

Y así es también como los birmanos llaman a otras personas: lanzándose besos. Por ejemplo, para llamar al camarero o bien entre los mismos trabajadores se lanzan besos, cuanto más sonoros mejor.
Fuentes:


Los chewongs de Malasia y los elemas, por ejemplo, traducen sus sentimientos por medio del hígado. "Así, pueden decir 'tengo el hígado bien' (me siento bien) o 'tengo el hígado encogido' (tengo vergüenza)".
Entre los dogones, las emociones tienen su fuente en una corporeidad simbólica. La alegría, por ejemplo, es un sentimiento benéfico que despierta al hígado y hace latir suavemente al corazón al modo de un fuego que arde con regularidad. El "aceite" del hígado se funde y se traslada a las articulaciones para fortalecerlas. En la ira, el corazón llamea, late con fuerza y "da punta pies que golpean los pulmones"; "'Todo se remueve' y el agua del hígado hierve, mientras que su aceite salta y chisporrotea como manteca demasiado caliente [ ...] . La vesícula biliar se hincha y derrama bilis en el hígado, lo que confiere "amargura a las palabras". El dolor físico o moral "carboniza" el hígado. Las lágrimas se consideran como una perdida del "agua de la sangre" (la linfa); el corazón se caldea y esta escapa por los ojos a la manera de agua hirviente.
Cuando en muchos idiomas decimos "estamos tristes", en gaélico o irlandés dicen "tháinig brón orthu" que significa literalmente "la tristeza los invadió". La tristeza como algo ajeno a la persona. Lo mismo ocurre con "tá imní orm anois": estoy ansioso ahora. Añadiendo esta palabra "ahora" se hace notar que es algo no es propio de la persona, que es algo variable. No somos nuestras emociones.
No sólo las teorías sobre el origen de las emociones varían de un lugar a otro. Las etnopsicologías revelan con claridad particularidades sociales y culturales que relativizan el repertorio afectivo universal.
El concepto "amae", considerado por el psiquiatra Doi como una clave para

A. Strathern muestra entre los hagen, en Papua-Nueva Guinea, "pipil" y "popokl". Las manifestaciones de pipil implica que "la piel se cubre de sudor; se erizan los pelos de la nuca; nos da dentera; decimos que los espiritus van a matarnos y comernos." Popokl traduce una ira que puede no revelarse nunca. La manera habitual de su expresión pasa por la enfermedad. La confesión, proyectar el popokl en palabras, es la etapa inicial de la curación. 

"Una de mis tres mujeres es del País Dogón. Ella escapó de su pueblo cuando era adolescente porque no quería que le hicieran la mutilación genital, esos cortes que indicaba su tradición, y que luego la cosieran con las espinas del árbol de acacia del desierto. La encontré vagabundeando en Bandiágara y la llevé hasta mi casa. Es una mujer valiente. Y noble, como todos los dogones. ¿Puedes creer que nunca hubo un sólo robo en los últimos cien años en todo el País Dogón, toubab?"
En realidad, su arquitectura vertical tenía un motivo sencillo: hasta hace relativamente poco, toda esta zona era
hábitat de muchas fieras salvajes, como leones y hienas, y para vivir en
tranquilidad debían construir en la altura. Así, cualquier recoveco de
la pared era usado no sólo a modo de casa, sino hasta como huerto o
almacén, en alturas de hasta doscientos metros.
Lo que sí conocen los dogones es lo que pasa en la naturaleza, en la tierra y en la mente humana, tan misteriosas para los occidentales como el universo.
Entre los dogones, las emociones tienen su fuente en una corporeidad simbólica. La alegría, por ejemplo, es un sentimiento benéfico que despierta al hígado y hace latir suavemente al corazón al modo de un fuego que arde con regularidad. El "aceite" del hígado se funde y se traslada a las articulaciones para fortalecerlas. En la ira, el corazón llamea, late con fuerza y "da punta pies que golpean los pulmones"; "'Todo se remueve' y el agua del hígado hierve, mientras que su aceite salta y chisporrotea como manteca demasiado caliente [ ...] . La vesícula biliar se hincha y derrama bilis en el hígado, lo que confiere "amargura a las palabras". El dolor físico o moral "carboniza" el hígado. Las lágrimas se consideran como una perdida del "agua de la sangre" (la linfa); el corazón se caldea y esta escapa por los ojos a la manera de agua hirviente.
El hogón (lider espiritual) de los dogón autorizó a Rouch y Germaine Dieterlen a filmar el Sigi de 1967. Es un acontecimiento cíclico que va de aldea en aldea. Partiendo de un alejado pueblo llamado Youga Dogorou, una comunidad vestida con altas máscaras especiales para la festividad,
algunas de hasta doce metros de altura, se desplaza hacia el Oeste
recorriendo todos los poblados dogones, hasta terminar en el mismo pueblo. Las máscaras nunca se guardan, se destruyen cada 60 años. ![]() |
| Eric Lafforgue |
Según Lafforgue, las chicas aprenden acerca de la anticoncepción muy temprano y la virginidad no tiene ningún valor en absoluto. Si una chica se queda embarazada, su familia mantiene al bebé, ya que, según la creencia tradicional local, los hombres sólo ayudan a abrirse a la mujer para el embarazo, pero el verdadero padre es un Baloma o espíritu "No hay vínculo entre el sexo y el embarazo". Por eso, "las relaciones entre las parejas casadas no tienen mucho en común con lo que sucede en Europa: aquí (en las islas Trobriand) el hombre es el que debe dar regalos a su esposa por la relación."
Después de que las autoridades coloniales prohibieran las guerras internas, el cricket es ahora un método de "reconciliación" y desfogue. 