miércoles, 11 de abril de 2012

Un templo a medida: las deformaciones corporales.

Mujer padaung o "jirafa" sin los anillos en el cuello.
"El cuerpo se ha liberado de las cadenas del alma, pero ha perdido la batalla en manos del mercado."
Gabriel Cocimano, periodista.

"Un parisiense se sorprende cuando le dicen que los hotentotes hacen cortar un testículo a sus hijos varones. Los hotentotes tal vez se sorprendan de que los parisinos conserven los dos."
 Voltaire, 1694.


No son pocas las culturas que, principalmente por razones de tipo estético o para simbolizar prestigio y rango social, han optado por deformar determinadas partes de su cuerpo. Se deforman los labios, los lóbulos de las orejas, los agujeros de la nariz o se alarga aparentemente el cuello; se liman los dientes, se alarga el cráneo y se reduce la medida natural de los pies. Las personas se someten a operaciones quirúrgicas para modificar la forma y el tamaño de los pechos o para corregir rasgos faciales, deformándose el cuerpo para acercarse a un modelo de belleza ideal

Para unos es vanidad, para otros un derecho de hacer lo que se desea con el cuerpo. Aun así, la frontera entre lo que se considera decisión propia o las que son impuestas por las moda o valores sociales no esta nunca clara.
Sin embargo, los criterios de lo que se puede considerar bello cambian a lo largo del tiempo y en diferentes zonas geográficas, aunque lo que no cambia es la creencia en la belleza y su relación con el erotismo y el valor social o el capital corporal: todo aquello que tiene nuestro cuerpo y es valorado de manera positiva por nuestra sociedad.


En las sociedades postindustrailes, a los niños que no muestran una pretendida “normalidad” en su dentadura les aplicamos ortodoncia. La costumbre de limarse los dientes para hacerlos más puntiagudos la encontramos en diferentes puntos del planeta, como por ejemplo entre los bagobo malayos o entre muchos grupos del África negra, como los pigmeos baka o los kangou fali en el norte de Camerún. 
Pero no todo era por belleza, los osyebas del Congo arrancaban tres incisivos de la mandíbula inferior a sus hijos y tallaban en punta esos mismos dientes de la mandíbula superior, una extraña manera para comer mejor la carne. En Bali, Indonesia, la ceremonia del limado de dientes de los adolescentes se toma como una confirmación. En Uzbekistán no hay mayor prestigio o belleza que llevar dientes de oro, e incluso se arrancan los originales para ello. 

Por su parte, los bataks de los montes de Sumatra, piensan que es mejor tener los dientes negros, porque sólo los perros los tienen blancos.
La comunidad Lu de Vietnam también los prefieren negros. Ellos creen que solo los animales salvajes y los demonios tienen dientes blancos, por lo que se aplican una pasta especial para ennegrecerlos

En la tradición de diversas culturas africanas como los khoisan, los baganda, bagishu, los venta o los makua, entre otros, las mujeres se alargan de manera considerable los labios menores de la vagina. Para conseguir este estiramiento cuando son jóvenes se hacen friegas con el jugo de determinadas plantas y se atan pequeñas piedras en forma de plomada. Entre algunos de los grupos también se alargan el clítoris.

También hay testimonio de la voluntad de algunas tradiciones culturales de deformar la nariz, aprovechando la poca solidez de los huesos de los niños. En las islas Carolinas, las madres hacían masajes durante meses a los niños para que al nariz obtuviera una forma aquilina. Los persas hacían una cosa parecida, pero mediante presión en los laterales. Los indios botocudos aplanaban los huesos de la nariz, y los antiguos hunos y kirguises realizaban la deformación mongoloide o naso parietal. Las mujeres apatani, en la India, se insertaban grandes tapones en la nariz para parecer poco atractivas a los enemigos.

Bien conocidos son los casos de la China tradicional en la que tener los pies pequeños o "pie de loto" era símbolo de riqueza, porque sólo las familias acomodadas se podían permitir el lujo de tener hijas económicamente improductivas.

