"Las lenguas que no están escritas se consideran "primitivas" y, por tanto, no se les da ninguna importancia en la educación escolar. En ese sentido, las lenguas indígenas en la India no están muriendo, sino que las están asesinando."
Anvita Abbi, lingüista india.
“Nuestras lenguas no están muriendo, están siendo asesinadas”.
Yásnaya Elena Aguilar Gil, lingüista mexicana.
“¡Sare ukkuburuko!”—¡el mar se ha puesto patas arriba!—gritó Nao Junior.
El nivel del mar estaba tan bajo que se podían ver criaturas de aspecto extraño que normalmente habitaban en la profundidad del océano.
Estamos en las Islas Andamán, en una mañana de diciembre de 2004.
Tras escuchar los gritos, todos corrieron tierra adentro y cuesta arriba. Leyeron la mar como un broker lee la Bolsa. Su conocimiento ancestral los salvó del devastador tsunami que azotó las costas del Océano Índico minutos después. Los científicos calculan que las olas alcanzaron los 24 metros de altura, llegando a los 30, el equivalente a un edificio de 10 plantas.
Comprendieron el mar como comprendían su cuerpo. Bueno, en realidad, entendían todo como comprendían su cuerpo. Corporeizaban el mar, el bosque, sus sentimientos, sus hábitos... Todo partía del cuerpo. Y es que las familia de las lenguas de las islas Andamán tiene un sistema gramatical basadao enteramente en el cuerpo humano.
El libro de la lingüista Anvita Abbi, Voices from the Lost Horizon, es un intento de preservar los mitos, historias y canciones de la cultura en Andamán desde su primer viaje en diciembre de 2001. Ella escribe:
"El aspecto más duradero de una lengua es su estructura, que puede persistir durante milenios. Mis estudios indican que los granandamanenses estuvieron efectivamente aislados durante miles de años, tiempo durante el cual sus lenguas evolucionaron sin influencia discernible de otras culturas. La investigación genética corrobora esta opinión y muestra que estos pueblos indígenas descienden de uno de los primeros grupos de humanos modernos que emigraron fuera de África. Siguiendo la costa del subcontinente indio, llegaron al archipiélago de Andamán hace quizás 50.000 años y desde entonces han vivido allí prácticamente aislados. Los principios básicos de sus lenguajes revelan que estos primeros humanos conceptualizaron el mundo a través del cuerpo."
"Esta familia tiene un sistema gramatical basado en el cuerpo humano en todos los niveles estructurales. Un puñado de otras lenguas indígenas, como el papantla totonaco, hablado en México, y el matsés, hablado en Perú y Brasil, también utilizaron términos que se referían a partes del cuerpo para formar palabras. Pero estos términos no se habían transformado en símbolos abstractos ni se extendieron a todas las demás partes del discurso."
"Una vez le pedí a Nao Jr. que me dijera la palabra para “sangre”. Me miró como si fuera una completa tonta y no respondió. Cuando insistí, me dijo:
- “Dime de dónde viene”.
Respondí: "De la nada". Irritado, repitió:
- “¿Dónde lo viste?”
Ahora tenía que inventar algo, así que dije: "En el dedo". La respuesta llegó rápidamente:
- “¡Ongtei!”
Y luego recitó varias palabras para referirse a la sangre en diferentes partes del cuerpo. Si la sangre salía de los pies o de las piernas, era otei; la hemorragia interna fue etei; y un coágulo en la piel estaba ertei. Algo tan básico como un sustantivo cambiaba de forma según la ubicación."
Más ejemplos:
El prefijo er- , para “externo”, produce el adjetivo erbungoi, para “hermoso”; el verbo eranye, que significa “reunir”; y el adverbio erchek, o “rápido”.
El prefijo ong-, la zona de las extremidades, proporcionaba ongcho, “coser”, algo que se hacía con los dedos, así como el adverbio ongkochil, que significa “apresuradamente”, que generalmente se aplicaba a movimientos que involucraban una mano o un pie.
También es importante el morfema a-, que se refería a la boca y, más ampliamente, a los orígenes. Contribuyó a los sustantivos aphong, para “boca”; Aka-Jero, para “su lengua Jero” y el adjetivos ajom, para “codicioso”.
En la visión granandamanesa de la naturaleza, la distinción más importante era entre tajio, lo vivo, y eleo, lo no vivo. Las criaturas terrestres (las que no eran de plumas ni con escamas), se dividían entre ishongo, humanos y otros animales, y tong, plantas y árboles.
