comida sí debe de ser algo innato, pero había el punto importante es otro:
"Naturalmente sería de esperar que una conducta tan sabia se extendiera con rapidez por toda la comunidad. Y hasta cierto punto es así, ya que al parecer ese comportamiento no era exclusivo de Imo. De todas formas, los científicos observaron que tras dos años de ejecutar esas acciones, los macacos más allegados a Imo comenzaron a realizarlas, tardándose tres años en total para que tan solo un 40 por 100 del grupo lo hiciera. En el 60 por 100 restante hay que incluir a la totalidad de los individuos más viejos de la comunidad, los más reticentes, como en cualquier sociedad humana o no humana, a aceptar cambios en su vida. Es importante recalcar que la velocidad de adquisición del nuevo comportamiento no se aceleró con el incremento de individuos que lo realizaban."

¿Por qué?
Cuando se registró el primer lavado de grano fue en 1953; en 1962, la población de macacos ya mostró tres maneras diferentes de realizar esta operación. En 1972 había seis tipos de lavado y en 1983 se registraron ocho.

Y es que la diferencia está en que los seres humanos no solo emulamos, sino que somos expertos imitadores. Los chimpancés son mucho más creativos e innovadores que los seres humanos. 

En un experimento, proporcionaron a los chimpancés y a niños de dos años una herramienta semejante a un rastrillo y un objeto situado fuera de su alcance. Pero antes de manejar esa herramienta, debían observar a una persona que realizaba una serie de pruebas para alcanzar ese objeto, unas veces errando o con más torpeza, y otras de manera eficaz. Los niños no hacían otra cosa que copiar a esa persona imitando su método (aprendizaje imitativo), aún cuando consistía en el método torpe y poco eficaz. Los chimpancés, sin embargo, no imitaban exactamente al experimentador, sino que trataron de obtener el objeto de muchas maneras diferentes (aprendizaje por emulación). Lo interesante es que muchos niños, al reproducir la conducta del adulto incluso en el caso en que este había empleado el método menos eficiente, tenían menos éxito que los chimpancés, que inventaban nuevas maneras de hacerlo. Estos primates no humanos eran mucho más creativos. Ellos eludían la torpeza del experimentador y probaban nuevas maneras de atraer el objeto con el rastrillo.
Pero, concluye el psicólogo Michael Tomasello, la imitación, para los seres humanos, es fundamental para la transmisión cultural de información válida. El aprendiz no necesita que pruebe una y otra vez nuevas maneras creativas para lograr el éxito. Gracias a la imitación, cuantos más individuos realizan un método que tiene ya cierto éxito, más oportunidades hay para los aprendices de observarlo, imitarlo y adquirirlo, y mucho más rápida es su difusión. (Social cognition, joint attention, and communicative competence from 9 to 15 months of age. Nagell, Olguin y Tomasello).

Y es así que la cultura de los humanos está basada en la acumulación de conocimiento. Cuando un niño nace en una cultura determinada, automáticamente, de forma gratuita, se le dan una serie de conocimientos. Nuestra evolución futura estará más condicionada que nunca por esta acumulación sociocultural.

"Si un chimpancé ve a su madre levantar un tronco debajo del cual hay hormigas, al verlo, acabará levantando el tronco él mismo para conseguir algunas hormigas. Pero si ve que su madre levanta un tronco y no hay hormigas, no lo imitará. Cuando se realiza una acción inútil, algo que no produce ningún resultado, los chimpancés nunca imitan esta acción. Los niños, en cambio, imitan el comportamiento, incluso cuando ni siquiera es necesario, a menudo también lo imitan. Si te ven dar vueltas sobre ti mismo, ellos lo harán, por curiosidad. Están realmente preparados para copiar lo que hacen otros, así que el potencial es enorme. El hecho de centrarse en los procesos y no sólo en los resultados hace que sean posibles las convenciones sociales (saludar, dejar salir antes de entrar, como utilizar las utensilios para comer…), que de hecho no cambian el resultado en el entorno físico. Son cosas que uno tiene que hacer igual que los demás, por los demás", explica Tomasello.

¿Pero qué importancia tienen entonces estas convenciones sociales?