Las circuncisiones a la mujer o al hombre, que constituyen un elemento importante en los ritos de muchas culturas. Son prácticas muy difíciles de erradicar debido a su íntima asociación con las culturas de los países donde se practican, nada que ver con el Islam, ya que se trata en realidad de una tradición anterior al surgimiento de esta religión, y en muchos países islámicos, la circuncisión femenina no se ha practicado nunca, afortunadamente. En cuanto a la circuncisión masculina, hay quien opina, y con razón, que también habría que tomar medidas para erradicarla, ya que se efectúa entre la población no adulta.

La castración, además de realizarse por castigo o vejación, también se ha practicado por otras razones. A los eunucos se les quitaban los testículos en Roma, Arabia, Persia, India, África y China. Los castrati, cantantes de ópera, también se sometían a esta operación para conservar una voz fina y clara de soprano, y eran muy apreciados en algunos ámbitos eclesiásticos de la Iglesia Católica. Claro que todo, o casi todo, es relativo, antes y ahora.
"Un parisiense se sorprende cuando le dicen que los hotentotes hacen cortar un testículo a sus hijos varones. Los hotentotes tal vez se sorprendan de que los parisinos conserven los dos." Voltaire, 1964.

Mención aparte merecen las llamadas "mujeres jirafas". No se sabe muy bien de donde viene la tradición de colocarles pesados anillos en el cuello a las niñas de la tribu Karen o Padaung, nacidas los miércoles de luna llena. Y tampoco su significado, aunque seguramente su único propósito sea estético. Se ha propagado mucho el mito de que una 'mujer jirafa' muere si es desposeida de los anillos, lo cual no es cierto. Si lo es, por supuesto, que el cuello de estas mujeres queda deformado por completo tras años de soportar el peso de un número creciente de anillos, lo cual hace que ellas mismas prefieran no quitárselos. Y también lo es que, ante el gran número de turistas que las visitan, ya les colocan los anillos a prácticamente todas las niñas kayan que nacen en estas aldeas, independientemente de su día de nacimiento y del ciclo de la luna en el que lo hagan.

La tragedia de las 'mujeres jirafa' es que no son solamente prisioneras de sus anillos, sino de su propia condición de refugiadas en el norte de Tailandia por el régimen dictatorial birmano, que es el país de donde provienen. No pueden volver a Birmania ni alejarse del entorno en el que habitan. De hecho, ni siquiera les esta permitido abandonar Tailandia debido al reclamo turístico que suponen. Su único medio de supervivencia es su cuello anillado, objeto de codicia para los objetivos de las cámaras de los turistas que las visitan.


Otras mujeres "jirafa" (con anillos en el cuello) son las mujeres Ndebele, de África del sur.

La práctica de deformar el craneo, o la elongación craneal, es bien antigua y extendida por los cinco continentes: China, Líbano, Tahití, India, Egipto, Rusia, Japón, etc . Pueblos arios, llamados cimerianos, también tenían esa costumbre.

Como los huesos de la cabeza son muy elásticos hasta los dos años de edad, la deformación craneal se conseguía mediante la presión con diversos medios como los vendajes, las fajas, masajes, o incluso el uso de objetos duros como moldes de madera. No explica la ciencia el porqué en todo el globo y en distintas eras, cuando no existía un contacto permanente entre continentes.

En Egipto, "la alteración artificial de los cráneos", era propia a los Faraones y a las clases altas, porque otorgaba a la persona capacidades espirituales elevadas para regir con autoridad y sapiencia los destinos de sus pueblos. También se practicaba por razones estéticas y con la creencia de que “aumenta la memoria” la deformación craneal en la Francia del siglo XVIII. Kirk Huffman, un antropólogo experto en la elongación de la cabeza, afirma que continuó hasta el siglo XIX en algunas partes de Francia, Alemania y Europa del Este. El último caso conocido fue grabado por un médico en un pueblo de montaña de Francia en 1925.
 
