lunes, 15 de abril de 2024

Sherpas: la mirada humana en los tejados del mundo

"Luego agregué "Blah", con una pequeña sonrisa, porque sabía que esa choza y esa montaña entenderían lo que eso significaba, y me di la vuelta y seguí por el sendero de regreso a este mundo."
Jack Kerouac (Los vagabundos del Dharma, 1958)

 

"Rescate extremo en el Everest" rezaban algunos titulares que dieron la vuelta al mundo. El sherpa Gelje Sherpa (@gelje_sherpa_) rescata a un cliente a 8.300 metros, en la ‘zona de la muerte’ y lo carga a su espalda hasta el Campo 4. Y cada kilo en altitud parecen 5.

Refiriéndose a lugares por encima de 7.500 metros, el médico suizo Edouard Wyss-Dunant afirmó en 1953: «Aquí, sólo es posible adaptarse durante un tiempo limitado, ya que no se compensa todo el gasto de energía durante el tiempo de reposo». Y decidió bautizar a este inhóspito lugar como la «Zona de la muerte».


Es la otra historia del Himalaya.

 



Xiana Siccardi cuenta que un amigo le aconsejó (que importante valor, la amistad) que no solo es importante tener sueños, sino también actualizarlos.

A los 24, hizo el viaje soñado a Egipto tras superar un cáncer: "Un cáncer muy agresivo. De un año para otro me había convertido en otra persona, que fue el año que duró el tratamiento. ¿Cómo puedo recuperar mi vida si soy otra?"

Quince años después de un año de tratamiento, y tras ahorrar durante meses y entrenarse (con cardio y natación) comenzó una expedición, de unas dos semanas y unos 60 km, hacia el campo base de la montaña más alta del planeta, en el Himalaya. 

"Hima" significa nieve, "alaya" es morada en sánscrito. El Himalaya es la morada de las nieves. La cordillera más alta del planeta, con más de 110 picos de más de 7300 metros.

«En la película Buscando a Nemo, ¡perdón por la referencia!, creo que es el padre de Nemo el que le dice a la madre: ‘No protejas tanto a Nemo para que no le pase nada, que al final vas a conseguir que no le pase nada», cuenta Sicccardi en una entrevista.

Allí arriba, en el tejado del mundo, tras el dolor y el sufrimiento del esfuerzo para seguir adelante, llegaron los aludes de pensamientos y después, como después de una tormenta, la calma mental, la alegría satisfecha.

«Aquí solo entran las personas de buen corazón»
, advierten las placas de los refugios de esas montañas.
 


Ella es periodista. Xiana Siccardi escribió un libro junto con su pareja Lakpa Nuru Sherpa titulado "Sherpas. La otra historia del Himalaya". En él, cuentan que esto del derecho de admisión de las montañas, tiene una explicación. Los sherpas creían en la existencia de valles secretos en los Himalayas, llamados beyul, donde podrían refugiarse en futuros tiempos difíciles. Porque la montaña también es refugio, en Nepal eran beyul los valles de Khenpalung, Rolwaling, Yolmo, Langtang, Nubri y, por supuesto, el valle de Khumbu. Por eso hay normas:
Abstenerse de robar la vida, de enfadarse, de tener celos y envidias, de ofender a otros y de intoxicarse demasiado.

Cada montaña tiene un dios, y en el Everest, según la leyenda, vive una diosa celosa de su montaña. 

“La diosa del Everest tenía nombre, Miyolangsangma, ‘Diosa Otorgadora Inagotable’, según el budismo tibetano. Monta una tigresa dorada y entrega las joyas del budismo a quienes las merecen.

Un lama de un santuario cercano a Namche Bazaar llamado Lama Tenzing Lossang dijo en 2015 tras la gran avalancha que la diosa del Everest “sufre cuando mucha gente se pone sobre ella, y fumar, comer o beber allí no es respetuoso. Es una montaña sagrada, y todos están allí por el dinero, pero el dinero no significa nada para el Everest. Es una diosa muy importante, y si se la trata así, la gente muere”.

“―Oye Lakpa, ¿para ti hay dioses y espíritus en las montañas y en los ríos?

―La gente suele decir que están por todas partes, que hay un dios en cada río, en cada montaña, en los estanques, en las rocas y en los lagos. (…) Yo no sé, sólo digo que mucha gente cree que viven espíritus en ese lago y que allí no se pueden hacer ciertas cosas, que si se molesta a los espíritus hay consecuencias."

“Una caravana de peludos yaks pasó por delante hundiendo las pezuñas en el barro. Un cuervo graznaba como loco desde el tejado de enfrente. Me gustaba que allí todavía se tratara como dioses a los animales en lugar de reducirlos a mascotas, comida o atrezzo. (...) Los sherpas, por su condición de budistas, no mataban ni herían a los animales. Arrebatar una vida estaba considerado uno de los pecados más graves”.

"¡Salta por encima! ¡Qué manía con matar!" Xiana tuvo que saltar las cucarachas que se encontraba en su camino. ¿Por qué tenemos que matarles, si todos los seres tienen todo el derecho de vivir?

“Estábamos ante algunos de los picos más altos de la Tierra. Todas aquellas formidables masas de volúmenes y formas. Desde allí era evidente darse cuenta que los Himalayas no podían ser conquistados. ¿Qué significaba conquistar? ¿Subir a todos los picos? ¿O sólo a los más altos? Por definición, conquistar significaba “ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población o posición”; es decir, someter. Se usaba esa expresión porque los primeros expedicionarios fueron militares y las expresiones bélicas –conquistar la cumbre, caídos en la montaña- quedaron asociadas al mundo del alpinismo. Pero la realidad es que era imposible someter a una cordillera, y menos todavía a una bestia como aquella, del mismo modo que, en esencia, no era posible conquistar un río o una flor. Sí se podía, en cambio, destruir un río o una flor en el intento de atraparlos, de someterlos" 

Hay otras maneras: "Ningún sherpa hablaba en términos de conquista, sino de respeto hacia la montaña y gratitud hacia ella”.

Nosotros a las montañas, les respondemos con guerra: contaminación, deforestación, minería... Quebrando su compleja armonía natural, que trae de vuelta todo tipo de desastres naturales: deslizamientos de tierras, inundaciones, enfermedades... Y además, les otorgamos todos los derechos de personas jurídicas a las corporaciones que son las que arrebatan la vida a las montañas.

-Se ve muy claro en el Campo Base del Everest- le contó el sherpa Dawa a Xiana.- Apenas ya queda hielo en el Campo Base del Everest en primavera. Hace cinco o seis años, cuando era primavera, allá por el mes de mayo, llegabas y nunca veías agua bajando del glaciar de Khumbu. Pero ahora por las mismas fechas baja un río muy grande, un río de toda la nieve derretida de las montañas.

No son las únicas miradas humanas en estos lugares. En Nepal conviven más de 100 castas diferentes, cada una con su propio lenguaje, religión y cultura.
Sherpas es una palabra que procede de sharwas, tal como se pronunciaba antiguamente. Sher proviene de shar o shyar, que en tibetano significa "del este"; y pa o wa, que significa "gente". Los sherpas eran, por tanto, la gente del este, los procedentes de la provincia tibetana de Kham.




Tienen por costumbre vivir en familias grande, de 5 ó 10 personas o más. Comen juntos, duermen juntos en la misma habitación y no tienen cuartos privados para descansar.

Xiana Siccardi añade muchas pequeñas observaciones de las costumbres de los sherpas en esta obra, algunas de las cuales son muy prácticas: "Me fijé en que los sherpas caminaban en zig-zag para cansarse menos. Observando a Dawa aprendí a estirar del todo la pierna izquierda cuando subía un escalón con la derecha. Yo acostumbraba a subir en línea recta manteniendo ambas piernas siempre flexionadas, como cuando se suben escaleras, pero de esa otra manera las piernas descansaban mucho más en los trayectos largos y empinados."

