lunes, 16 de enero de 2012

Ornamentaciones corporales: el cuerpo como templo.

 "Padre, píntame el mundo en mi cuerpo." Canto indígena de Dakota del Sur

Los rostros pintados diferenciaban rivales de aliados. Hoy, la cosmética sigue haciendo lo mismo al definir a qué tribu perteneces. Cosmética, como Cosmos, viene del griego Kosmein: la orden del general para ordenarse o prepararse para el combate. Disponer el universo y e cuerpo como un campo de batalla. Pero ahora, la jungla es la ciudad.

Solo una línea negra bajo los ojos. Ese es todo el maquillaje de los soldados actuales. Pero al contrario que los sioux, comanches y otras tribus que se pintaban el rostro con diversos colores para atemorizar a sus rivales, los mercenarios de hoy lo hacen para evitar que les ciegue el reflejo del sol, al igual que hacían los egipcios y otras tribus del desierto (el origen del "khol", el lapiz de ojos) y al igual que lo hacen los jugadores de rugby actualmente.

Cuando hablamos de pintura en la cara, todo tiempo pasado fue distinto. Muy distinto.
Y ese tiempo pasado se remonta al Neolítico y nos sitúa en África. Todavía se conservan en Chad petroglifos de 10.000 años de antigüedad que muestran a las Niola Doa (bellas mujeres); cuerpos femeninos adornados con líneas geométricas que aún hoy se observan entre las mujeres locales.

Pero esto ocurría en todo el mundo. Recientemente, arqueólogos vietnamitas han encontrado en la provincia de Cao Bang una cueva habitada por la cultura Son hace 8.000 años. Entre sus restos hallaron cristales molidos, minerales y diversas herramientas que utilizaban para pintarse el rostro.

Cuenta Julio César en La Guerra de las Galias que: “Los britanni (refiriéndose a los celtas) se tiñen el cuerpo de azul”. Y es que estas tribus, en especial en Escocia, atribuían al tinte además de un poderoso influjo para atemorizar al enemigo, un efecto protector contra el frío.

En nuestra cultura, las mujeres comienzan a pintarse en la adolescencia, un claro rito iniciático; como los jóvenes Nuba, del África subsahariana, se cubren el cuerpo de cenizas para señalar el paso a la pubertad. En las tribus nómadas del desierto, las mujeres, para su boda, se dibujan con henna, un tinte que se lleva utilizando más de 9.000 años. En otras circunstancias sirve para enfatizar rangos sociales, como es el caso de las castas de la India.

Pero no sólo se maquillan las mujeres. Entre los Bororo, o Woodabe, en Níger, continúan dándole una especial atención al maquillaje para una de las reuniones de flirteo y fertilidad más llamativas del mundo, la danza del Geerewol:



La pintura también desempeñó un papel equivalente a los libros en sociedades que no contaban con escritura. Las tribus de los valles aislados de Papúa cuentan su génesis por medio de su rostro. Una de estas comunidades, los wahgi, considera que cuanto más luminoso luzca un diseño, mayor será la suerte que recibirá de sus dioses. 

Los wajapi de la Amazonía tienen una remota tradición llamada kusiwa que consiste en utilizar tintes vegetales para adornar sus cuerpos y otros objetos con motivos geométricos. En el transcurso de los siglos, han ido desarrollando un lenguaje único gráfico y verbal, que refleja su cosmología y los conocimientos esenciales de la vida de la tribu: la estructura genuina de la sociedad. El arte kusiwa es tan complejo que los wajapi consideran que la competencia técnica y artística necesaria para dominar el arte del dibujo y preparar los tintes no puede alcanzarse antes de los cuarenta años.

Entre los kayapó, después de la caída del cordón umbilical, al recién nacido le pintan de inmediato todo el cuerpo, como reconocimiento de su condición de ser humano. Entre los Kayapó-Xikrin, la labor de la pintura es exclusivamente de las mujeres. Todo lo relacionado con este arte se considera como un atributo inherente a la naturaleza creadora femenina.

Por lo tanto, es una segunda piel que lleva un individuo, su rol social. Es como si la persona sólo existiría para la sociedad a través de la pintura. La madre, por medio de la pintura, transmite la crianza y la socialización de su hijo/a.

Los dibujos representan peces, aves, tortugas, tapires, plantas y muchos otros elementos, parte de la cosmología de este pueblo originario.


Y los colores, del mismo modo que los que hoy lucen los hinchas del fútbol en las batallas dominicales, siempre han sido mensajes cifrados: los seminoles, antiguos habitantes de la península de Florida, en Estados Unidos, usaban el blanco para establecer treguas con sus enemigos, el verde les daba el poder de la visión nocturna y el amarillo representaba la muerte (el color de los huesos viejos). Y lucían el negro para prepararse para la batalla.