 
Al nacer, el cerebro de un macaco ha completado ya el 70 por 100 de su desarrollo, mientras que el de un chimpancé solo ha completado un 40 por 100 y el de un ser humano únicamente un 25 por 100. El cerebro humano presenta también un desarrollo mucho más lento que el de los primates no humanos.
El desarrollo de algunas áreas de asociación cerebral, especialmente los lóbulos prefrontales, puede prolongarse en el ser humano hasta bien entrada la tercera década de la vida. El cerebro de los simios antropoides, y especialmente el humano, está, por lo tanto, expuesto a un mayor número de estímulos durante su etapa de desarrollo. 

"La desventaja adaptativa de este largo periodo de inmadurez es que requiere de un constante cuidado y alimentación, pero la ventaja está en que permite al organismo en desarrollo la incorporación de una gran cantidad de conocimientos, el desarrollo de su cognición, sintonizada con el medioambiente social y natural circundante. Esta ventaja es especialmente adaptativa para los humanos, género notablemente flexible a escala ecológica, ya que somos capaces de adaptarnos a hábitats muy diferentes o
que varían con cierta rapidez."

Y además, podría facilitar la producción de un mayor número de conexiones sinápticas, que se produjeran mejoras en el procesamiento de la información, en las memorias operativa y a largo plazo, en la capacidad de imaginación y de crear posibles escenarios alternativos, en las capacidades
de planificación y ejecución y en la flexibilidad de la conducta. Mejoras en la memoria, la imaginación, la previsión y la planificación.

La vida social compleja propició, además, el desarrollo de la Teoría de la Mente.

"Comenzaron a adquirir importancia las capacidades de detectar que otros seres humanos poseen estados mentales propios, la necesidad de inferir cuáles eran dichos estados mentales y predecir, en consecuencia, sus posibles conductas futuras. A estas capacidades se las conoce como Teoría de la Mente y parecen ser una especialización propia del ser humano, aunque los grandes simios manifiestan los precursores esenciales de dicha capacidad, si bien en forma rudimentaria. La posesión de una Teoría de la Mente constituyó una condición indispensable para el desarrollo del lenguaje. La mejora de la capacidad lingüística amplió, a su vez, la Teoría de la Mente en nuestros antepasados."

La generalización de la cultura simbólica se tradujo en cambios biológicos, como el aumento de la longevidad y de la neuroplasticidad.

"El simbolismo es una representación de algo realizada mediante un código aceptado por la comunidad. Por tanto, el lenguaje es una de las más claras formas de simbolismo que existen. De entrada, porque se utiliza para representar y expresar representaciones (del mundo, de uno mismo, de cualquier cosa); en segundo lugar, porque lo hace a través de un sistema de símbolos (letras, por ejemplo), cuyo uso y combinación responden a una convención socialmente aceptada."

"En 1980, Seyfarth y colaboradores publicaron un interesantísimo estudio en el que se estudiaban los gritos de alarma que emitían un grupo de monos pertenecientes a la especie Cercopithecus aethiops. Lo interesante del estudio era que, al parecer, estos monos emiten un grito diferente, dependiendo del peligro que se avecine. Así, el mono que divisaba a un leopardo, un águila o una serpiente cerca del grupo avisaba a sus congéneres mediante sonidos simples o compuestos emitidos a frecuencias diferentes, dependiendo del depredador divisado. De esta manera, cuando los vecinos percibían el sonido correspondiente al leopardo, corrían a trepar a los árboles cercanos; si el sonido representaba al águila, miraban hacia el cielo y buscaban cobijo, mientras que cuando el sonido correspondía al peligro de la serpiente, se alzaban sobre dos patas y observaban detenidamente la hierba circundante."

Y en este mismo año 2022, de las casi 900 horas de grabaciones de llamadas de chimpancés adultos salvajes en el Parque Nacional Taï en Côte d'Ivoire, un equipo de científicos se sorprendieron al encontrar 390 secuencias vocales únicas, muy parecidas a diferentes tipos de oraciones, ensambladas a partir de combinaciones de diferentes tipos de llamadas. Y es que, en realidad, nunca habíamos cuantificado sus capacidades de comunicación de manera tan completa.

