domingo, 27 de octubre de 2013

Todo tipo de mentes: autismo, esquizofrenia, depresión, bipolar.

TEMPLE GRANDIN. AUTISMO.


Creo que comenzaré hablando un poco sobre lo que es exactamente el autismo. El autismo es un continuo muy grande que va desde algo muy severo, niños que no hablan, hasta científicos e ingenieros brillantes.

Y ahora quiero hablarles de distintas maneras de pensar. Yo pienso en imágenes. No pienso con palabras. Ahora, la quid de la mente autista es que se ocupa de los detalles.

Y la cosa es que el cerebro normal ignora los detalles. Bien, si uno está construyendo un puente, los detalles son importantes porque se caerá.

Así, ¿qué es pensar en imágenes? Como si digo "Piensen en un campanario de iglesia" mucha gente piensa en cierta forma muy generalizada. Yo veo sólo imágenes específicas que irrumpen en mi memoria, justo como Google con las imágenes.
 
La mente autista tiende a ser una mente especializada. Buena para una cosa, mala para otra cosa. 
El quid de la mente autista es que tiende a la fijación. Si a un niño le gustan las carreras de autos usemos autos de carrera en matemáticas. Imaginemos cuánto tarda una carrera de autos en ir a determinada distancia. En otras palabras, usar esa fijación para motivar a ese niño, esa es una de las cosa que tenemos que hacer.

Stephen Wiltshire dibujó de memoria una panorámica de Tokio, en un lienzo de 10 m, después de un corto paseo en helicóptero sobre la ciudad.
Y si los traen para realizar prácticas en sus compañías lo que deben saber del autismo, el tipo de mente Asperger, es que tienen que darles tareas específicas. No digan, "Diseña nuevo software". Tienen que decirles algo mucho más específico: "Bien, estamos diseñando software para un teléfono y tiene que hacer algo específico. Y sólo se puede usar tanta memoria". Ese es el tipo de especificidad que necesitan.

Es la mente que piensa en patrones. Estos son sus ingenieros sus programadores. Es específico. Así que, ven, mi pensamiento es de abajo hacia arriba. Tomo todas las pequeñas piezas y las junto como en un rompecabezas.
La cosa es que el mundo va a necesitar que todo tipo de mentes diferentes trabajen en conjunto. Tenemos que trabajar en el desarrollo de todos estos tipos de mentes. Y una de las cosas que me está volviendo realmente loca a medida que viajo y hago encuentros de autismo es que estoy viendo muchos pequeños cerebritos que no son muy sociables y nadie está trabajando en desarrollar su interés en algo como la ciencia.

"Sólo cuando las diferentes formas de la personalidad sean reconocidas serán posibles la justicia y los derechos humanos." Amanda Baggs, activista con autismo por la neurodiversidad: 
http://www.youtube.com/watch?v=JnylM1hI2jc
(traducción aquí:  http://tecnoculto.com/2008/04/15/amanda-baggs-in-my-language/)

ELYN SAKS. ESQUIZOFRENIA. 

 

De joven, estuve en un hospital psiquiátrico en tres ocasiones durante periodos prolongados. Los médicos me diagnosticaron esquizofrenia crónica, y me dieron un pronóstico "grave". Es decir que, en el mejor de los casos, se esperaba que viviera en una residencia y trabajara en puestos sin importancia. Afortunadamente, el caso fue que no desarrollé ese pronóstico. En cambio, soy catedrática titular en abogacía, psicología y psiquiatría, en la facultad de derecho de USC Gould. Tengo muchos amigos cercanos un esposo amado, Will.

Empecemos con la definición de esquizofrenia. La esquizofrenia es un trastorno cerebral. Su característica distintiva es la psicosis, o haber perdido el contacto con la realidad. Los delirios y las alucinaciones son el sello de este trastorno. Por ejemplo, cuando estoy psicótica, con frecuencia tengo la manía que he matado a cientos de miles de personas con mis pensamientos. En ocasiones, alucino, como esa vez que di vuelta y vi a un hombre levantando un cuchillo. Imaginen tener una pesadilla mientras están despiertos.

A menudo, el habla y el pensamiento se desordenan hasta el punto de perder coherencia. Al contrario de lo que muchos creen, la esquizofrenia no es lo mismo que el trastorno de personalidad múltiple o de personalidad dividida. La mente esquizofrénica no está dividida, sino hecha trizas.

Un episodio
ocurrió la séptima semana de mi primer año en la facultad de derecho de Yale. Cito de mis notas: "Concerté una cita con mis dos compañeras de clase, Rebel y Val para encontrarnos en la biblioteca el viernes noche para trabajar en un ejercicio de clase. Pero no pasó mucho tiempo antes de que yo hablara de una manera que no tenía ningún sentido.

"Los memos son visitas", les dije. "Determinan ciertos puntos. El punto está en
sus cabezas. Pat solía decirlo. ¿Han matado a alguien?" Rebel y Val me miraron como si a ellas o a mí les hubiese caído un balde de agua fría. "¿De qué estás hablando, Elyn?" "Oh, ya saben, lo de siempre. Quién es qué y qué es quién, del cielo y el infierno. Subamos al techo. Es una superficie plana. Es seguro."