"Algo me encantaba de aquel lugar era, por ejemplo, que no tenía la constante hiper sexualización de Occidente. Los nepalíes en general -y los sherpas en particular- eran una sociedad tradicionalmente muy puritana en sus formas, y en la que el reclamo sexual no estaba presente en las relaciones sociales, la moda, la cultura popular, la televisión o la publicidad. Aquello quizá explicaba por qué había tantas mujeres de todas las edades viajando solas por el país."

Lapka Nuru, por su trabajo, ha estado en la cima del Everest hasta tres veces. Trabaja para su familia desde los 14 años. Es el turismo de montaña como porteadores o guías. Un trabajo extremadamente peligroso. A Siccardi le cuentan que un porteador de trekking cobra unos 15€ diarios y un guía unos 20€ por día, propinas aparte. La mayoría de trekkings duran doce o veinte días. Y cuando más trabajo hay es en temporada de turismo, en primavera y otoño.

La familia de Lapka, como la mayoría de locales, vivía de la agricultura. Su casa estaba hecha de piedra, con una pequeña hoguera que calentaba toda la morada. Una casa cercana al pueblo de Khari Khola, a unos 75 kilómetros del Everest, a unos 1.800 metros.

"-Dicen que los sherpas estamos muy bien adaptados a la altitud genéticamente, pero no sé si es cierto.

-¿No lo crees así?

-No sé. Hay cosas que ayudan, como que tenemos los ojos así de finos para ver mejor en la nieve y no sufrir tanta ceguera de montaña."


Lapka Nuru estuvo presente el día después de que Nimsdai hiciese la famosa foto del atasco a pocos metros de la cima, en el 2019. Un atasco que se prolongó y que provocó que el joven alpinista nepalí estuviese al borde de la muerte. Era su tercer ascenso, a su cliente se le acabó el oxígeno y Lakpa le dio el suyo. 


"Me pareció raro la frialdad con la que os tratáis. A veces habláis con un conocido como si fuera un desconocido, es como si no tuvierais confianza en las personas… Avisáis o pedís cita para visitar a un familiar o a un amigo… Nosotros no. Si queremos visitar a nuestra madre o un amigo, vamos y lo visitamos. No le decimos que vamos a ir", cuenta en una entrevista cuando le preguntan por esos choques culturales que surgen en el encuentro con otra cultura humana.

La visita a la montaña, tampoco se avisa. Quizás es que está dentro, naciendo.

Así lo narra Siccardi: “En todo caso, de persistir en la idea de la conquista, del Himalaya jamás obtendríamos su grandeza, ni su presencia, ni por supuesto todas las demás cosas hermosas que queríamos arrebatarle, pensando que algún día también serían nuestras. John Muir escribió que uno no va a las montañas, sino que las montañas están dentro de uno, y creo que tenía razón. Desde mi punto de vista, sólo había una manera verdadera de formar parte de todo aquello que era, más que conquistando, dejándonos conquistar”.



Fuentes:
https://ruteon.com/noticias/primero-pasas-un-dolor-fisico-luego-llega-el-dolor-psiquico-despues-una-sensacion-de-calma-increible/?fbclid=IwAR0meVJPUkOzNDjXIl2KMHipM_yRzaPWRRnRMuwyVDosSwVBt5GWhiWINZQ

Nemo: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/yes/2021/01/09/supero-cancer-llego-everest-escribio-libro/0003_202101SY9P14991.htm?fbclid=IwAR3v_xkpUOzhC7nRZfzpOIAt3qQtPjE8CEaMZ-HdfYLkNC1qDzMeGWtzjlw

Sherpas. La otra historia del Himalaya. Xiana Siccardi & Lakpa Nuru Sherpa.

sábado, 2 de marzo de 2024

BaYaka: para mantener el bosque abierto, por eso canta el pájaro.

"Ruido es desorden. Cuando la gente canta, es armonioso, y así es como debería ser. Incluso cuando la gente tienen conversaciones, también se armonizan entre sí, para demostrar que han escuchado, que han entendido o cual es su sentimiento emocional. Siempre hay una melodía en las conversaciones. Son las conversaciones de alegría, cuando cooperan y se coordinan. Es una paz tranquila. En el bosque, un hombre señaló un pájaro y dijo "eso es lo que mantiene abierto el bosque. Por eso canta el pájaro." Y eso es lo que la gente hace en lo campamentos con sus conversaciones."
Jerome Lewis. Profesor de antropología en la University College London.


Dasa Bombjaková, antropóloga, realizó una (maravillosa) investigación socioantropológica de 18 meses (2013 - 2015) entre cazadores-recolectores de la cuenca del Congo de la región de Likouala, Congo-Brazzaville.

Los Mbenjele BaYaka (pigmeos es un término despectivo), viven de la caza y la recolección. Son padres muy receptivos. Es una sociedad igualitaria. No tienen jefes ni reyes, no hay jerarquía. Pero sobre todo, valoran y cultivan la autonomía y la individualidad. También el carácter y el talento de cada persona, a través del trabajo comunitario. Se trata de respetar las diversas habilidades de cada uno.

"Las especializaciones de las personas son para el bien de todos." "Benefician a toda la comunidad, por lo que respetan las elecciones de cada uno en lo que quieren ser buenos, en lo que quieren especializarse. Cuando la gente habla de sus dones o talentos, se refieren a ellos como "cosas que cuidar".

"El trabajo en términos Yaka es el tipo de actividad que resulta en algo material o consumible." Por ejemplo, hacer una canasta es "trabajo" porque esta actividad da como resultado un producto, una canasta, que uno puede ver, tocar usar. Algo consumible es el alimento, resultado directo de la caza o la recolección.
"Y como los cuadernos no sirven para combatir el hambre ni son un material adecuado para tejer cestas, "escribir en un cuaderno" no se considera trabajo", se lamenta la antropóloga.

Al acampar, la cabaña de cada uno debe construirse aproximadamente en un
círculo, y las entradas de sus cabañas deben apuntar hacia el centro. Si sólo hay dos cabañas, también deben mirar una hacia la otra.
Así, hay transparencia. Si alguien vuelve a casa con carne, todos podrán verlo. Y ser visto con carne o con cualquier alimento automáticamente le da a la gente la oportunidad de ejercer su derecho a demandar, a pedir un poco de esa carne. Estas demandas no se pueden rechazar: la gente está obligada a compartir.

No es todo de color de rosa. Vivir en un grupo social pequeño inevitablemente genera disputas, conflictos y malentendidos de vez en cuando. Y, a veces, una solución adecuada para evitar la escalada de estos conflictos es simplemente hacer las maletas e irse. Cosa fácil, al no tener casas, granjas o animales que cuidar, pueden irse cuando y donde sea. Se trata de tomarse un respiro, y al volver, ver mejor las cosas. Esto beneficia directamente el bienestar de toda la comunidad, que disfruta de más armonía.

Otro ejemplo que remarca el gran valor a la autonomía personal, es el hecho de que decir adiós es de mala educación. Cada uno puede entrar y salir cuando quiera. Mostrar tristeza por la partida de alguien, despedidas ruidosas, abrazos y lágrimas; tales manifestaciones de emociones crean culpa, dependencia e incluso amenaza emocional, y los BaYaka evitan mostrarlas.

El respeto por la autonomía personal dicta que nadie tiene derecho a decirle a los demás qué deben o qué no deben hacer, incluidos los niños.

Los niños (bajo supervisión directa) pueden jugar con cuchillos o incluso con fuego. Así, aprenden a manipular objetos importantes y vitales muy temprano en sus vidas, lo que puede resultar muy útil en el duro entorno de una selva tropical. Los cuchillos sirven para abrirse camino a través del bosque; cavar y pelar ñames silvestres; trocear y limpiar animales cazados; cortar lianas e hilos para producir cestas, esteras y sus chozas...

En el amor (bòlíngó) ocurre lo mismo: nadie puede imponer nada a nadie en las relaciones amorosas. El amor se entiende como la fuerza impulsora para estar junto a alguien, y se refieren a lo que entendemos como matrimonio con una expresión de "unión". (bòlòngá).
El divorcio es bastante común, muchas personas entablan varias relaciones monógamas a lo largo de su vida.