Los animales se comunican, pero no a través de un lenguaje propiamente dicho, sino a través de una serie pequeña de señales, usualmente vocalizaciones, restringidas a unos contextos muy limitados. El lenguaje, dentro de la comunicación, es especial porque es generativo. Es decir, no contiene un límite ni en el número de ideas o proposiciones a expresar, ni en la creación de nuevas combinaciones o palabras. Precisamente por tal potencial ha sido necesaria la gramática.

Con el uso del lenguaje tuvieron que aumentar considerablemente la memoria a largo plazo y de trabajo. Mientras que cualquier ser humano normal aprende, sin necesidad de enseñanza formal, entre 50.000 y 100.000 palabras durante la infancia, los bonobos y chimpancés más dotados logran aprender únicamente unos centenares, que expresan mediante la utilización de gestos o símbolos visuales, y ello solo tras largos periodos de entrenamiento. Dicho aumento de memoria asociado al lenguaje tuvo que traducirse sin duda en cambios genéticos que condujeron a un incremento de la conectividad y tamaño de los lóbulos prefrontales y de la neuroplasticidad.

Pero, aparte del lenguaje, existen otros sistemas simbólicos, todos los cuales implican una enorme complejidad cognitiva. El arte. Los pájaros pergoleros son capaces de construir una cabaña con arreglos artísticos con flores, hojas y setas, una especie de alfombra para recibir a su pareja. ¿Eso es arte también? Quizás para nosotros nos parezca artístico y hasta le demos sentido, ¡pero no al pájaro! ¿Es necesariamente el arte un sistema simbólico? Pues no. Solo cuando la obra de arte incluye elementos que pretenden informar al espectador sobre algo que no está explícito, lo es. Una metáfora. El arte simbólico es una maravillosa manera de salir de la vía lógica, otro ángulo o vía de analizar de un modo distinto la realidad.

"La capacidad de pensamiento simbólico implica la representación dual, es decir, la capacidad de considerar un sonido, signo u objeto, en sí mismo y como representación de otra cosa. Ello impuso al cerebro de los homínidos una carga que ningún otro animal había tenido que afrontar y que, sin duda,
indujo importantes cambios en la función y conectividad neuronal."

"Sin negar la importancia para nuestra conducta de las pulsiones, emociones, necesidades y propensiones que constituyen nuestra memoria filogenética, una porción considerable de la información
imprescindible para un desarrollo cerebral y conductual normales, proviene en nuestra especie de la información simbólica procedente del medio social"
, recalcan el paleoantropólogo y la arqueóloga.

La generalización de la cultura simbólica está relacionada con el aumento de la longevidad, decíamos. La longevidad humana creció en más de un 20 por 100 en los últimos 30.000 años, en especial durante el siglo XX, gracias a los avances terapéuticos y a medidas sanitarias como la vacunación y una mayor higiene. La selección de la longevidad pudo tener relación con la creciente importancia de las relaciones entre distintas generaciones, que supuso el aumento de complejidad de la cultura simbólica, la cual requería la transmisión social y almacenamiento en la memoria de gran cantidad de información. En dichas condiciones, la experiencia de los ancianos pudo llegar a ser más necesaria que nunca.


Explican: "Una gran parte del desarrollo cognitivo humano se produce mediante la socialización del conocimiento. Solo mediante ello ha logrado el ser humano alcanzar su elevada inteligencia. Somos humanos gracias a nuestro excepcional cerebro y a la comunicación entre múltiples cerebros mediante la cultura simbólica. La coevolución gen-cerebro-cultura se repite en cada uno de nosotros durante nuestro desarrollo individual."
 

¿Y cuál es, pues, el precio de la inteligencia, que da título al libro? 

La extremada complejidad de los cerebros los hace a la vez más vulnerables, ya que parece haber llevado a la aparición de diversas enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas exclusivamente humanas, como el autismo, la esquizofrenia o la enfermedad de Alzheimer. Existen otras desventajas asociadas a la inteligencia, entre las que destaca la conciencia de la muerte, pero el libro se ha centrado en las ciencias biomédicas y su relación con el retraso genómico. El retraso genómico, es decir, el desfase entre nuestro genoma, seleccionado en gran parte para adaptarse a las condiciones ambientales del Pleistoceno, y el medio artificial en el que habitamos actualmente:

"Hemos construido un entorno sociocultural también muy complejo y rápidamente cambiante, muy diferente de aquel en el que nuestros organismos fueron seleccionados."