Para muchas tribus africanas, el maquillaje va mucho más allá. La riqueza cultural procedente de más de 3.000 grupos étnicos distintos en este continente es tan grande, que en muchos de sus grupos la ornamentación corporal es una expresión cultural más elemental para ellos que la propia música o la danza.

Las tribus Surma y Mursi son indígenas del sur de Etiopia que viven en el valle del Omo. En una práctica inmemorial se adornan, cotidianamente, con espectaculares tocados realizando también decoraciones increiblemente bellas en sus cuerpos con pigmentos naturales extraidos de minerales y vegetales, que además les ayuda como repelente de insectos al mezclar estas pinturas con ceniza y orina de ganado. Sus pinturas representan desde diseños abstractos a los patrones de colores de las flores, que forman una deslumbrante variedad en todo el cuerpo. Consideran su imagen como algo abstracto. Se pintan el cuerpo dos o tres veces al día, como si cambiasen de ropa en una particular forma de seducción, de expresar su estado de ánimo o su orgullo. Las escarificaciones y mutilaciones que se infligen son también signos de elegancia, de fortaleza y de valor.

 Las mujeres de la tribu Mwila son famosas por sus peinados que son muy significativos en su cultura. Las mujeres se untan el pelo con una pasta de color rojo, llamada oncula, que se hace con un tipo de piedra roja triturada, una mezcla de aceite, corteza de árbol triturada, estiércol seco de vaca y hierbas. Además adornan su peinado con perlas, conchas de cauri y hasta comida seca. Las mujeres Mwila también son famosas por sus collares, y para cada período de su vida le corresponde un tipo específico de collar. Las niñas llevan collares de color rojo fabricados con granos cubiertos de una mezcla especial de tierra. A partir de la adolescencia usan collares de color amarillo llamados Vikeka, y hechos con mimbre cubiertos de tierra que mantienen hasta su boda. Nunca se quitan sus collares y duermen con ellos puestos.


Las mujeres Himba se distinguen por los enrevesados estilos con que arreglan su cabellera. Adicionalmente, con el objeto de protegerse del intenso sol, las mujeres untan su cuerpo con una sustancia hecha mezclando ocre, manteca y hierbas, la cual les da a su piel un característico color rojizo.



El Africa tradicional ha conocido una grandísima variedad de estilos en la ornamentación personal, bien mediante modificaciones de la apariencia física (escarificación, tatuaje, pintura corporal, el peinado, ...), bien mediante el vestido y la bisutería.  Estos estilos han servido para expresar las diferencias de sexo, edad, estado civil, religión, etnia, posición social o una determinada circunstancia (trabajo, fiesta, duelo, ...)

"El dinero casi siempre surge de objetos empleados originalmente para adornar a la persona. Cuentas, conchas, plumas, dientes de perro o de ballena, oro y plata son ejemplos muy conocidos de esto." "Hay excepciones (el ganado, por ejemplo), pero, por norma general sólo cuando los gobiernos (y con ellos, los mercados) entran en escena comenzamos a ver monedas como la cebada, el queso, el tabaco, la sal." cuenta David Graeber, antropólogo.
Hoy, cuando entre la juventud de muchos países del norte las modificaciones físicas del cuerpo (piercings, tatuajes, escarificaciones ...) son la última moda y simbolos de modernidad, puede resultar extraño que dichos adornos, especialmente la pintura corporal y la desnudez, fueron considerados como bárbaros y signos de falta de civismo.

 Fuentes:

 http://ibytes.es/blog_indigenas_africanos_atuendos_Etiopia.html
 http://ibytes.es/blog_memorias_de_africa.html
 http://www.quo.es/ciencia/hombre/galeria_maquillaje
David Graeber, "En deuda"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El cuerpo no es mas que una extension del "Yo" y del "Si mismo"; en particular, la piel es aquello que contiene la denominada personalidad y la define al permitirle interactuar con el exterior, logico es que se use el cuerpo en su totalidad como un medio de comunicacion suplementario al habla

Es ironico que se le considere como una practica pecaminosa y barbara, cuando la ideosincracia "occidental y cristiana" resulta mucho mas psicotizante al renegar del cuerpo

Ferran dijo...

Buen post! Aunque en occidente infelizmente no nos libramos de los prejuicios por llevar según que complementos o peinados, con el fin de estandarizar un modelo estético, la publicidad es bastante culpable de esto también

lena dijo...

Hola, estoy investigando sobre la tribu kayapó y tu post me fue de mucha ayuda!, queria preguntarte si me pasas la bibliografia que usaste que habla sobre ellos! Muchas gracias!!