Si bien los BaYaka practican una estricta división del trabajo por género, y se valoran por igual. Las mujeres son principalmente recolectoras y los hombres cazadores, pero tanto la recolección como la caza se valoran de la misma manera. Los cazadores no disfrutan de más beneficios, poder o prestigio.

El igualitarismo sexual significa que no sólo los hombres, sino también las mujeres, disfrutan de independencia económica; de tener voz en la toma de decisiones de su grupo social; de tener control sobre sus cuerpos sexuales y reproductivos; y disfrutar de igual decisión en el matrimonio y el divorcio.

Se celebra el género de cada sexo, afirmando su autonomía, pero también su interdependencia.

Dasa Bombjaková cuenta: "cuando las mujeres se sientan una al lado de la otra, sus hombros o piernas se tocan, o se sientan juntas una frente a otra. Cuando llegué al campo, recuerdo que, al principio, me sentía casi incómoda que mujeres que no conocía tuvieran contacto tan frecuente conmigo y se sentaran tan cerca de mí.
Sin embargo, me hizo darme cuenta de cómo esto puede acelerar el vínculo y el sentimiento "natural" en compañía de otras mujeres prácticamente extrañas. Según mi observación, incluso cuando conocieron a otras mujeres Mbendjele por primera vez, automáticamente se sentaban muy cerca una de la otra y, si los hombres no estaban presentes, intercambiaban información bastante íntima. Como por ejemplo: "Mi marido es una basura, ¿cómo es el tuyo?".


El marido ni siquiera necesita saber sobre el primer mes de embarazo de la mujer, ya que estos temas a menudo se discuten sin que los hombres estén presentes, en grupos de mujeres. Además, en el caso en que el embarazo es abortado, no tiene un impacto perjudicial en la salud mental de las mujeres. La creencia es que la próxima vez, nacerá el mismo niño.

Creen también que es mejor resolver los conflictos mediante la risa en lugar de críticas abiertas, disputas o peleas. 

 


 


Hay dos instituciones culturales pro igualitarias que analiza la antropóloga en su tesis:
- Protocolo para hablar en público llamado Mòsámbò.
- Teatro público de burla llamado Mòádjo.


¿Qué es mòádjò?

Mòádjò son recreaciones públicas de burlas femeninas.

Las mujeres, especialmente las ancianas y las viudas, imitan el comportamiento reciente inapropiado, inaceptable o estúpido de alguien. Esto crea una risa contagiosa, hasta que esa persona se marcha enojada o se traga su orgullo y se une a la diversión general. La risa y la mímica son las fuerzas de contradominio más poderosas para tratar con personas rebeldes o engreídas.

Suele estar motivada por la aparición repentina de la persona en cuestión, aunque también se realizan representaciones que se burlan del comportamiento de alguien en su ausencia.

También emplean mòádzò para enseñar a sus hijos cómo comportarse.
De nada sirve golpear cuando los niños pueden aprender por diferentes medios, como la risa.

Bombjaková cuenta un ejemplo: tu hijo de 8 años sigue molestando repetidamente a su hermana hasta el punto de hacerla llorar.
En lugar de regañar, criticar o emplear algún tipo de castigo, te reúnes con tus hermanas, vecinas, amigas o abuelas... y empiezas a imitar el comportamiento de tu hijo frente a toda la familia/comunidad. Este grupo de mujeres recrearía el comportamiento de tu hijo y lo exageraría. Este teatro se disolvería inmediatamente después de que tu hijo mostrara algún tipo de reconocimiento de que su comportamiento fue incorrecto: la risa sería ideal, pero también se entendería un signo de éxito el que llore, el que se esconda o el que huya.

¿Qué es Mòsámbò?

Es un discurso público con su propio protocolo y reglas. Se utiliza para resolver conflictos o para compartir sentimientos, o sugerencias para mejorar la convivencia en el grupo.

"Si lo piensas bien, en realidad es una buena manera de mantener relaciones sanas con los demás. Te despiertas, te quitas la molestia del pecho y luego simplemente continúas con tu día sin pensar demasiado ni interiorizarlo."


Mòsámbò es uno de los espacios más importantes a través del cual todos, independientemente de su edad o género, pueden contribuir a las decisiones de la comunidad, a las críticas sobre el comportamiento de las personas, etc.

Se espera que todos interrumpan lo que estén haciendo en ese momento, todos deben escuchar al orador. ¿Y si no estás de acuerdo con el orador? Luego, comparte tu opinión en tu propio mòsámbò, cuando la persona haya terminado con la suya.

Las más de las veces, funcionan como reuniones en las que la gente anuncia sus planes de trabajo, pero sin líderes, jefes, supervisores o gerentes. En el mòsámbò por la noche, es un momento ideal para anunciar a otros sobre las frutas que ha visto, o que podrían ir a cazar o recolectar nueces. Y por la mañana, podría haber, por ejemplo, una mujer que mencione casualmente que va a cavar ñames silvestres. O habría una adolescente que diría que irá a pescar en represas con sus amigos, pero después se unirán al grupo de excavación de ñame. Y una abuela anciana podría decir que se queda en el campamento para cuidar a los niños, pero que disfrutaría de esas nueces mencionadas. Pero un grupo de niños podría comentar que preferirán coger la fruta.
Los hombres, por otro lado, dicen que van a trabajar para los bilo (agricultores o pescadores sedentarios). Y entonces, algunas mujeres podrían recordarles a los hombres que deberían ir a cazar y traer algo de carne pronto, o conseguir algunos frutos de palma para que sus comidas sean más aceitosas.

Así es como la gente organiza su trabajo. Hay libertad en lo que la gente prefiere hacer: uno puede idear su propio plan o unirse a diferentes grupos de trabajo. Puede haber una sugerencia de qué hacer, pero de ninguna manera es coercitiva y todos pueden participar, hasta los niños.

Prácticamente cualquier queja, crítica, comentario o consejo se puede convertir en mosámbo. El mòsámbò típico comienza con:  

"¡Escucha!"

Ruido. 

"El ruido mata el bosque; ahuyenta la caza, trae hambre y enfermedades... El ruido es desagradable, caluroso y doloroso. No importa la causa o fuente del ruido y desorden, traen desgracia a las personas y al mundo en el que viven, por lo que es necesario evitarlos o ponerles fin".
 

El bosque en sí se considera abundante, pacífico, fresco y útil para concebir hijos. Con el ruido, se cierra.


El ruido es desorden, o las tensiones silenciosas tácitas. También todo tipo de acciones inadecuadas o no normativas de las personas: por ejemplo, las disputas matrimoniales, los chismes sobre información privada o sensible, el acaparamiento o el no compartir, o tomar objetos pequeños de otros sin devolverlos.
Las personas que son reticentes a compartir, o las personas de sociedades jerárquicas, se describen como "ser de manos duras": "bò-dìé na mabô ngudì".

También es ruido la fanfarronería, los regaños o palizas a los niños, cualquier acción que pueda tener un impacto negativo directo en el bienestar del grupo.

"¡Calma a ese niño! ¿Quieres que muramos?"

A todos les conviene calmar a un niño que llora.


Fuentes:

https://discovery.ucl.ac.uk/id/eprint/10043002/

https://instabio.cc/20308ykI8XN?fbclid=PAAabG9zQD99K9UFIO-NmERxnsUh-ByPi4V9ka0L2D-h9imiIA2HUrsp_TA4k

https://www.dbombjakova.com/blog

https://youtu.be/PIMwjIvwXac?feature=shared


https://libcom.org/article/communism-living-what-can-early-human-society-teach-us-about-future-camilla-power


jueves, 15 de febrero de 2024

Sobre el derecho a hacer el tonto y la física cuántica.

“Los humanos juegan, sólo cuando son en todo el sentido de la palabra, humanos. El humano sólo es completamente humano cuando juega.” Friedrich Schiller, Sobre la educación estética del ser humano.
 
"Tus hijos no son tus hijos. Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma." Khalil Gibran. Poeta y escritor. 1883 - 1931.