El tiempo también era relativo, categorizado según acontecimientos naturales como el florecimiento de las flores estacionales, la disponibilidad de miel (como un calendario de la miel), el movimiento del sol y la luna, la dirección de los vientos, de recursos alimentarios y la mejor época para pescar peces o cazar otros animales. Así, cuando florece el loto taulo, es la mejor época para pescar peces phiku y nyuri; y cuando florece el chokhoro taulo, los cerdos están en su punto más gordo y es la mejor época para cazarlos.
Incluso “mañana” y “tarde” dependen de quién los experimentara. Para decir, por ejemplo, "te visitaré mañana", se usaría ngambikhir, para "TU mañana". Pero en la frase “terminaré esto mañana”, la palabra sería thambikhir, “MI mañana”. El tiempo dependía de la perspectiva de quien estuviera involucrado en el evento.
Anvita Abbi cuenta otra anécdota que le ocurrió con Boa Sr.: mujer octogenaria conocida por ser la última hablante del idioma aka-bo, parte de la familia gran andamanés. No había hablado con nadie en su idioma durante cuatro décadas:
“Son los únicos que me entienden”, respondió.
Los pájaros, aseguraba, eran sus ancestros.
"No dejes que el idioma se te escape, mantenlo firme”, le dijo Boa Sr.
"A la irreparable pérdida cultural que supone el final de una cultura se une el drama personal de Boa, pasó los últimos años de su vida sin nadie con quien poder conversar en su lengua materna y sin una persona afín a su cultura con la que poder evocar recuerdos."
Abbi la recuerda riéndose a mandíbula batiente, con muy buen humor, y cantando.
“… las canciones tienen más poder de permanencia que las narraciones en la vida de una lengua. La prueba la vimos en el repertorio verbal de Boa Sr, la mujer de 84 años que resultó ser la única persona que podía recordar algunas canciones”.
Abbi también recopiló los nombres de las aves del lugar, o los ancestros. Como esta preciosa paloma. La paloma de Nicobar se llama "milidu" en las Islas Andamán. Esta palabra se compone de mil, que significa "mover". I, que significa "un objeto". Y diu, un brillo o el sol. Milidu significa "un objeto brillante en movimiento".
Las islas Andamán, Little Andamán y las islas Centinels del Norte han sido el hogar de los milenios a cuatro tribus: el Gran Andamán, Onge, Jarawa y Sentinelese.
En la isla Little Andaman, en la Bahía de Bengala, viven los ongee.
El antropólogo Vishvajit Pandya hizo trabajo de campo allí.
Para el Ongee, el olor es el principio fundamental. El olor es fuente de identidad personal y razón de vivir en sociedad, un sistema de medicina y un sistema de comunicación; determina los movimientos temporales y espaciales, produce vida y causa muerte. Al controlar el olor, los Ongee controlan su mundo.
Cuando un ongee desea referirse a "mí", se lleva un dedo a la punta de la nariz, el órgano del olfato, porque se cree que los seres vivos están compuestos de olor. La forma más concentrada de olor según los Ongee son los huesos, que se cree que son olores sólidos. Los Ongee dicen así que "los olores están contenidos en todo el mundo, como los tubérculos están contenidos en la tierra". Se dice que un espíritu interior reside dentro de los huesos de los seres vivos.
La preocupación de los Ongees por mantener un estado saludable de equilibrio olfativo se expresa en sus formas de saludo.
El equivalente de "¿cómo estás?" es 'konyune? ¿onorange-tanka?", "¿cómo está tu nariz?", o literalmente, "¿cuándo/por qué/dónde debe estar la nariz?"
Si uno responde que pesa, se sienta en el regazo del que pregunta y frota la nariz en la mejilla de esa persona. Se supone que este acto ceremonial elimina parte del exceso de olor que está causando la sensación de pesadez. Si la respuesta es que uno se siente ligero, el solicitante sopla en la mano como una forma de "infundir" olor y peso. Estos dos actos de frotarse la nariz y soplar la mano son descritos como e "geie kwayabe, intercambiar olores, de uno a otro.
Explican la muerte como la pérdida del olor personal. Matan a los animales que cazan dejando salir todo su olor y ellos mismos son cazados por espíritus, llamados tomya, que los matan absorbiendo sus olores.
