...responsables todos, detestables todos, negreros todos, deudores todos de ahora en adelante de la agresividad revolucionaria" Aimé Cesaire, "Discurso sobre el colonialismo".
«Desde aquí vi lo que pasó
Te convertiste en perfil científico
Un tipo negroide
Un debate antropológico y un tema fotográfico
Te convertiste en mami, madre y entonces, sí, confidente, ¡ajá!
Bajando del trono, te convertiste en soldado de a pie y cocinero
Te convertiste en el tío Tom, John y en el misericordioso Jim
Conductores
Jinetes y hombres de letras
Te convertiste en susurrador, un símbolo de un intenso viaje y con el sudor
de tu frente, trabajaste para tu propia familia y otros
Por tus nombres, cogiste esperanza y humildad
Negro y curtido, tu fustigado viento de cambio aulló por lo bajo, soplándose
a sí mismo, ¡ajá!, justo en medio de la orquesta de Ellington. Billi también lo
escuchó y derramó extrañas lágrimas de fruta
Algunos dijeron que eras la viva imagen del diablo
Te convertiste en amante del patriarcado
Y su hija
Te convertiste en cómplice
Mulatos medio mezclados saliendo de las profundidades del río te abruman,
¡ajá! Surgidos de todas partes
Tu resistencia estaba en la comida que ponías en la mesa de tu dueño, ¡Ajá!
Te convertiste en una broma graciosa y alguna cosa que tú fuiste, ¡Ajá!
Algunos se reían mucho, fuerte y ruidosamente
Otros decían: “lo único que puede hacer un ’negrata’ es limpiar mis zapatos
Te convertiste en boots, spades y coons”
Inquieto después del largo invierno caminaste, caminaste y caminaste.
En tu canto de plegaria preguntaste, ¿ha entregado mi señor a Daniel?
Y entonces lloré».
Carrie Mae Weems. From Here I Saw What Happened and I Cried
(Desde aquí vi lo que pasó y lloré), 1995-1996.
Carrie Mae Weems. From Here I Saw What Happened and I Cried
(Desde aquí vi lo que pasó y lloré), 1995-1996.
"From Here I Saw What Happened and I Cried" (1995-1996) es un proyecto de la artista visual afroamericana Carrie Mae Weems. Son veintinueve daguerrotipos y fotografías procedentes de fondos históricos y antropológicos que muestran las formas estereotipadas en que han sido tradicionalmente representados y percibidos los africanos por las sociedades occidentales, cada una de ellas unida a una estrofa de texto que todas en su conjunto forman este poema.
Hasan G. López Sanz, filósofo y antropólogo social y cultural, aporta una dimensión política de las exhibiciones universales, conniventes con los argumentos de los ideólogos de la colonización. "El antropólogo Henry Lewis Morgan lo explicaba de esta manera: todas las sociedades debían pasar necesariamente por tres etapas de desarrollo cultural, salvajismo, barbarie y civilización. Esta idea, que se desarrolla principalmente en la segunda mitad del siglo XIX, tiene su remanente en las tres primeras décadas del XX, período de consolidación de los imperios coloniales en África, Asia y el Pacífico. La doctrina evolucionista sirvió para justificar la superioridad racial occidental y, consecuentemente, también la tarea colonial.", explica."Separar ambas esferas -la política y la social- sería tan absurdo como afirmar que los mensajes que emite la televisión donde se denigra a la mujer no perpetúan los esquemas patriarcales(...) Como filósofo me resisto a pensar que debamos limitarnos a investigar el fenómenos de las exhibiciones desde una perspectiva eminentemente documental. A partir de algunos vestigios, o de su ausencia, podemos hacer lecturas sintomáticas y acertadas que nos permitan entender las mentalidades y, desde ahí, las sociedades. En el caso de las exhibiciones humanas, no existen muchos relatos de memoria de los exhibidos, donde éstos tomen la palabra, y sería poco riguroso construir una historia de las exhibiciones utilizando únicamente el relato público oficial."