 

El antropólogo David Graeber, en su artículo ¿De qué nos vale si no podemos pasarlo bien?, hace un repaso histórico de lo que supone el juego y la mentalidad racional.


Explica que en la ciencia darwiniana, "la competición por los recursos, el cálculo racional de los beneficios y la gradual extinción de los débiles fueron tomados como las principios organizadores del universo." Todo funcionaba como si de un mercado encarnizado se tratase.
 

En el neodarwinismo, en cambio, se centra en la propagación de los genes... desde que se descubrió que existían. En este caso, "los animales simplemente trataban de maximizar la propagación de su propio código genético." Un gran ejemplo es Richard Dawkins y su libro El gen egoísta. Cualquier entidad biológica era una máquina, o un torpe robot, programado por códigos genéticos que tiene como objetivo "extender implacablemente sus territorios, impulsado por un inagotable deseo de propagación." Seguimos con el cálculo racional, pero esta vez para propagarse: el crecimiento ilimitado y la pulsión de la acumulación. El mercado encarnizado actual.

En uno u otro caso, "significa atribuir motivos racionales a todos los comportamientos, y que si la observáramos en humanos sería normalmente caracterizada como egoísmo o codicia", resume Graeber. 

¿Y en todo esto, dónde entra el juego, el hacer el tonto, la diversión como fin en sí misma?

"No tenemos que explicar por qué las criaturas desean estar vivas. La vida es un fin en sí mismo. Y si vivir consiste realmente en tener potencias – correr, saltar, volar por el aire – entonces es seguro que el ejercicio de estas potencias como un fin no tiene tampoco que ser explicado."

La vida deseosa de sí misma.

Si somos máquinas racionales de cálculo... ¿Cómo es que se desarrolló la conciencia?

"Una vez que reduces a todos los seres vivos al equivalente de actores de mercado, máquinas racionales de cálculo que tratan de propagar su código genético, aceptas no sólo que las células que componen nuestros cuerpos carecen de cualquier cosa incluso remotamente parecida a la auto-consciencia, la libertad o la vida moral — sino también que todos los otros seres que habrían sido nuestros ancestros tampoco tenían nada de eso. Lo que, además, en primer lugar, hace difícil de entender cómo o por qué la conciencia (una mente, un alma) habría podido, en un momento dado, llegar a desarrollarse."

¿Y si podemos creer que una molécula de ADN, por alguna razón que nadie sabe, solo desea propagarse (de manera metafórica, claro), ¿por que no creemos en el hecho de que todos los niveles de la realidad física tengan algo mínimamente parecido a intencionalidad, libertad o experiencia?

Este es otro nivel: considerar la posibilidad de que las partículas subatómicas tengan «libre albedrío» o incluso experiencias. En la actualidad, la existencia de libertad a nivel subatómico es objeto de agitado debate.

Chanda Prescod-Weinstein, física astrónoma, escribe en su libro "El cosmos desordenado":

"Una de las lecciones más duras que nos ha traído el siglo XX es que nuestro mundo tiene, en esencia, una naturaleza cuántica.
En el contexto que nos ocupa, podemos decir que la física cuántica (lo que los físicos llamamos «mecánica cuántica») concibe las propiedades fundamentales de las partículas de tal modo que todo suceso que se produce en el universo no es más que una probabilidad entre otras. Algunos sucesos son más probables, pero todo es posible. (...) No nos es posible jamás predecir con exactitud lo que harán las partículas, pero sí que podemos calcular la probabilidad de que algo suceda y la escala temporal en la que prevemos que lo haga. El mundo cuántico de las partículas nos obliga a extender nuestra imaginación científica a nuestra realidad científica: cosas que no parecen lógicas son ahora lo real. La existencia de cualquier objeto dado en nuestra vida cotidiana parece un hecho concluyente, garantizado. La mesa en la que tengo los pies apoyados está ahí, solo que hay una probabilidad increíblemente pequeña, casi cero, de que dentro de un momento ya no esté."


¿Y si le damos otra vuelta? ¿Por qué asimilamos que el universo puede descomponerse en partes cognoscibles de manera independiente?

Karen Barad, física teórica de partículas y filósofa feminista, escribe en su libro "Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics and the Entanglement of Matter and Meaning":

"La física de partículas [...] es la manifestación suprema de la tendencia al reduccionismo científico".

"La naturaleza misma de la materialidad es un enredo. La materia misma siempre está ya abierta al "Otro", o más bien enredada con él. (...) Esto es tan cierto para los electrones como para las estrellas frágiles y para el ser humano constituído diferencialmente. (...) Por lo tanto, la ética no se trata de una respuesta correcta a un otro radicalmente exteriorizado, sino de responsabilidad y rendición de cuentas por las vivas relaciones del devenir de las que somos parte”.


Venga, un ejemplo de juego.


Un juego ritual importante que desempeñan los adultos Mbuti. Como lo describe Colin Turnbull (The Mbuti Pygmies), el juego comienza como un “juego de tirar la cuerda”, con las mujeres tirando de un extremo de una larga cuerda o de una vid y los hombres tirando de la otra. Pero tan pronto como un lado comienza a ganar, alguien de aquel equipo irá al otro lado, cambiando también simbólicamente su sexo y convirtiéndose en un miembro del otro grupo.

"Uno de ellos abandona su lado y se une a las mujeres, tirando hacia arriba de su tela de corteza y ajustándolo a la manera de las mujeres, gritando en falsete, ridiculizando la condición de mujer por la misma exageración de su mimo", según Turnbull.

Si las mujeres comienzan a ganar "Una de ellas se ajusta la ropa de corteza, dejándola hacia abajo, y avanza hacia el lado masculino y se une a sus gritos con voz de bajo profundo, de manera similar burlándose de la condición masculina"
 

"Cada persona que cruza trata de superar las burlas de la última, causando más y más risas, hasta que, cuando los concursantes están riendo tan fuerte que no pueden cantar o tirar más, dejan la cuerda y caen al suelo cerca de la histeria."

martes, 23 de enero de 2024

¿Qué tiene que ver el amor con esto?

"¿Crees que la tierra también te ama?"


Fue la pregunta que lanzó Robin Wall Kimmerer a sus alumnos. Ella es botánica norteamericana, de la nación potawatomi, y escribe en su libro "Una trenza de hierba sagrada" que se le ocurrió hacer esa pregunta cuando en un taller de escritura, todos manifestaban y profesaban su amor por la Tierra. 

¡Ah, sí! La Tierra Madre, la Madre Tierra...

¿Y la tierra? ¿Te ama a ti? 

A simple vista, no parece una pregunta propia de una persona seria versada en la ciencia, como lo es esta bióloga. Pero la pregunta no deja de ser esta: 

“¿La Tierra te cuida y te nutre? ¿Te mantiene saludable y fomenta tu crecimiento?

Porque si hay una manera de definir el amor, no el amor romántico ni cursi, sino del que emana vulnerabilidad, es eso: nutrir, hacerte cargo de algo o alguien y fomentar su autonomía. Cuidar la tierra es saber que ella también te cuida a ti. Que la tierra no es unicamente el objeto del amor, la "cautiva" de un amor, no es una madre abnegada. Tiene poder. 

No se trata de domar a la tierra "salvaje", ni dominarla ni clasificarla, sino de cuidar y persuadir a la tierra "cultivada" para aumentar las probabilidades de obtener un resultado favorable, como si de ella dependiera nuestra vida. 

Y de hecho, así es.

Pero hemos pasado ya a expoliar combustibles fósiles de sus entrañas, y lo llamamos producción.


Y los periódicos dicen que hemos perdido la "biofilia", el amor innato a la
Naturaleza. Que sufrimos de "ecoansiedad" porque sufrimos la "soledad de especie" o esa desconexión respecto de otras especies, tanto animal como vegetal. La desconexión, una palabra que ahora tiene más que ver con lo digital que con el vínculo con otros humanos o con otras especies.

