martes, 27 de agosto de 2024

Eufemismos para la muerte o el morir, a lo largo del mundo.

El único hecho universal de la vida es la muerte. Sin embargo, diferentes culturas definen y reaccionan a la muerte de manera tan diversa que los acontecimientos que la rodean son un indicador clave de la exuberante inventiva de cada sociedad. Algunas reaccionan con bromas y humor, otras con grandes lloros. Otras con bailes jubilosos y las hay con vídeos post mortem. También están las que sacan a los difuntos de paseo tiempo después. 

Según el Diccionario de la lengua española, un eufemismo es una «manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta o franca expresión sería dura o malsonante». En algunos casos, los caminos de pensamiento son intrincados...

 

EUFEMISMOS PARA LA MUERTE O EL MORIR, A LO LARGO Y ANCHO DEL MUNDO.

El cuerpo pide tierra.

Ponerse el pijama de palo/madera.

Machacar hormigas con el caletre. 

Hincar el poleo.

Se fue con la mayoría.

Está mirando las flores desde abajo.

Está chupando gladiolo. / Se fué al barrio de los acostados. / Se lo llevó la pelá. 

Está haciendo bocalagarto. Más cerca del arpa que de la guitarra. 

Dejó de fumar. 

Entregó la cuchara. 

Dobló la servilleta. 

Se fue pal corral de los quietos / pal cortijo de los callaos / al solar de los calladitos. 

Está roscando las escarbaderas. (Escarbadera son las patas de las gallinas, que muertas, tienen las garras hacia adentro, se enroscan)

No escuchará el siguiente cuco.

Se ha ido al pueblo de los topos.

Está entre las tres piedras. (El dolmen)

En Polonia: se cayó de la bici / Pateó el calendario.

Dinamarca: la última camisa no tiene bolsillos.

En Haiti: se fue a la tierra de los sin sombreros.

China: extinguió las preocupaciones / Vendió huevo de pato salado.

Vietnamita: entró en el sueño de los mil otoños. 

Esloveno: se fue a silbar a los cangrejos.

Cuba: cantó el manisero / Se mudó al barrio Bocarriba.

(Espera un momento... ¿Silvar a los cangrejos?)

ANÉCDOTAS, A PROPÓSITO DE TODO ESTO, DEL ANTROPÓLOGO NIGEL BARLEY. 


"- ¿Donde está tu mujer, Taab gaay?

- Murió anoche.

Me quedé de piedra. Él parecía tomárselo con mucho aplomo.

- ¿Y cómo fue?

- Sencillamente estaba caminando, se mareó y murió.

Balbuceé un pésame y mientras lo hacía, Pascal miró por encima de mi cabeza, saludó con la mano y sonrió. Levantando la vista, vi a su mujer bajando lentamente por la carretera. Sentí un acceso de ira por haber sido objeto de una broma tan estúpida. Entonces me acordé. Entre los dowayo, se describe a cualquiera que se desmaya o cae en coma como "muerto"; la muerte es algo mucho menos preciso que entre nosotros. Abundan las historias de gente que ha resucitado después de que empezaran a envolver sus cuerpos."


Y otra más:

"¿Sabes lo que es esto?", dijo mi anfitrión estirándose para dar una palmada a un bulto que tenía en un rincón de su cuarto de estar. Parecía un montón de ropa vieja. "Es mi abuela" ¿No vas a saludarla?

- Encantado de conocerla, abuelita. Resultaba difícil hacer un gesto: estrecharle la mano era imposible, pero darle una palmada al bulto hubiese sido una muestra de confianza excesiva. 

-Vaya, eso ha estado bien. 

- ¿Cuánto tiempo lleva muerta? 

- Nosotros no decimos eso. Está "durmiendo" o "tiene dolor de cabeza". No morirá hasta que abandone la casa. Ya lleva durmiendo tres años.
Se puso de puntillas y bajó un enorme radiocassette para entretenerme con algo de música. Me di cuenta de que las cintas estaban almacenadas en orden alfabético sobre el cuerpo, que resultaba una estantería muy cómoda.

- La echarás en falta cuando muera.-dije."

 

Nigel Barley, en su libro Bailando sobre la tumba, escribe que el único hecho universal de la vida es la muerte. Pero "en Occidente ninguna muerte se considera real sin un certificado que explique la causa de defunción. Si uno muere debido a un paro cardíaco y le reaniman, no se expide certificado alguno. Cada uno de los síntomas de la muerte (falta de respiración o pulso, frialdad y rigos mortis, relajación de esfínteres, insensibilidad ante los estímulos eléctricos) pueden darse sin que se produzca la muerte. El único signo seguro y certero de la muerte es el comienzo de la putrefacción del cadaver. Así que ahora ya ni siquiera sabemos dónde comienza la vida y la muerte; sus fronteras son redefinidas periódicamente."

 

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