Además, "justificar, aunque solo sea parcialmente, los espectáculos por la participación voluntaria (con la correspondiente prestación salarial) no me parece tampoco acertado. Sería como justificar que los programas de televisión sexistas no son cuestionables porque las mujeres que participan lo hacen voluntariamente y viven de ello".
Un ejemplo de cómo la política es un factor clave en estas exposiciones universales y coloniales es el cambio que se dió en la imagen del poblado canaco en ellas. "Si en las exposiciones francesas anteriores la imagen que se había dado de los canacos era la de fósil viviente o la de primitivos salvajes sedientos de sangre, en la de 1889 se los presentó como aliados de la República. La causa de este cambio fue la ayuda que prestaron en 1878 algunos clanes canacos a las tropas francesas que luchaban contra los nativos que se oponían a la presencia colonial."De hecho, "en la Tercera República, el discurso humanista convivió con las exhibiciones étnicas y los zoos humanos. La mostración y clasificación de los grupos humanos con fines científicos o como entretenimiento de masas chocaba frontalmente con el ideal republicano francés, que reconocía los derechos humanos de todos los miembros de la República. Este hecho no tenía como consecuencia el reconocimiento de los derechos políticos de los colonizados. Los indígenas, sometidos al régimen del indigenato instituido en 1887 en el "Code de l'indigénat", carecían de derechos cívicos" Autorizaba deportaciones de habitantes y prácticas de sanción exorbitantes, sin defensa o posibilidad de apelación). Este código se abolió después de la segunda Guerra Mundial en 1946.
Hasan G. López Sanz, filósofo y antropólogo social y cultural, aporta una dimensión política de las exhibiciones universales, conniventes con los argumentos de los ideólogos de la colonización. "El antropólogo Henry Lewis Morgan lo explicaba de esta manera: todas las sociedades debían pasar necesariamente por tres etapas de desarrollo cultural, salvajismo, barbarie y civilización. Esta idea, que se desarrolla principalmente en la segunda mitad del siglo XIX, tiene su remanente en las tres primeras décadas del XX, período de consolidación de los imperios coloniales en África, Asia y el Pacífico. La doctrina evolucionista sirvió para justificar la superioridad racial occidental y, consecuentemente, también la tarea colonial.", explica."Separar ambas esferas -la política y la social- sería tan absurdo como afirmar que los mensajes que emite la televisión donde se denigra a la mujer no perpetúan los esquemas patriarcales(...) Como filósofo me resisto a pensar que debamos limitarnos a investigar el fenómenos de las exhibiciones desde una perspectiva eminentemente documental. A partir de algunos vestigios, o de su ausencia, podemos hacer lecturas sintomáticas y acertadas que nos permitan entender las mentalidades y, desde ahí, las sociedades. En el caso de las exhibiciones humanas, no existen muchos relatos de memoria de los exhibidos, donde éstos tomen la palabra, y sería poco riguroso construir una historia de las exhibiciones utilizando únicamente el relato público oficial."
Además, "justificar, aunque solo sea parcialmente, los espectáculos por la participación voluntaria (con la correspondiente prestación salarial) no me parece tampoco acertado. Sería como justificar que los programas de televisión sexistas no son cuestionables porque las mujeres que participan lo hacen voluntariamente y viven de ello".
Un ejemplo de cómo la política es un factor clave en estas exposiciones universales y coloniales es el cambio que se dió en la imagen del poblado canaco en ellas. "Si en las exposiciones francesas anteriores la imagen que se había dado de los canacos era la de fósil viviente o la de primitivos salvajes sedientos de sangre, en la de 1889 se los presentó como aliados de la República. La causa de este cambio fue la ayuda que prestaron en 1878 algunos clanes canacos a las tropas francesas que luchaban contra los nativos que se oponían a la presencia colonial."De hecho, "en la Tercera República, el discurso humanista convivió con las exhibiciones étnicas y los zoos humanos. La mostración y clasificación de los grupos humanos con fines científicos o como entretenimiento de masas chocaba frontalmente con el ideal republicano francés, que reconocía los derechos humanos de todos los miembros de la República. Este hecho no tenía como consecuencia el reconocimiento de los derechos políticos de los colonizados. Los indígenas, sometidos al régimen del indigenato instituido en 1887 en el "Code de l'indigénat", carecían de derechos cívicos" Autorizaba deportaciones de habitantes y prácticas de sanción exorbitantes, sin defensa o posibilidad de apelación). Este código se abolió después de la segunda Guerra Mundial en 1946.