Dicen que el lenguaje es la espuma del pensamiento. "Aroha" es una antigua palabra maorí. Según el diccionario, significa amor, bondad, respeto, empatía. Pero si la desgranamos, veremos que "aro" significa pensamiento, principio de vida, poner atención, encarar. "Oha" es generosidad, prosperidad, abundancia, riqueza.
Y así, damos con la que creo que es la clave para encarar esta desconexión: poner atención. "Diquela y dicarás" te dice la comunidad gitana: presta atención y verás.


La novelista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie explicó en un potente discurso en un evento humanitario que en su idioma Igbo, la palabra amor es "ifunanya" y su traducción literal es ver ("ifu", ver; "na", en; "anya", "ojos"). En igbo, para decir "te amo", dicen "afurum gi n’anya", que se traduce como "te tengo en mis ojos".

Albert Einstein aseguraba que el universo de cada uno se resume en el tamaño de su saber.

Solo se ama lo que se conoce. Y para conocer, hay que tener capacidad de observar y analizar y no legitimar y no dar como válido aquello que sentimos como algo positivo por sí mismo. Los sentimientos también tienen que ser analizados y criticados. No podría haber razón sin afectividad, y lo contrario tampoco es cierto.
Se debe construir una relación más fuerte o salvar la distancia entre nuestro mundo y nosotros, y una mayor nivel de conciencia de nuestro mundo mediante
atenta observación y experimentación.

En el pueblo originario norteamericano lakota, hay una palabra que significa conocimiento y conciencia: wíyukčaŋ. Esta palabra tiene dentro las palabras sol, "wí", y árbol, "čaŋ". Que viene de la palabra antigua "canpaza": madera que apunta al cielo. "Cannakpaa" es el hongo: literalmente “orejas de árbol”.

"Nuestros ancianos dicen que las ceremonias sirven para que nos acordemos de recordar", escribe también Robin Wall Kimmerer. Y gracias al escritor uruguayo Eduardo Galeno, se que la palabra "recordar" viene del latín "re-cordis" que significaba algo así como volver a pasar por el corazón. Pero en estas ceremonias de los pueblos originarios, no solo recuerdan, también dan las gracias. Y gratitud no deja de ser reconocer el poder de la tierra, y la suficiencia. "Gracias" es la palabra mágica que nos apresuramos a inculcar a los niños. "Ya tengo todo lo que necesito, gracias."

"Ciertos idiomas nativos tienen un término para referirse a las plantas en general que puede traducirse como: aquellas que cuidan de nosotros", escribe Wall Kimmerer.

Siguiendo la espuma del pensamiento, que es el lenguaje, viajamos al continente africano. Porque allí, muchas son las lenguas que recuerdan el poder medicinal de las plantas. En el idioma de los Luo, "yath" significa tanto árbol, planta, y medicina. Los Luo abarcan Sudán del Sur, Etiopía (Anuak), el norte de Uganda, la zona este del Congo (RDC), el oeste de Kenia y el extremo norte de Tanzania.

En el idioma khwedam del Noreste de Namibia, "yii" significa árbol, madera y planta medicinal.

En bemba, del norte de Zambia, "imiti" significa árboles en plural, y también medicinas.

La naturaleza se sustenta en un delicado equilibrio. Un ecosistema usa la energía
para crecer, pero se detiene e incrementa la complejidad y estabilidad. El mejor ejemplo es un árbol. En árboles de ritmo lento, como en los tejos, secuoyas o enebros, con el paso de los años, el centro de la madera se oscurece. El interior de la madera y de las ramas pasa a crear una especie de hormigón, para dar estabilidad y resistencia. Como si de una viga en construcción se tratase. Con esta regresión, aguantan centenares de años y decenas de metros de altura, seres grandes y longevos.
Así funciona cualquier ecosistema, incluido tu cuerpo. Crecimiento, y luego equilibrio y complejidad, resistencia. En nuestro sistema económico socio-cultural (las lógicas del capital) no se deja de crecer.


"El ser humano es la naturaleza que toma conciencia de sí mismo" escribió el
geógrafo Élisée Reclus. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? El huevo fue, y la gallina, dinosaurio aviar. Los dinosaurios, aquellos que tuvieron tanto éxito en nuestro planeta: 135 millones de años.


Pero la pregunta sustancial era: ¿Olvidamos que la Tierra nos ama, u olvidamos que nosotros nos amamos como naturaleza que somos? Kimmerer tiene razón: no hay nada más transformador que el recuerdo de este amor recíproco, sin dominación, sin romanticismo. Pero si vamos a entendernos a nosotras mismas para ser indivisibles de la naturaleza, entonces enamorarnos de ella de nuevo requerirá que nos amemos de nuevo. Hace 100.000 años éramos interdependientes con nuestro pequeño grupo cultural, pero también fuimos creando extensas e intrincadas redes de sociedades (coaliciones o confederaciones) por las que se movían diversas experiencias, historias, objetos, ideas, canciones...
Mutualismo, comensalismo, parasitismo. Lo nuestro es la versatilidad cooperativa. El verdadero amor no es una calle de un solo sentido, es un espejo que contiene nuestro reflejo, un recordatorio de lo que somos.

jueves, 11 de enero de 2024

Cataclismos siderales y relaciones galácticas: la Naturaleza.

"Hablar de los primeros humanos es clavar un cartel en un río antiguo que diga "no hay humanos más allá de este punto", sin importar la corriente continua que fluye alrededor. No hay nada esencial para la humanidad, ninguna característica única que haya hecho que una criatura sea humana cuando sus padres no lo eran... Por mucho que intentes definir cada punto antes del cartel indicador como no humano, y los de más allá como humano, el río fluye continuamente." Thomas Halliday, paleobiólogo. "Otros mundos. Viaje por los ecosistemas extintos de la tierra"

 

 

¿Qué es la naturaleza? Praderas, árboles, flores... 

Todos los organismos visibles con los que estamos tan familiarizados, todo lo que acude a nuestra mente cuando pensamos en la «naturaleza», son los rezagados de la historia de la vida.

Empiezo por el principio de la historia.

Si el universo cupiese comprimido y ordenado en una semana:

Lunes, el big bang.

Miércoles, Vía Láctea.

Viernes por la tarde, poco después del sol, la Tierra (en ese proceso le impactó otro protoplaneta: los escombros expelidos fueron agregándose hasta formar la Luna).

Sábado a medianoche, la vida unicelular.

Y a las 23:59’:59’’ del Domingo... ¡La humanidad!


Los humanos y todo lo que nos rodea, somos cataclismos siderales. Materia que fue fabricada en el núcleo estelar gracias a las reacciones de fusión y diseminados por el universo por las supernovas de los últimos estadios de vida de las estrellas. (Aunque la energía oscura y la materia oscura, al fin y al cabo, son los que componen el 95% del universo.)

Y si los 600 millones de años de la vida animal de nuestro planeta cupiesen comprimidos y ordenados en una semana

Todos los continentes del planeta formaban una sola masa de tierra, llamada Pangea.
Cuando ha transcurrido ya la mayor parte de la semana, no empieza la Tierra a tener otra cosa que enseñar al universo que una inquieta capa de microbios. ¡Los dinosaurios aparecieron el viernes a las 6 a.m.! El meteorito que los barrió (excepto la línea de las aves), ocurrió el domingo al salir el sol.
El Homo Sapiens, aparece el mismo día, el domingo, entre las 23:56 y la medianoche.  

Sí, los dinosaurios estuvieron 2 días y nosotros llevamos 4 minutos.
   
Y hace ahora 200 millones de años comenzó la apertura del Atlántico y su centro terminó convirtiéndose en uno de los lugares más volcánicos de la Tierra. La dorsal Mesoatlántica es una "grieta" desde el Norte de Groenlandia hasta la Antártida. De ahí sale lava, incluso material del interior de la Tierra de más de 600 km de profundidad, que actúa como una cuña entre las placas, empujando el suelo oceánico y anchando el Atlántico. Y por eso, los continentes Europa y América se están alejando.
De esta grieta y su lava que se enfría, se formó una cordillera, y de una de sus cumbres, surgió Islandia y otras tierras, como las islas Azores o la Isla Santa Elena (donde acabó sus días Napoleón).