Continúo con mis escritos: "A la mañana siguiente, fui a la oficina de mi profesor, y comencé a balbucear incomprensiblemente tal como lo había hecho la noche anterior, hasta que finalmente me llevó a la sala de emergencias. Una vez allí, alguien, a quien solo llamaré 'El Doctor' y todo su equipo de matones, se abalanzaron, me levantaron en el aire y me tiraron a una cama de metal con tanta fuerza, que vi las estrellas. Me ataron las piernas y brazos a la cama de metal con gruesas correas de cuero. Salió un sonido de mi boca que nunca antes había oído: mitad gruñido, mitad grito, apenas humano y de terror puro. Luego este sonido volvió a salir forzado desde algún lugar profundo de mi estómago y carraspeando salvajemente mi garganta."

Durante el año siguiente, pasé cinco meses en un hospital psiquiátrico. A veces pasaba hasta 20 horas en contención mecánica con los brazos atados, los brazos y piernas atadas, brazos y piernas atadas con una red con fuerza sobre mi pecho. Nunca golpeé a nadie. Jamás le hice daño a nadie. Nunca amenacé directamente.
 
Cada semana, en los EE.UU., se estima que una de cada tres personas muere inmovilizada. Se estrangulan, aspiran su propio vómito, se ahogan, tienen paros cardíacos. Le consulté a un psiquiatra, y dijo que por supuesto que él estaría de acuerdo en que la sujeción debe ser degradante, dolorosa y aterradora. Me miró como dándome la razón, y me dijo: "Elyn, realmente no lo entiendes: Estas personas son psicóticas. Son diferentes a ti y a mí. No experimentan las sujeciones como lo haríamos nosotros." En ese momento, no tuve el coraje de decirle, que no, que no somos tan diferentes de él. No nos gusta, como a él tampoco, que nos aten a una cama y que después nos dejen sufriendo horas.

Aún con el tratamiento excelente, familia y amigos maravillosos y ambiente de trabajo comprensivo; no hice pública mi enfermedad hasta hace relativamente poco tiempo, y eso fue porque el estigma de las enfermedades mentales es tan potente que no me sentía segura si los demás lo sabían. Si no escuchan nada más hoy, por favor escuchen esto: No hay "esquizofrénicos." Hay personas con esquizofrenia, y estas personas pueden ser sus esposos, sus hijos, sus vecinos, sus amigos, sus colegas.
La humanidad que compartimos es más importante que los trastornos mentales que podemos no compartir. Lo que deseamos quienes sufrimos un trastorno mental es lo que cualquiera desea: citando a Sigmund Freud, "trabajar y amar."

RUBY WAX. DEPRESIÓN.


Estuve en cama durante casi un mes, y cuando desperté me encontré internada.
Muy pocas de las personas que conocía; bien, no me enviaban muchas flores o tarjetas. Es decir, si me hubiese roto una pierna o si hubiese dado a luz, me habrían inundado, pero todo lo que recibí fueron un par de llamadas diciéndome que me animara. "¡Anímate!". Porque, claro, a mí no se me había ocurrido.

Porque si hay algo que acompaña a esta enfermedad, es que viene con un paquete, y es una verdadera sensación de vergüenza. Y si esto sucediera una y otra vez como en una grabación repetitiva, podrían tener depresión.

Aquí viene la pregunta. Y es, ¿cómo es que se puede sentir empatía por cualquier órgano de tu cuerpo que se dañe, a excepción del cerebro?


JOSHUA WALTERS. TRASTORNO BIPOLAR.


Mientras me desempeñaba como artista fui diagnosticado con trastorno bipolar. A mis 16 años en San Francisco tuve un episodio maníaco en el que pensé que yo era Jesucristo.  Me enviaron a un lugar; una sala de psiquiatría. Cuando salí, fui diagnosticado y medicado por un psiquiatra. "Está bien, Josh, ¿por qué no te damos algo de... ...por qué no te damos un poco de Zyprexa? ¿Bien? ¿Mmmm? Al menos eso es lo que dice en mi lapicera". La primera mitad de la escuela secundaria fue una lucha contra los episodios maníacos y la segunda mitad fue de sobre-medicación que me hacía dormir todo el tiempo. Cuando terminé tenía que escoger. O negaba mi enfermedad mental, o me aferraba a mis capacidades.
La hipomanía; es como un motor que está fuera de control; tal vez un motor de Ferrari, sin frenos. Se sienten movidos a hacer algo que todo el mundo les ha dicho que es imposible. Cristóbal Colón, Ted Turner, Steve Jobs y todas estas mentalidades de negocio tienen esta ventaja para competir.
 
Pero, hace poco, se han producido avances en este campo. Salió un artículo escrito en el New York Times, en septiembre de 2010, que decía: "La manía justa". Tener la manía justa para ser elegidos por inversores que buscan empresarios con este tipo de espectro, ya saben de qué hablo, quizá no bipolares totales pero que estén en el espectro bipolar donde por un lado uno piensa que es Jesús y por otro lado tal vez genera un montón de dinero.

