martes, 28 de agosto de 2012

Amargi: Anulación de las deudas o retorno a la madre.

"Ni los bancos ni las autoridades públicas calcularon la capacidad económica realista de pagar, es decir, pagar sin contraer la economía. Para decir las cosas de modo terminante: el resultado ha sido una economía chatarra." 
 Michael Hudson es ex economista de Wall Street.

"[Entemena] hizo que el hijo vuelva a la madre, que la madre retorne al hijo, declaró la liberación de las deudas y sus intereses."

"Retorno a la madre" es amargi, el término que los sumerios empleaban para referirse a la libertad. Así, la primera referencia escrita del concepto de libertad en la historia de la humanidad está íntimamente vinculada a la remisión de las deudas y de las obligaciones. Un sucesor de Entemena, Urukagina o Uruinimgina (hacia 2.350 a.C.) fue célebre por sus reformas sociales, entre las que se incluye la anulación de las deudas. Un elogio a su persona relata:
"Él liquidó y canceló las obligaciones de las familias sometidas por deudas, ciudadanos de Lagash que vivían como deudores por los impuestos de granos, los pagos de cebada, robo u homicidio"

El Código de Hammurabi nos legó un conjunto de reglas y de juicios sobre las relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos. Lo que la mayor parte de los manuales de historia no señalan es que Hammurabi proclamó en varias ocasiones una anulación general de las deudas de los ciudadanos con los poderes públicos, sus altos funcionarios y dignatarios. Lo que se ha llamado el Código de Hammurabi, fue escrito probablemente en 1762 antes de J.C. Su epílogo proclamaba que:

“el poderoso no puede oprimir al débil, la justicia debe proteger a la viuda y al huérfano (…) a fin de hacer justicia a los oprimidos”.

A fin de garantizar la paz social, el poder anulaba periódicamente todas las deudas y restauraba los derechos de los campesinos. Los historiadores han encontrado cuatro anulaciones. Estas proclamaciones de anulación de deuda eran ocasión de grandes festividades, generalmente en la fiesta anual de la primavera.

En las diferentes lenguas mesopotámicas existen expresiones que designan estas anulaciones para borrar la deuda y poner las cuentas a cero: amargi en Lagash (Sumer), nig-sisa en Ur, andurarum en Ashur, misharum en Babilonia, shudutu en Nuzi.

En palabras de Michael Hudson,economista:

"Las leyes de Hammurabi cancelaban sus deudas en tiempos de inundaciones o sequías. Todos los gobernantes de la dinastía babilonia comenzaron su primer año completo en el trono anulando las deudas agrarias para eliminar las deudas atrasadas proclamando una pizarra limpia. Los esclavos por deudas, derechos sobre tierras o cosechas y otros compromisos se devolvían a los deudores para “restaurar” el orden a una condición “original” idealizada de equilibrio."

"La lógica era bastante clara. Las sociedades antiguas necesitaban preparar al ejército para defender sus países, y eso requería liberar a ciudadanos endeudados de la esclavitud. Las leyes de Hammurabi protegían a los conductores de cuadrigas y a otros combatientes contra la esclavitud por deudas, e impedían que los acreedores se apoderaran de las cosechas de inquilinos en tierras reales y públicas y en tierras comunales que debían servicio laboral y militar al palacio"


Aunque la sociedad egipcia del tiempo de los faraones fuera muy diferente de la sociedad mesopotámica, se encuentra la huella evidente de una tradición de amnistía.  El contenido de la piedra Rosetta confirma la tradición de la anulación de las deudas que se instauró en el Egipto de los faraones. Se lee en ella que el faraón Ptolomeo V, en 196 antes de J.C., anuló las deudas debidas al trono por el pueblo de Egipto y más allá. Ramsés IV proclamó que quienes huyeron podían volver al país. Quienes estaban encarcelados eran liberados. Su padre hizo igual.

Una de las motivaciones fundamentales de las anulaciones de deuda era que el faraón quería disponer de un campesinado capaz de producir suficientes alimentos y disponible cuando fuera necesario para campañas militares. Por estas dos razones, era necesario evitar que los campesinos fueran expulsados de sus tierras por la influencia de los acreedores. El faraón Diodoro de Sicilia razonó que:

“Los cuerpos de los ciudadanos debían pertenecer al Estado, con el fin de que pueda disponer de los servicios que sus ciudadanos le deben, en tiempo de guerra y de paz".


También se constata que los emperadores de Siria del primer milenio antes de J.C. adoptaron igualmente la tradición de anulación de las deudas. Lo mismo ocurrió en Jerusalén, en el siglo V antes de J.C. Como prueba, en 432 antes de J.C., Neemías proclama la anulación de las deudas de los judíos endeudados. Es en esa época cuando se redacta la Torah. Esta tradición formará parte de la religión judía y de los primeros textos del cristianismo que proclama la obligación de anular las deudas cada siete años y en cada jubileo, es decir, cada 50 años, aunque su significado cambia finalmente con el advenimiento del cristianismo ("así como nosotros perdonamos a nuestros deudores").David Graeber, antropólogo, lo explica:
"En sánscrito, hebreo y arameo,  “deuda”, “culpa” y “pecado” son la misma palabra. Gran parte del lenguaje de los grandes movimientos religiosos –concienciación, redención, contabilidad kármica y demás- están tomados de las finanzas antiguas. Pero lo hicieron para algo completamente diferente: como una manera de decir que las deudas no son sagradas y que el perdón de la deuda, la capacidad de anular la deuda o de tomar conciencia de que las deudas no son reales, son los actos verdaderamente sagrados."
Michael Hudson añade:

"El hecho de que los principales acreedores en Medio Oriente fueran el palacio y los templos hacía que fuera políticamente fácil anular las deudas. Siempre es fácil anular deudas debidas a uno mismo. Incluso los emperadores romanos quemaban los registros de impuestos para impedir una crisis. Pero se hizo mucho más difícil cancelar deudas debidas a acreedores privados que es lo que se propagó en comarcas mediterráneas después." 