Pero cuando todo esto comenzó, hace 200 millones de años, fue tanta la lava que salía de la grieta en tan poco tiempo, que la química de la atmósfera cambió mucho. Si bien es cierto que en casi todos los episodios de extinción hay escasez de información, sea como fuere, se produjo una de las grandes extinciones de la historia del planeta, la de finales del Triásico, que resultó en la desaparición del 76% de todas las especies de vida terrestres y marinas y redujo en gran medida las poblaciones supervivientes. Algunas familias, como los pterosaurios, los cocodrilos, los mamíferos y los peces, se vieron mínimamente afectadas. ¡Y surgen los primeros dinosaurios verdaderos!

¿Y sabes qué? "Pasó más tiempo entre la vida del último Diplodocus y el primer Tyrannosaurus que entre la del último Tyrannosaurus y tu nacimiento", escribe Thomas Halliday en su libro Otros mundos. Y aún te cuenta más: "Las criaturas jurásicas como Diplodocus no sólo no vieron pastos, sino que tampoco vieron nunca una flor; las plantas con flores sólo se diversificaron a mediados del Cretácico."

Hace 472 millones de años (más o menos) fueron los líquenes y los musgos los colonizadores del planeta. Hoy todavía "simplemente existen, testimoniando el hecho conmovedor de que la vida existe, incluso a su nivel más simple, por lo que parece, porque sí, por existir", escribe David Attenborough. 

El Carbonífero (359 millones de años - 299 millones de años) es el período en el
que aparecen las primeras extensiones boscosas, las grandes plantas evolucionaron y se diversificaron. Aparecieron las plantas vasculares, con la capacidad de transportar agua y nutrientes a través de sus tejidos. Las coníferas hace unos 319 millones de años, aquellas que se reproducen por el viento (anemófilas). Y estas tienen que esparcir mucho polen al aire para asegurarse el éxito (mala suerte para los alérgicos). Son los avellanos, robles, hayas, abedules.

La atmósfera del carbonífero tenía el doble de oxígeno. Los insectos y los artrópodos crecieron mucho. ¿Por qué? Pues porque no tienen pulmones, ni transportan oxígeno en su sangre. Su cuerpo está atravesado por una suerte de "tuberías", llamadas traqueas, por donde entra el aire desde el exterior por los poros hasta las partes más profundas del organismo. Así es que en el carbonífero, con tanto oxígeno, pudieron crecer mucho.

Y cuando escribo mucho, es que es realmente "mucho": El arthropleura era un milpies del tamaño de un coche. El meganeura era una libélula tan grande como un cuervo, con alas de más de 70 cm.
Las libélulas de ahora no son tan grandes, pero siguen con sus maravillosas habilidades. Pueden volar a 50 km/hora, se mantienen inmóviles en el aire, vuelan hacia atrás...  «La Fuerza Aérea estadounidense las ha puesto en túneles de viento, para ver cómo se las arreglaban, y se desesperaron» (Spineless wonders, de Richard Conniff).


Algo ocurrió después que hizo cambiar el mundo de manera inimaginable: que
subió la temperatura. Hace más o menos 150 millones de años, la manera de proteger de estas altas temperaturas al polen, fueron... ¡Las flores!
Las flores son, pues, una maravillosa estrategia de la planta para proteger del calor a los órganos reproductivos (sobre todo femeninos).
El problema fue que con tanta protección, ya el viento no era eficaz para dispersar el polen, así que empezaron a aprovecharse de los insectos, que ya llevaban mucho tiempo en el planeta, 350 millones de años atrás (1000 veces más tiempo que nosotros). "Las flores se aprovecharon de la visión cromática de los insectos, y no al revés. En este sentido, los insectos polinizadores pintaron el mundo." (The mind of a bee, de Lars Chittka).

Y para eso, las flores tenían que atraerles con un festival de:
- Colores (blanco y amarillo especialmente, que reflejan la luz del sol, calefacción natural para acoger a los insectos. Y si las plantas, además, hacen heliotropismo, orientarse al sol, mejor). Antes, el entorno de vida terrestre era mayoritariamente verde y marrón, hojas y cortezas de árboles.
- Aromas embriagadores de aceites esenciales (que perfuman a los insectos para tener éxito con sus parejas zumbonas).
- Sabores (polen, néctar).
Otras plantas florecen de noche, y sus visitantes son las nocturnas polillas y los murciélagos. (¿No hablé suficiente de los murciélagos en mi último libro?)
Y otras se especializan en los pájaros, con sus flores tubulares y rojas (y no olorosas, puesto que los pájaros no lo necesitan).

Muchas partes del mundo natural que hoy damos por sentado son llegadas relativamente recientes. La hierba, los pastos, el componente principal de los ecosistemas más grandes del planeta actual, sólo surgieron hace menos de 70 millones de años, como partes raras de los bosques de la India y América del Sur. Los ecosistemas dominados por pastos, la hierba, no surgieron hasta unos 40 millones de años antes del presente. Nunca hubo praderas de dinosaurios y, en el hemisferio norte, la hierba simplemente no existía.

«¿Qué hay que hacer para encontrar la salida en un bosque de Islandia? Ponerse de pie»

Volvemos a estas tierras con este chiste que cuenta la bióloga Anne Sverdrup-Thygeson en su libro El tejido de la naturaleza.

"Ya no queda mucho bosque en Islandia", se lamenta. "El que hay, no tiene árboles altos, lo que conlleva muchos problemas de erosión y degradación de la tierra."

¿Quizás sea porque es una tierra volcánica? No. No es eso.

"Hace unos mil años, cuando los vikingos noruegos llegaron en barco, reclamaron la tierra y se asentaron allí, en Islandia había muchos bosques. Puede que el cuarenta por ciento de la isla estuviera cubierto de bosque. Sin embargo, los colonos talaron los bosques de abedules para disponer de tierras de pasto y cultivo, y como material de construcción y combustible. En poco tiempo, de doscientos a trescientos años, el país se quedó sin árboles para el refugio y para que se mantuviera firme el suelo. La tierra ligera y volcánica de Islandia estaba a la intemperie, expuesta y vulnerable al viento y al clima crudo. Y en Islandia el clima es despiadado. Y el viento, feroz."

Y sí, las erupciones volcánicas, la ceniza, pero también la intensidad del pastoreo de ovejas, contribuyeron a la erosión del suelo. La vegetación también se redujo, lo que a su vez producía aún más erosión del suelo.

"Alrededor de 1950, el 60% de la vegetación y el 96% de la tierra cubierta de árboles y arbustos había desaparecido. Menos de un 1% del país estaba cubierto de bosque."

El paleobiólogo antes mencionado, Thomas Halliday, también cuenta en su libro que en apenas 40 años, "un chasquido de dedos geológico", como dice, "hemos perdido más de la mitad de los vertebrados individuales vivos del planeta".

“Sabemos que se está produciendo un cambio, sabemos que somos responsables, sabemos qué pasará si continúa, sabemos que podemos detenerlo y sabemos cómo. La pregunta es si lo intentaremos”.

"(...) y para eso hace falta imaginación y un sentimiento de asombro ante el universo que tenemos delante", asevera la Dra. en física teórica Chanda Prescod-Weinstein en su libro El cosmos desordenado. "La ciencia necesita un código anticolonial que incorpore una mayor comprensión de la relación dinámica que existe entre las ideas humanas y el mundo sobre el que las proyectamos."

«La ciencia pono es posible» es un eslogan que vio portando a algunos kānaka 'õiwi (nativos hawaianos) en las protestas por la protección del volcán Maunakea.

"Tenemos varias traducciones distintas, e imperfectas, de pono, entre ellas rectitud, virtud, bondad y esperanza."

"Por el contrario, mi formación de física me enseñó a olvidar, como dice Sawn Wilson, «la noción interna de nuestra conexión con el universo»."

“El propósito de cualquier ceremonia es construir una relación más fuerte o salvar la distancia entre nuestro cosmos y nosotros. La investigación que hacemos como pueblos indígenas es una ceremonia que nos permite un mayor nivel de conciencia y comprensión de nuestro mundo." Shawn Wilson, investigador cree opaskwayak.