"Cazar" en el idioma Ongee se expresa como gitekwatebe, que significa "liberar el olor provocando un flujo de muerte". La palabra para cazador, a su vez, es gayekwabe, "aquel que tiene su olfato fuertemente atado".
Explican la naturaleza diciendo que "nunca es posible inhalar y exhalar al mismo tiempo". Sin este proceso continuo de intercambio, la vida estaría quieta y sin vida. Como dicen los Ongee: "Tenemos que dar y recibir".
El crecimiento se conceptualiza en términos de desarrollo olfativo. La palabra Ongee para crecimiento, genekula, significa proceso de olfato.
Vivir en comunidad unifica el olor de los individuos y reduce las posibilidades de que los espíritus hambrientos los huelan. Cuando se mueven en grupo de un lugar a otro, por ejemplo, tienen cuidado de seguir las huellas de la persona que va delante, ya que se cree que esto confunde los olores personales y dificulta que un espíritu localice a un individuo.
También filtran su olor mediante el uso de humo. Cuando se viaja en fila india, la persona que va a la cabeza del grupo lleva leña encendida para que la estela de humo cubra el olor de todos los que caminan detrás, y mantienen fuegos encendidos en todo momento en sus aldeas y tienen casas sin ventilación y llenas de humo.
Limitan su emisión de olores pintándose con arcilla. Las pinturas de arcilla ayudan a unir los olores al cuerpo, mientras que los diferentes diseños utilizados en la pintura alteran la forma en que el cuerpo libera los olores.
Sobre los sentidos, la unión de oído y vista se expresa en el término gawakobe, que significa hablar de modo que el oyente 've' lo que uno quiere decir y sea capaz de mostrárselo a los demás.
Toda la comunidad habla de sus sueños antes de dormir, y de sus experiencias del día que acababa de terminar, especialmente el tiempo que pasaron en el bosque cazando y recolectando comida. Entonces las redes individuales se tejen en una sola red que cubre a toda la comunidad. Porque al hacerlo, negocian el contenido de sus sueños, modificándolo para unirse a lo que cuentan los demás. Una persona podría decir haber soñado con pescar en la playa sur de la isla, otra que fue a recoger nueces en la playa oeste, y es entonces cuando surge un compromiso: ambos íbamos a pescar en nuestros sueños, pero en la playa oeste. ¿Quizás podríamos probarlo mañana?
Pandya cita a un respetado anciano, Teemai: "Hablar de los sueños y cantar sobre el pasado forma una buena telaraña que conecta todo el espacio abierto para atrapar su alimento; es un tejido con todas las líneas bien tejidas. Nosotros, al recordar y soñar, creamos una red para que todos los individuos se beneficien".
"Dejar que una persona termine de soñar, o de dormir hasta tarde, asegura el regreso del cuerpo al interior y facilita que el sueño, o la telaraña, se interconecte con los sueños y las telas de araña de otros Ongees".
En 2011, la población total de Little Andaman era de aproximadamente 19.000 habitantes. Después del tsunami de 2004, el gobierno trasladó a los Onges a las reservas donde estaban alojados en cabañas de madera con techo de asbesto. Ahora, la población Onge solo cuenta con unas 125 personas.
Actualmente, el NITI Aayog, el principal centro de estudios de políticas públicas del gobierno indio, ha promovido desde 2019 un par de megaproyectos de "desarrollo", construcciones de un mega complejo financiero-turista en Little Andaman y Nicobar. Los "estilos de vida tradicionales de los Onges están desfasados con la marcha de la historia", escribieron en un informe.
Olores y sueños. Anvita Abbi escribe: "De las aproximadamente 7.000 lenguas que hablan los humanos hoy en día, la mitad quedarán silenciadas a finales de este siglo. La supervivencia en una era de globalización, urbanización y cambio climático obliga a las comunidades indígenas a reemplazar sus formas de vida y lenguas tradicionales por las de la sociedad dominante. Cuando la generación mayor ya no puede enseñar la lengua a los más jóvenes, será una lengua está condenada al fracaso. Y con cada lengua perdida, perdemos una gran cantidad de conocimientos sobre la existencia, la percepción, la naturaleza y la supervivencia humanas."