En Chicago en 1893 se celebró la World Columbian Exposition para conmemorar el cuarto centenario del segundo viaje de Cristobal colón a América. "Aún respondiendo las dos exhibiciones a la lógica propia del darwinismo social y cultural, la imagen que se ofreció del poblado Dahomey y del Kwakiutl fue completamente distinta. El africano es el salvaje cuyas costumbres se asemejan más a las de los animales que a las de los hombres, mientras que en el esquimal es el nativo que vive en armonía con la naturaleza".Según el historiador Robert Rydell, dicha exposición ofreció una prueba visible de la necesidad de negar la igualdad política, social y económica de los afroamericanos. La función principal de estos espectáculos fue utilizar a los africanos para reforzar los argumentos en favor de la segregación racial en EEUU que la Corte Suprema había sancionado en 1896 en el conocido caso Plessy contra Ferguson.
Pero hay un aspecto sobre el que Rydell ha llamado la atención y que frecuentemente se ha olvidado en los artículos que han tratado el fenómeno de las exhibiciones. En esa época muchos de los grupos exhibidos se habían profesionalizado y participaban activamente en el espectáculo de la diferencia. (...) En ocasiones, sus letras introducían consignas en contra del colono, algo que puede interpretarse según Rydell como una forma de resistencia mediante el lenguaje y preservación de la agencia y la dignidad:
"Hemos venido de un país lejano a otro donde todos los hombres son blancos. Si vosotros vinieseis a nuestro país sería para nosotros un gran placer cortar vuestra garganta blanca".
"En las exposiciones universales del período de la Gran Depresión, se siguió fomentando una imagen de África y los africanos que legitimaba la segregación racial. Sin embargo, el énfasis primario se puso en proporcionar apoyo a la penetración económica en el continente africano. (...) las empresas estadounidenses veían en la modernización del continente posibilidades de trabajo e inversión, una idea a explotar en las exposiciones universales."
"Las exhibiciones humanas no han desaparecido en absoluto, algunas de ellas asemejándose en exceso a las que se celebraron a finales del siglo XIX y principios del XX. En 1994 el zoológico de Port-Saint-Père, cerca de Nantes, instaló un poblado africano, poblado Bamboula, campaña publicitaria de la Sociedad de galletas Saint Michel para promocionar las galletas Bamboula. Compuesto por 25 hombres, mujeres y niños de Costa de Marfil que debían permanecer en el recinto siete meses mostrándose por contrato con el torso desnudo siempre y cuando el tiempo lo permitiese. Además, el contrato no lo había hecho el estado francés sino el Ministerio de Turismo de Costa de Marfil de acuerdo a su legislación. Así que no tenían permiso de trabajo, ni seguridad social, lo cual limitaba su libertad de movimiento, un espacio que además, compartían con animales salvajes.
Pero hay un aspecto sobre el que Rydell ha llamado la atención y que frecuentemente se ha olvidado en los artículos que han tratado el fenómeno de las exhibiciones. En esa época muchos de los grupos exhibidos se habían profesionalizado y participaban activamente en el espectáculo de la diferencia. (...) En ocasiones, sus letras introducían consignas en contra del colono, algo que puede interpretarse según Rydell como una forma de resistencia mediante el lenguaje y preservación de la agencia y la dignidad:
"Hemos venido de un país lejano a otro donde todos los hombres son blancos. Si vosotros vinieseis a nuestro país sería para nosotros un gran placer cortar vuestra garganta blanca".