"A pesar de nuestra capacidad de lenguaje y pensamiento abstracto, de nuestra flexibilidad conductual y de los impresionantes logros alcanzados por la cultura y la tecnología, estamos condicionados por pulsiones, necesidades y emociones adaptadas, no al entorno actual, sino al medio ancestral en el que evolucionó la especie humana. Desde el punto de vista anatómico, fisiológico, instintivo y emocional, Homo sapiens sigue siendo básicamente un primate cazador-recolector, adaptado evolutivamente a la vida en grupos compuestos por un pequeño número de individuos. Si fuéramos capaces de asumir este hecho quizá llevaríamos vidas más tranquilas y saludables."


Por ejemplo, "nuestras emociones ancestrales, como la reacción de lucha-huida que compartimos con el resto de los vertebrados, pueden también resultar dañinas en el medio actual. Ante cualquier amenaza, en la naturaleza existen solo dos opciones: luchar o huir."

Pero del jefe, ni se puede huir, ni se puede luchar contra él.

La adrenalina que se produce ante una amenaza, reduce la irrigación intestinal y aumenta el riego sanguíneo en el corazón, pulmones, músculos y cerebro, que se preparan para la acción, un intenso esfuerzo físico... que ya no se da. Lo que impide eliminar las grasas que tan útiles habrían sido en el medio en que evolucionamos y que acaban depositándose en nuestros vasos sanguíneos.

 

"La mayor parte de los miembros de las sociedades desarrolladas llevan una vida sedentaria y ya no se enfrentan a peligros concretos que requieren el despliegue de actividad física, como depredadores o enemigos, sino a otro tipo de amenazas, como la tensión laboral, la inseguridad económica, la monotonía, la soledad, las aglomeraciones, el ruido excesivo o los continuos atascos de tráfico, ante los cuales ya no cabe luchar o huir."

"Mientras que en el medio ancestral las amenazas solían ser esporádicas, en la sociedad moderna un alto porcentaje de personas vive en condiciones de estrés permanente, lo que puede acabar dañando su sistema cardiovascular." "Las enfermedades crónicas degenerativas no son una simple consecuencia de la edad avanzada. La vida sedentaria, el exceso de grasas, sodio y azúcar, la exposición a diversos tóxicos y el estrés sostenido se encuentran entre los principales factores causantes de las enfermedades crónicas propias del mundo desarrollado.


Además, "el ser humano, gracias a su capacidad de lenguaje simbólico y su gran imaginación, es capaz de percibir como estresantes situaciones que ningún otro animal interpretaría como tales, ser afectado por posibles escenarios futuros que pueden no llegar a producirse e incluso por peligros inexistentes."

"El sistema emocional arcaico de Homo sapiens, unido a su poderosa imaginación, le impide una correcta adaptación al medio artificial que ha creado. Dado que no parece posible cambiar nuestra fisiología y emociones en un futuro cercano, tal vez sería útil imitar, en cuanto a ejercicio, dieta y redes de apoyo social se refiere, a los pueblos cazadores-recolectores, dentro de las posibilidades que nuestra sociedad permite."

"Quizá uno de los mayores problemas con los que se enfrenta el ser humano sea el haber pasado, en el breve espacio de cinco mil años, con la aparición de las primeras ciudades, de una sociedad tribal y personal a una sociedad supertribal y despersonalizada." Se han rebajado conductas tan esenciales en el humano como la ayuda mutua e indicios de empatía, que se han observado también en otros animales sociales, como cetáceos, elefantes y primates no humanos, lo que indica que dichos impulsos tienen una base biológica. 

"La comprensión de la naturaleza humana, más urgente que nunca, no es un problema estrictamente académico sino que puede tener importantísimas consecuencias prácticas", advierten. 

"Es importante una comprensión cada vez mejor de la naturaleza humana, mediante la cual será posible construir un entorno más adecuado a nuestras necesidades. El problema del retraso genómico podría ser amortiguado mediante la aplicación de medidas basadas en el conocimiento de nuestra naturaleza."



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