"Me esfuerzo a diario por verme a mí misma como un conjunto de quarks, de restos de supernova, embarcada en un viaje por conocer y honrar nuestras relaciones galácticas." escribe de manera muy bella Chanda Prescod-Weinstein, cosmóloga y física de partículas, y ciudadana de los Estados Unidos y de Barbados.

"Como me dijo una vez mi querido amigo Ayinde Jean-Baptiste, activista de toda la vida: «Recordemos lo que queremos defender, y no solo las cosas contra las que estamos».

Añado yo, en pluma de Antonio Machado:


«No basta despertar cuando amanece:
Hay que mirar al horizonte
».


Fuentes: 

"El cosmos desordenado. Un viaje a la materia oscura, el espacio-tiempo y los sueños." Chanda Prescod-Weinstein.

"Otros mundos. Viaje por los ecosistemas extintos de la tierra." Thomas Halliday.

"Research Is Ceremony. Indigenous Research Methods." Shawn Wilson.

"El tejido de la naturaleza. Diez millones de especies que nos salvan la vida." Anne Sverdrup-Thygeson

Ancient Earth
Earth looked very different long ago. Search for addresses across 750 million years of Earth's history.
dinosaurpictures.org
https://dinosaurpictures.org/ancient-earth#600

https://www.lavanguardia.com/lacontra/20170304/42527684914/tu-sangre-es-la-memoria-de-un-cataclismo-sideral.html

jueves, 14 de diciembre de 2023

Mujeres pastoras de Suecia y Pakistán: el kulning y el bulbulik.

"He llegado a lo más alto, pero cuando miro hacia atrás me doy cuenta de lo lejos que estoy. Oh madre, cada vez que te recuerdo siete lluvias caen en mi cara. El verano se acabó. Desearía ser una pastora sana y fuerte."


Bulbulik. Así se llaman los versos cantados por las mujeres wakhi. Significa "canto de ruiseñor".

 

Las mujeres pastoras wakhi orientaban a las ovejas, cabras y yaks para que no se saliesen de los caminos altos, escarpados y estrechos. Hay peligro de deslizamientos. Estamos en Pamir, a 5.000 metros de altura. Es la cordillera Karakoram del noreste de Pakistán. 

Dejaron a los hombres en casa, al cuidado del pueblo y la agricultura, para caminar entre tres y cinco días hacia el valle de Shimshal. Llevan hasta 20 kg cada una de provisiones, y en el borde del desfiladero del río Shimshal hay una caída empinada sin ninguna baranda de seguridad. 

No fue hasta 2003 que se terminó la carretera del valle. En el pasado tuvieron que enfrentarse no solo a situaciones climáticas adversas, sino también al resto de seres que vivían de esas montañas, como lobos o leopardos.

Ya en el valle, cuidan de sus animales, esquilan, hacen yogur, mantequilla y otros productos lácteos, también con la lana, para luego hacer trueque con ellos.

Cruzan pasarelas de madera, casas de barro y paredes de roca, desfiladeros con caminos angostos... Alguien o "alguienes" construyeron y mantuvieron todo eso. No fue nadie más que el mismo pueblo.

"Nomus" es, en idioma wakhi, el sistema mediante el cual hogares o individuos patrocinan un proyecto de desarrollo comunitario: la construcción de una vía, un puente o un edificio, al que le ponen el nombre de un familiar para honrar su memoria. (Namus es una palabra árabe que significa reputación, fama, honor.)

Allí arriba, en el valle, pasan las mujeres los meses de verano. La madera no existe a esa altitud y es necesario adaptarse al humo que emana de la estufa, que es esencial para cocinar y calentarse después de que el viento sopla del glaciar. El clima es caprichoso y las cuatro estaciones pueden ocurrir en el mismo día. La vida social se reduce a la escasa interacción con las otras pocas pastoras capaces de subir y trabajar duro todos esos meses.


“Nacimos en el trabajo y la responsabilidad. Y nos ha seguido toda la vida. Está en nuestra sangre".

Esta mujer es sueca. Se llama Karin Saros, y a la edad de trece años, fue enviada a trabajar por primera vez en una "fäbod" o granja de verano, para pastorear el ganado de la familia y producir productos lácteos sostenibles para el próximo invierno. De esta forma, las mujeres del pueblo pasaban todos los veranos sin la compañía de los hombres.

Ella habla no solo de los trabajos y responsabilidades, sino también de los sentimientos de libertad que esa vida independiente trajo a las mujeres. El fäbod significaba trabajo duro, pero Karin encontró consuelo al dejar atrás una vida hogareña pero profundamente controlada por el patriarca de su familia. En el fäbod, ella misma podía decidir cómo organizar los trabajos del día y, a medida que pasaba el tiempo, aprendió a usar su voz para llamar al ganado. Habla con reverencia de las llamadas de pastoreo de la cultura nórdica del fäbod, conocida como "kulning"



Las culturas de pastoreo existen en todo el mundo, pero en estos casos, la pastora no es unicamente la mujer del pastor. Mantenía su rebaño a salvo de los depredadores, ordeñaba, producía productos lácteos y también de la lana que esquilaba. Cuidaba del hogar y las infraestructuras. La muerte de un animal provocaría escasez, y un mal paso de ella o de sus animales, o un simple error en la producción de mantequilla, queso y productos de suero, podría llevar a su familia a morir de hambre en invierno. 



La canción palestina, llamada Ya Tala'ayn ElJibal (Los que escalan las montañas) solían cantarla las mujeres cuando visitaban a los prisioneros durante el mandato británico (1918 - 1948)

"Oye tú, que subes a la montaña,

entre la noche y el amanecer, alma mía."

Con estos versos comenzaban un mensaje escondido en la canción, añadiendo "lelele" entre palabras para complicarlo.

La canción española llamada Panadera, la entonaban las panaderas, en zonas rurales de Castilla para amenizar los trabajos monótonos como el amasado o la molienda. El ritmo y los movimientos de las manos hacen referencia al proceso de hornear el pan.

"Esa panaderilla tiene tres nombres
Jugadora, Borracha y Amiga de hombres
Ay, qué panadera
Dime, panaderilla, cómo va el trato
La harina va subiendo y el pan barato
Esa panaderilla me ofrece un bollo
Por no verle la cara se lo perdono."

Interpretada por Terez Sliman y Sofía Adriana Portugal.

@MinaWorldMusic


Fuentes:

https://folklife.si.edu/magazine/kulning-swedish-herding-calls

https://mountainvoices-org.translate.goog/pa_glossary.html?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc

 https://institute.aljazeera.net/en/story/nar-begum-shimshal?fbclid=IwAR2fE1zdqo8HImwr8mr6jqikxojY3sXi5vgKyt-7XybSyP28VBoWERzvZHI

https://www.bbc.com/mundo/articles/cy62ll578qzo

lunes, 20 de noviembre de 2023

Escrito en la arena aborigen: mi bisabuela también es mi sobrina.

wikandkuguarts.com

"Alguien que haya ido al bosque australiano con compañeros aborígenes... no se mueve por un paisaje, sino en un ámbito humanizado saturado de significados... Cuerpo, espíritu, nombre, sombra, huellas y totemismo y su lugar sagrado estaban dentro de un sistema. Los unos implican los otros." 

W.E.H. Stanner. Antropólogo.


La ontología aborigen no es primitiva. Si acaso, será temprana. El resultado de cuarenta mil años o más.

Pero es preferible no caer en ese mensaje simplista que critica el docente e investigador Tyson Yunkaporta en su libro Escrito en la arena:

"Casi todos transmiten el mismo mensaje: los Aborígenes Australianos llevan aquí x miles de años, saben cómo vivir en equilibrio con este territorio y deberíamos aprender de ellos a encontrar soluciones para los actuales problemas de sostenibilidad (a menudo me pregunto a quién se refiere el «nosotros» de esta frase). Después, esas ideas ofrecen ejemplos aislados de prácticas anteriores a la colonización. Eso es todo. El público se queda preguntándose «Sí, pero ¿cómo? ¿Qué idea aporta eso para resolver los problemas que hoy vivimos?»."