"En las exposiciones universales del período de la Gran Depresión, se siguió fomentando una imagen de África y los africanos que legitimaba la segregación racial. Sin embargo, el énfasis primario se puso en proporcionar apoyo a la penetración económica en el continente africano. (...) las empresas estadounidenses veían en la modernización del continente posibilidades de trabajo e inversión, una idea a explotar en las exposiciones universales."
"Las exhibiciones humanas no han desaparecido en absoluto, algunas de ellas asemejándose en exceso a las que se celebraron a finales del siglo XIX y principios del XX. En 1994 el zoológico de Port-Saint-Père, cerca de Nantes, instaló un poblado africano, poblado Bamboula, campaña publicitaria de la Sociedad de galletas Saint Michel para promocionar las galletas Bamboula. Compuesto por 25 hombres, mujeres y niños de Costa de Marfil que debían permanecer en el recinto siete meses mostrándose por contrato con el torso desnudo siempre y cuando el tiempo lo permitiese. Además, el contrato no lo había hecho el estado francés sino el Ministerio de Turismo de Costa de Marfil de acuerdo a su legislación. Así que no tenían permiso de trabajo, ni seguridad social, lo cual limitaba su libertad de movimiento, un espacio que además, compartían con animales salvajes.
Una exhibición similar de pigmeos bakas se celebró en 2002 en el zoológico de Yvoir en Bélgica. El objetivo era recabar fondos para construir fondos, clínicas y escuelas en Camerún. "En lugar de atacar el origen del problema, la explotación de los recursos naturales de las regiones donde residen estas etnias, o el trabajo de las asociaciones para favorecer el desarrollo sostenible de la región, se volvía a producir la lógica paternalista del blanco que ayuda al desfavorecido reforzando en Europa esquemas mentales claramente racistas."
"El turismo de masas a países exóticos también ha favorecido la aparición de nuevas formas de exhibición similares a las que se desplegaron en jardines zoológicos de aclimatación y poblados indígenas, organizadas para el consumo de masas sin menoscabar nuestro confort y seguridad. A cualquier turista que visite Tailandia le ofrecerán visitar un poblado karen. Lo que muy posiblemente no les dirán es que los karen no son ciudadanos tailandeses o emigrados económicos, sino refugiados políticos salidos de Birmania e instalados originalmente en campos gestionados por organizaciones no gubernamentales de la zona Mae Hong Son."
"Pero incluso aquel que no desee moverse de casa puede asistir atónito a expresiones de salvajismo en programas de telerealidad como "Perdidos en la tribu" que reúne algunas características de las exhibiciones zooantropológicas. Según el filósofo francés Olivier Razac (L´Écran et le zoo. Spectable et domestication, des expositions a lá téléréalité") en estos programas "quienes exhiben sus cuerpos, sus comportamientos, sus modos de vida serían como las bestias en jaulas observadas con curiosidad por millones de teleespectadores invisibles". "El quid de la cuestión es el relato que hace el programa de las sociedades extraeuropeas. La civilización se contrapone al primitivismo (...) quienes viajan son familias mientras que ellos son tribus. Como si no existiesen otras formas de organización familiar más que la familia nuclear clásica definida por un hombre, una mujer, descendencia y una economía común." Además "según declaró CEAR, se trasladó a doce familias a 700 kilómetros de sus casas para la grabación del programa, con ropa que no era la habitual, (...), abandonando sus cultivos en la época más importante del año y sacando a los niños del colegio". "La ética y la economía no van de la mano cuando se trata de luchar por la audiencia".