Quizás el estar loco depende de la suerte que tengamos, del dinero que tengamos.



 TRADUCCION TEXTUAL DEL VIDEO:
"La primera parte de este vídeo estaba en mi lenguaje nativo. Muchas personas han asumido que cuando hablo de mi lenguaje significa que cada parte del vídeo contiene un mensaje simbólico particular diseñado para ser interpretado por la mente humana.

Pero mi lenguaje no se trata de diseñar palabras o incluso símbolos visuales para ser interpretados. Se trata de estar en una constante conversación con cada aspecto de mi entorno. Reaccionando físicamente a todo lo que me rodea

Simplemente estoy interactuando con el agua. En esta parte del vídeo el agua no significa nada. Al igual que el agua interactúa conmigo, lejos de no tener propósito la forma que me muevo, irónicamente la forma que me muevo, es una respuesta a lo que me rodea

Cuando respondo a todo lo que me rodea. Es descrita como “está en su propio mundo”, lejos de no tener propósito. Pero si interactúo con un conjunto mucho más limitado de respuesta y solo reacciono a una parte más limitada de mi ambiente, la gente piensa que me estoy abriendo a la verdadera interacción con el mundo.

Ellos juzgan mi existencia, conocimiento y personalidad; según cual pequeña y limitada parte del mundo parezco estar reaccionando
La forma en que naturalmente pienso y respondo a las cosas se ve y se siente tan diferente a los conceptos estándar que mucha gente no lo considera pensamiento.
Pero es una forma de pensamiento por derecho propio. Sin embargo el pensamiento de la gente como yo solo es tomado en serio si aprendemos su lenguaje, sin importar previamente como pensamos o interactuamos.

Como ya escucharon, puedo cantar con lo me rodea, es solo cuando escribo algo en vuestro lenguaje que se refieren a mi como “comunicándose”
Yo huelo las cosas, yo escucho las cosas, yo siento las cosas, yo saboreo las cosas, yo miro las cosas.
No es suficiente mirar, escuchar, saborear, oler o sentir. Debo hacer eso a las cosas correctas, como mirar libros, y no hacerlo a las cosas incorrectas, o de contrario dudan que sea un ser pensante.

Y partiendo de su definición de pensamiento, definen su concepto de “persona” tan ridículamente que dudan que yo sea una persona real. Me gustaría saber honestamente cuantas personas si se encontraran conmigo en la calle creerían que yo escribí esto.

Encuentro muy interesante la forma en que el no poder aprender su lenguaje es visto como un déficit. Pero la dificultad de aprender mi lenguaje es visto tan natural que gente como yo es descrita oficialmente como misteriosa o intrigante.

En lugar que alguien admita que son ustedes mismos los que están confusos.

No autistas y otras personas cognitivamente impedidas que inherentemente confunden también somos vistos como no comunicativos si no hablamos el lenguaje estándar.
Pero otras personas no son consideradas no comunicativas si son olvidadizos de nuestro propio lenguaje al punto de creer que no existen.

Finalmente quiero que sepan que con esto no pretendo ser un show de fenómenos como para que den una mirada a los extraños trabajos de una mente autista.
Pretendo ser un fuerte enunciado de la existencia y valor de muchas clases de pensamiento e interacción en un mundo donde según cuan cerca puedas parecer en una de estas determina a un adulto o persona inteligente.

Y en un mundo donde eso determina si tienes o no algún derecho, hay personas que están siendo torturadas que están muriendo porque no son consideradas personas dado que su tipo de pensamiento es tan inusual que no es considerado pensamiento en lo absoluto.
Solo cuando las múltiples formas de personalidad sean reconocidas habrá justicia y los derechos humanos serán posibles."
Amanda Baggs (Amelia Baggs) 
 
(Más sobre Amanda Baggs en castellano "En torno a ser considerada retrasada": http://ovibcn.org/wp-content/uploads/2014/01/Coixos_i_precaries_Fent_vides_que_importen.pdf)


Fuentes:
http://www.ted.com/talks/temple_grandin_the_world_needs_all_kinds_of_minds.html
http://www.ted.com/talks/elyn_saks_seeing_mental_illness.html
http://www.ted.com/talks/ruby_wax_what_s_so_funny_about_mental_illness.html
http://www.ted.com/talks/joshua_walters_on_being_just_crazy_enough.html 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo he estado en clínicas psiquiatricas 6 veces, en 3 distintas, y en la primera me han atado a la cama de pies y manos, y eso realmente no sirve para nada de nada, solo es humillante, y me diagnosticaron cosas que no se pueden diagnosticar a los 15 años, segun otros psiquiatras, no así los psiquiatras de la primer clínica a la que fui. Esto ya pasó para mi, y aprendí cómo NO se ayuda a alguien que esta pasando un mal momento de odio, hacia sí misma o mismo.