Así que él decide utilizar un proceso sustentado en patrones de pensamiento indígena para reflexionar en y criticar a los sistemas actuales.
En esta entrada, pretendo reunir solo algunos de esos patrones que presenta.

El mundo aborigen llena todo lo que concierne a nuestro planeta de simbolismo, y el significado está por todas partes. Asumen un mundo que cambia y se adapta continuamente, por lo que todos somos todavía una parte integral de esa creación continua. La relación aborigen con el entorno es el de integración y participación, y está totalmente encarnada.

Yunkaporta lanza esta idea describiendo la importancia del vientre. Cuenta que todas las lenguas aborígenes tienen un término para nombrar la energía de esta parte del cuerpo, algo así como cuando nos referimos a "lo que nos dicen las tripas". "En lengua apalech se dice ngank pi'an. En Australia Occidental algunos pueblos lo llaman ngarlu." No en vano, en la Ciencia lo llaman "el segundo cerebro".
"Nuestro intestino cuenta con un sistema nervioso independiente, que continúa siendo un misterio para la ciencia moderna."
(Nota en fuentes)

Y luego está el cerebro.


Explica Yunkaporta que cuando coges un herramienta, "el cerebro lo reconoce como una extensión del brazo." Como una araña que nota las vibraciones en la telaraña en la que está, como si fuera su prolongación.
(Según el biólogo Emiliano Bruner: es la capacidad protésica, la de integrar un objeto (herramienta) en el esquema del cuerpo, delegando funciones cognitivas (percibir, calcular, analizar, almacenar...) a elementos externos al sistema nervioso.)

Y también cuenta que, en el caso del mundo aborigen:
"A niveles más complejos, el significado que construimos con lugares, personas y objetos, así como la forma de organizar las interacciones entre ellos, se convierten en una extensión del pensamiento".
Es una manera efectiva de almacenar información fuera de nuestro cerebro, en objetos, lugares y relaciones con otras personas.

En el caso de los objetos: "Si utilizamos un objeto familiar para ayudarnos a codificar un conocimiento nuevo, estamos aprendiendo. Después, cuando tomamos ese objeto o incluso cuando simplemente lo visualizamos, recordamos al instante lo que aprendimos". Por eso "en las sociedades aborígenes, muchos objetos culturales tienen una significación especial, pues en ellos está codificado el conocimiento en un proceso de creación que es sagrado".

En las relaciones sociales también funciona, y es la "razón por la cual los sistemas de parentesco son tan fundamentales para nuestras culturas. Si aprendemos algo estando con alguien, quizá tengamos problemas para recordarlo cuando estemos a solas, pero lo recordaremos con detalles muy vívidos cuando volvamos a estar con ese alguien, o cuando pensemos en él o pronunciemos su nombre."
 
Los caminos están llenos de historias sobre los ancestros. "Existe una relación háptica similar con los Ancestros a los que invocaríamos cuando caminamos por determinados lugares. Se pueden evocar los recuerdos adheridos a determinados lugares visitándolos de nuevo o imaginando que caminamos otra vez por ellos."

Ellos y todas las cosas del mundo nacieron en una época llamada el sueño o el "Tiempo del sueño".

(Yunkaporta nos advierte que es una mala traducción. Lo ideal sería nombrarlo como "ontología interdimensional suprarracional endógena a complejos rituales de custodia". Pero el libro sería mucho más pesado.)

Sucedió hace mucho tiempo, pero es eterno y por lo tanto siempre presente. Es un período mítico que se extiende al presente y al futuro; tuvo un comienzo, pero no tendrá fin. Vincula la continua creación y remodelación del mundo.

Para los aborigenes, el mito es "la expresión diaria de lo eterno", según el antropólogo Aram A. Yengoyan. Cuando los aborígenes cuentan sus mitos, nunca usan el tiempo pasado, ni el presente. Usan un tiempo verbal llamado imperfectivo (que comparten con el ruso y otras lenguas) que indica que la acción todavía no se ha completado, que está en curso.

El continente australiano está cruzado por las pistas o senderos
de las personas y demás criaturas del tiempo del sueño. Se conciben a sí mismos moviéndose por esos mismos senderos viviendo y actuando al lado de las criaturas que todavía están vinculadas a esos lugares.

Son caminos sinuosos, como lo es así el mismo concepto del Tiempo. Nosotros concebimos la Historia y el camino, incluso el pensamiento, como una línea recta. Un "ir hacia adelante", "progresar", "avanzar", "seguir el hilo"...
Según Yunkaporta, un camino siempre es sinuoso:

"Hace miles de años, un hombre trató de caminar en línea recta; lo llamaron wamba (loco) y lo castigaron arrojándolo al cielo, hacia lo alto. Se trata de una historia muy antigua, una de las muchas que nos dicen que debemos viajar y pensar siguiendo patrones muy diversos, advirtiéndonos contra la idea de cargar hacia adelante como si estuviéramos locos."

Es más, el sistema de parentesco tampoco es lineal:

"Mi bisabuela; ella también es mi sobrina (...) Según su sistema de parentesco cada tres generaciones se reinicia un ciclo eterno de renovación y los padres de nuestros abuelos pasan a ser clasificados como nuestros hijos."

El sistema es diferente según el contexto relacional de la persona, según a quién pongamos en el centro.

Así, la familia extensa es una isla de sostenibilidad y crecimiento estable. 

Janet Koongotema
Y el patrón económico "No, no es el oro. Es la familia extensa. En la última crisis económica el volumen de dinero enviado en remesas al tercer mundo -que básicamente es el dinero que envían a sus hogares de origen las personas que han emigrado a países del primer mundo y cuya envergadura rivaliza con la de la ayuda internacional- no disminuyó. En realidad, en muchos casos aumentó, lo cual desconcertó a los economistas."
Por eso, tanto los sistemas naturales, como los sociales y los económicos, todos requieren movimiento e intercambio. Nada se puede retener, acumular ni almacenar. De lo contrario, se estancan.

 
Existe una profunda vinculación entre ser humano y naturaleza. Y para referirse al tiempo y al espacio, existe una sola palabra, porque son conceptos que también se rigen por ciclos.

"En la lengua materna de mi familia no hay ninguna palabra para decir «cultura». Hay una expresión que se aproxima a ese concepto, pero su significado no se puede traducir al inglés. Aak ngamparam yimanang wunan. Si se busca la traducción directa de cada palabra, el significado es algo así como ser como nuestro lugar."


"Cuando nos comprometemos con esta forma de ser descubrimos que nos cambia de modos muy sutiles. Si encontramos formas de expresar los lugares con los que entramos en relación, los patrones de nuestra lengua cambiarán. Nuestro acento cambiará para reflejar los paisajes que habitamos. (...) Tener una relación profunda con el lugar cambia todo en nosotros: la voz, el olor, el andar, la moral."

"En nuestro mundo nada se puede conocer, ni siquiera existir, a menos que sea en su relación con otras cosas. Y lo más importante: las cosas que están conectadas son menos importantes que las fuerzas de conexión entre ellas. Existimos para formar estas relaciones, que constituyen la energía que mantiene unida la creación. Cuando el conocimiento está acompañado de estas fuerzas de la conexión, es sostenible en las profundidades y a lo largo del tiempo."


Fuentes:


(En Tahití, tradicionalmente, y según el antropólogo Robert I. Levy, también hablan de las emociones vinculados a sus intestinos: "mis intestinos están encolerizados".)

Yunkaporta, Tyson. Escrito en la arena: Cómo el pensamiento indígena puede salvar al mundo, 2019.

W. Stanner. Aboriginal territorial organization: estate, range, domain and regimen. 1965
Bruner, E. and Gleeson, B. T. Body Cognition and Self-Domestication in Human Evolution, 2019
Aram A. Yengoyan, Economy, Society, and Myth in Aboriginal Australia. Annual Review of Anthropology, 1979