Para Césaire, era inexplicable que aquellos que no se asombraban de lo que sucedía en las colonias quedaron estupefactos ante la experiencia de los campos de extermino nazi. ¿Cómo explicar esto? Césaire lo tiene claro cuando afirma: «Sí, valdría la pena estudiar, clínicamente con detalle, las formas de actuar de Hitler y del hitlerismo, y revelarle al muy distinguido, muy humanista, muy cristiano burgués del siglo XX, que lleva consigo un Hitler y que lo ignora, que Hitler lo habita, que Hitler es su demonio, que, si lo vitupera, es por falta de lógica, y que en el fondo lo que no le perdona a Hitler no es el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación del hombre en sí, sino el crimen contra el hombre blanco, es la humillación del hombre blanco, y haber aplicado en Europa procedimientos colonialistas que hasta ahora solo concernían a los árabes de Argelia, a los coolies de la India y a los negros de África»
Fuentes:
Hasan G. López Sanz. "Zoos humanos, ethnic freaks y exhibiciones etnológicas: una aproximación desde la antropología, la estética y la creación artística contemporánea".
Olivier Razac. "L´Écran et le zoo. Spectable et domestication, des expositions a lá téléréalité".
Robert Rydell. "Africains en Amérique: les villages africains dans les expositions internationales américains (1893-1901)
http://www.radioafricamagazine.com/acariciando-a-contrapelo/
"El turismo de masas a países exóticos también ha favorecido la aparición de nuevas formas de exhibición similares a las que se desplegaron en jardines zoológicos de aclimatación y poblados indígenas, organizadas para el consumo de masas sin menoscabar nuestro confort y seguridad. A cualquier turista que visite Tailandia le ofrecerán visitar un poblado karen. Lo que muy posiblemente no les dirán es que los karen no son ciudadanos tailandeses o emigrados económicos, sino refugiados políticos salidos de Birmania e instalados originalmente en campos gestionados por organizaciones no gubernamentales de la zona Mae Hong Son."
"Pero incluso aquel que no desee moverse de casa puede asistir atónito a expresiones de salvajismo en programas de telerealidad como "Perdidos en la tribu" que reúne algunas características de las exhibiciones zooantropológicas. Según el filósofo francés Olivier Razac (L´Écran et le zoo. Spectable et domestication, des expositions a lá téléréalité") en estos programas "quienes exhiben sus cuerpos, sus comportamientos, sus modos de vida serían como las bestias en jaulas observadas con curiosidad por millones de teleespectadores invisibles". "El quid de la cuestión es el relato que hace el programa de las sociedades extraeuropeas. La civilización se contrapone al primitivismo (...) quienes viajan son familias mientras que ellos son tribus. Como si no existiesen otras formas de organización familiar más que la familia nuclear clásica definida por un hombre, una mujer, descendencia y una economía común." Además "según declaró CEAR, se trasladó a doce familias a 700 kilómetros de sus casas para la grabación del programa, con ropa que no era la habitual, (...), abandonando sus cultivos en la época más importante del año y sacando a los niños del colegio". "La ética y la economía no van de la mano cuando se trata de luchar por la audiencia".
Para Césaire, era inexplicable que aquellos que no se asombraban de lo que sucedía en las colonias quedaron estupefactos ante la experiencia de los campos de extermino nazi. ¿Cómo explicar esto? Césaire lo tiene claro cuando afirma: «Sí, valdría la pena estudiar, clínicamente con detalle, las formas de actuar de Hitler y del hitlerismo, y revelarle al muy distinguido, muy humanista, muy cristiano burgués del siglo XX, que lleva consigo un Hitler y que lo ignora, que Hitler lo habita, que Hitler es su demonio, que, si lo vitupera, es por falta de lógica, y que en el fondo lo que no le perdona a Hitler no es el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación del hombre en sí, sino el crimen contra el hombre blanco, es la humillación del hombre blanco, y haber aplicado en Europa procedimientos colonialistas que hasta ahora solo concernían a los árabes de Argelia, a los coolies de la India y a los negros de África»
Quino. |
Fuentes:
Hasan G. López Sanz. "Zoos humanos, ethnic freaks y exhibiciones etnológicas: una aproximación desde la antropología, la estética y la creación artística contemporánea".
Olivier Razac. "L´Écran et le zoo. Spectable et domestication, des expositions a lá téléréalité".
Robert Rydell. "Africains en Amérique: les villages africains dans les expositions internationales américains (1893-1901)
http://www.radioafricamagazine.com/acariciando-a-contrapelo/
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