La diversidad lingüística india está representada por sus lenguas indígenas, habladas principalmente por más de 700 comunidades tribales. Las lenguas en peligro de extinción se encuentran dentro del rico acervo de más de 800 lenguas que nunca fueron escritas. Alrededor de 156 de ellos, hablados por menos de 10.000 personas, pronto serán historia a menos que se corrija urgentemente el rumbo.
Las lenguas no son solo un patrimonio cultural comunitario sobre el conocimiento. También son testigos de las diversas y variadas formas en que las facultades cognitivas humanas perciben el mundo.
Un ejemplo. En idioma Sare, cuyo último hablante llamado Licho murió en abril de 2020, tiene una palabra única, "raupuch". Esta palabra denota a una persona que ha perdido a su hermano.
Pero hay más. Anvita Abbi explica las estructuras lingüísticas conocidas como "expresivas": "que transmiten los cinco sentidos de percepción, sentimientos, emociones, actitudes y cultura de una comunidad. Khasi, el idioma hablado en Meghalaya, tiene 66 expresivos diferentes para indicar la manera de yoid (caminar); 57 para representar diferentes formas de yum (llanto); 38 formas de representar krin (hablar); y 20 para indicar diversas formas de comer."
"Es un vehículo de nuestra cognición, de nuestras experiencias mundanas y nuestro instrumento más importante para dar forma a la estructura cerebral, como lo han demostrado los neurólogos, para el desarrollo de las capacidades cognitivas y del pensamiento creativo. Llevo años explicando que la uniformidad mata."
"Estas lenguas han perdido vitalidad debido al sometimiento de sus hablantes, el cambio en la ecología lingüística, la hegemonía de las lenguas modernas, el desprecio por la tradición oral, etc. Las lenguas que no están escritas se consideran "primitivas" y, por tanto, no se les da ninguna importancia en la educación escolar. En ese sentido, las lenguas indígenas en la India no están muriendo, sino que las están asesinando."
Las islas fueron invadidas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, las islas volvieron brevemente a estar bajo control británico. Con la independencia de la India en 1947, pasaron a ser uno de los 6 territorios del país.
Apenas dos años después de la Independencia, los nativos fueron reubicados en la pequeña isla Bluff y sus tierras fueron apropiadas para el reasentamiento de refugiados. La comunidad disminuyó aún más, alcanzando su nivel más bajo de 19 en 1961. Los isleños fueron reubicados nuevamente en 1969, esta vez a Strait Island.
Anvita Abbi descubrió que el idioma actual de los isleños (que eran únicamente 8 personas) es una mezcla de cuatro idiomas (jeru, bo, sare y khora), todos de los grupos del norte. Las lenguas habladas en el sur y el centro de Gran Andamán hace tiempo que murieron con sus hablantes. Llamó al idioma de los indígenas supervivientes el actual gran andamanese (PGA).
El archipiélago de Andamán también tiene un nombre en su lengua: Marakele. Significa "nuestra tierra".
https://www.scientificamerican.com/article/this-ancient-language-has-the-only-grammar-based-entirely-on-the-human-body/
https://languagelog.ldc.upenn.edu/nll/?p=60726&utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter&utm_campaign=corporeal-grammar
https://frontline.thehindu.com/arts-and-culture/interview-anvita-abbi-indigenous-languages-being-killed/article66508043.ece
Forest smells and spider webs: Ritualized dream interpretation among Andaman Islanders. Pandya, V. (2004)
1 comentario:
Es algo maravilloso que me ha dejado sorprendido... Diferentes culturas, diferentes formas de percibir el mundo, diferentes formas de entenderlo, diferentes formas de usar nuestros sentidos. Me ha fascinado sobretodo la percepción de los Ongee, pues el olfato funciona directamente con la materia, lo que olemos son moléculas, todo lo que perciben es real, y lo hacen de una forma experta, algo de lo que yo, dentro de la normalidad de mi condición, no soy capaz. Me hace recordar que cada sentido es una ventana diferente al mundo que nos rodea. Tristemente, de forma general, tenemos la manía de hacer predominante y totalitario una única verdad, una única identidad y una única perspectiva, como si lo demás está mal o es contrario. Tristemente la unificación se trata de destruir lo que es diferente, y no de tratar de comprender todo lo que es distinto. En mi mente, no quiero profundizar en los motivos particulares que hay detrás de este problema, aunque todos lleguen a la especulación económica dejando de lado todo lo demás de verdadera importancia. Gracias Antropólogaenlaluna
Szandor P.
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