También se daba entre algunos grupos africanos como los mangbetu del Zaire o los dayaks de Borneo. En América, se presume que la deformación era un simple sentido de estética para los Mayas, los Olmecas, Tolstecas, y las de algunos Aztecas. Algunas tribus amazónicas e islas del Caribe y tribus de Norte América también practicaron la manipulación craneal. En 1576, durante la conquista española, se emitió la primera de muchas disposiciones que prohibían a los indígenas deformar los cráneos de sus hijos en territorio colonizado. 

Al parecer, la única constatación actual y directa consistiría en visitar la República de Vanuatu, en Oceanía, porque en algunas localidades aisladas existen melanesios que aún deforman sus cabezas. Allí persiste la creencia de que las personas con cabezas más alargadas son más inteligentes, de más elevado status y más cercanas al espíritu Ambat, de larga cabeza. Kirk Huffman, antropólogo, ha estudiado la práctica por más de 20 años en Malakula, segunda isla más grande de Vanuatu, y afirma que allí simplemente se preguntan porque otros no lo practican:

"Se considera hermoso, y porqué no, los seres humanos en todo el mundo han hecho todo tipo de cosas, sólo hay que ver los cuerpos de las mujeres blancas de hoy, que llevan tacones altos y se dan Botox."

"Recuerdo estar sentado en la capital de Vanuatu, mirando una revista de moda moderna. La gente de las islas periféricas que habían venido conmigo cogieron una de las revistas y dijeron:

-" Lo siento por ellos. " 

-“¿Por qué?” 

- “Mira, todos se están muriendo de hambre. No están siendo alimentados lo suficiente.”

Me reí y le dije: “Ellos piensan que eso es hermoso!” 

En todo caso, la cirugía plástica no es algo exótico para miles de hombres y mujeres que a lo mejor se horrorizan con los usos de los llamados salvajes. Esta práctica, y otras tantas como el body art, body building, lifting, etc. ha entrado en una sociedad que pone a la apariencia, la cara, sobre la mente, y considera eso la raíz de la felicidad. Y es la nuestra.


 “Where big heels are beaten by a long head” (Tobillos de tacones golpeados por largas cabezas), Malekula String Band y los... cabeza largas.:



Para saber más (el origen de los tatuajes y piercings que usamos en nuestra cultura):

Fuentes:
La cultura del cuerpo y Los pueblos indígenas. Ferran Cabrero,Josep Martí.
Abecedario de antropologías. Luis Pancorbo.

6 comentarios:

Susukibird dijo...

Puff, hay cosas de acá que me erizan la piel, dejando de lado cualqueir tip ode reflexión u npoco más elaborada.

Antropólogaenlaluna dijo...

Sí, esa es la primera deformación corporal al leer sobre este tema, el erizamiento de la piel... y detallitos que os he ahorrado... ;)

Anónimo dijo...

entre los limitides de si es por estetica o costumbre etnica habria que agregar lo personal; aun cuando en la sociedad occidental los tatuajes y percings son relativamente aceptados, estos suelen ser expresiones propias de la vida psiquica del individuo (aun cuando es por moda)a diferencia de los tribales que son totalmente culturales

Por cierto que entre los indigenas de Mexico, las deformaciones tenian significado religioso y de estatus social, entre los otomies solo las castas guerreras podian practicar deformaciones craneales en forma de cubo, misma que representaba a la "montaña sagrada", de igual forma, los mayas nobles se procuraban una forma conica que imitaba al maiz

Muy buen post

José Manuel Diez Alonso dijo...

Creo que hacer de los tatuajes una moda y una opción estética también es un aspecto de nuestra cultura (occidental, capitalista, consumista, individualista, etc.)

Saludos,

José Manuel Diez

Antropólogaenlaluna dijo...

Viéndolo así... la estética es también cultura. Y si tienen significado de estatus o espiritual, tanto más bello es!
13 Coyote, de nuevo gracias por tus aportes, muy interesantes.

ernesto dijo...

Ahhh....la estética.