"Al llegar el siglo II casi un cuarto de la población de Roma estaba reducida a la esclavitud por deudas. En el siglo V la economía colapsó por falta de dinero. La caída del Imperio Romano demuestra lo que pasa cuando no se limitan las demandas de los acreedores."

"Las deudas aumentan exponencialmente, absorbiendo el excedente y reduciendo a gran parte de la población al equivalente de la esclavitud por deudas. Restaurar el equilibrio económico es el grito de la antigüedad: la anulación del crecimiento excesivo de las deudas"

Y sin embargo, hoy la devolución de la deuda constituye innegablemente un tabú. Es presentada por los jefes de estado y de gobierno, los bancos centrales, el FMI y la prensa dominante como inevitable, indiscutible, obligatoria, y bajo el lema "salvemos los bancos"

"Si Aristóteles anduviera por aquí, dudo mucho que pensase que la distinción entre alquilarte  para trabajar y venderte para trabajar es algo más que una bonita retórica legal. El concluiría, muy probablemente, que somos simplemente esclavos." dice David Graeber.

Marvin Harris, otro antropólogo, ahonda más en este concepto moral: 

"La ropa de marca, los coches deportivos italianos, la alta tecnología, las frecuentes expediciones de compra, los fines de semana en la costa, los restaurantes caros... Si esto implica endeudarse con tarjetas de crédito, retrasar el matrimonio y vivir en apartamentos libres de niños... ¿cabe imaginar mejor prueba de lealtad hacia los superiores?"

Hoy por hoy, el sentimiento de deuda con el otro siempre ha estado muy vigilado en toda sociedad igualitaria y sin Estado, de tribus o pequeñas aldeas donde todo se comparte, donde nada es privado y el trueque es ley. En estas sociedades es ofensivo mostrar cualquier signo de generosidad e incluso dar las gracias, porque eso significa primero que no se esperaba esa generosidad del otro y que se calcula lo que se recibe y lo que se da, y en estas sociedades la reciprocidad tiene que seguir siendo una norma común y espontánea, no algo medido y provocado. En este caso, las normas de cortesía no son bienvenidas. Como decía Pierre Bourdieu: "las concesiones de cortesía implicaban siempre concesiones políticas, son los impuestos simbólicos que deben pagar los individuos"  

Un ¡kung se lo explicó al antropólogo Richar Lee:
 
“No podemos aceptar ésto, rechazamos al que alardea, pues algún día su orgullo le llevará a matar a alguien. Por esto siempre decimos que su carne no vale nada. De esta manera atemperamos su corazón y hacemos de él un hombre pacífico.”

"Al día o dos de llegar a Vana hallamos a un nativo gravemente enfermo de neumonía" contaba un misionero británico llamado W.H. Beatley, en el Congo. "Comber lo trató y lo mantuvo vivo a base de una fuerte sopa de gallina; se le brindaron atentos y numerosos cuidados en cada visita. El hombre ya estaba curado para cuando nosotros debíamos reemprender el viaje.

Para nuestra sorpresa, vino a pedirnos un regalo, y cuando rechazamos dárselo se quedó tan sorprendido y disgustado como nosotros. Le sugerimos que era él el que debía hacernos un regalo en señal de agradecimiento. Nos respondió:

- "Desde luego los blancos no tenéis vergüenza!"

Lucien Lévy-Bruhl compiló una lista de historias similares. Por ejemplo, un hombre salvado de morir ahogado que procedió a pedir ropas bonitas a su rescatador, u otro que al sanar pidió un cuchillo.

Quizás, para las comunidades de las economías humanas, pagarles por haberles salvado la vida es un insulto: una manera de decirle que, aunque le ha salvado la vida, no quiere saber nada más de él.

Al igual que nuestros padres considerarían un insulto si nos empeñáramos en pagarles todos los gastos que realizaron para nuestra crianza. Porque el intercambio nos permite cancelar nuestras deudas, y nos ofrece una manera de quedar en paz. Pero también es una manera de acabar con una relación.

Por eso, uno puede preferir no cancelar las deudas con los vecinos...
David Graeber, antropólogo, añade:  
"Una vez que se comprende que los impuestos y el dinero comienzan con la guerra es más sencillo comprender lo que ha sucedido. Cualquier mafioso comprende esto: si se quiere tomar una relación de extorsión violenta, de puro poder, y encima, hacer que parezca que las víctimas tienen la culpa, hay que convertirla en una relación de endeudamiento. La cuestión fundamental es que el único paso posible después es decir:
 “espera un minuto, 
en realidad... 
¿Quién debe qué a quién?” 

El recuerdo de Entemena fue saqueado en Iraq: "Que le corten la cabeza!!" gritaron, y para salvarse del naufragio los poderosos decretaron la deuda infinita...
¿No deberíamos Retornar a lo humano, al Cuidado, a la Madre?:

 Lo que queda de Entenema.

Fuentes:

Entrevista a David Graeber:

The !Kung San: Men, Women and Work in a Foraging Society. Richard Lee.
Social Justice in the Ancient World, K. D. Irani, Morris Silver.

2 comentarios:

Emilia S dijo...


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