miércoles, 26 de junio de 2013
viernes, 14 de junio de 2013
La patología clínica: la discapacidad, la mujer y la esclavitud.
"Si se sigue estrictamente esta prescripción facultativa, esta
práctica preocupante que muchos negros tienen de huir se puede
prevenir casi en su totalidad. En el caso de los esclavos
"rebeldes e insatisfechos sin causa, azotes diabólicos como
"medida preventiva"
Samuel A. Cartwrigh, médico.
Samuel A. Cartwrigh, médico.
“Los pájaros nacidos en jaula creen que volar es una enfermedad.”
Alejandro Jodorowski, artista.
Alejandro Jodorowski, artista.
Y junto con lo salvaje, lo monstruoso. Fueron los romanos los inventores de esta palabra: monstro, monstrare, monstravi, monstratum, que significa mostrar. Eran seres y hechos sobrenaturales en los que intervenía la voluntad de los dioses, con carácter de castigo. Pero también se les asignaba determinadas cualidades: de ahí viene la superstición de que da buena suerte tocar la joroba de un jorobado o pasar por ella un billete de lotería; de ahí también la bendición de los hijra (tercer sexo) en la India, a los que se les llama para estar presentes en las bodas, nacimientos, etc.
Hoy, utilizamos la patologización para etiquetar determinados comportamientos como enfermos, siguiendo de manera mecánica y reduccionista el modelo dicotómico salud-enfermedad. A menudo, esas etiquetas ideológicas se vuelven diagnósticos que sirven para manifestar desaprobación, rechazo y exclusión del mundo “normal” de aquellas personas con cuyo comportamiento no se está de acuerdo. El origen del feminismo, la discapacidad, la esclavitud y el placer sexual femenino son buenos ejemplos.
LA INCAPACIDAD O MINUSVALÍA.
La modernidad trajo la defensa de lo cuantitativo y propuso como
incontestable el número, y trajo la revolución industrial, donde sólo
tiene valor económico lo que puede expresarse en términos
monetarios.
Fue desde esta Revolución Industrial cuando se resaltó la
noción de validez/invalidez acorde a las exigencias en la producción
industrial, descalificando al inválido en la fuerza de trabajo, lo
que conllevó a su marginación en la vida social. Es así como el concepto de
discapacidad fue cultural y socialmente construído como patología,
y por ende, alejado de los aparatos de representación y de las
prácticas de gobierno.
La
medicina occidental, como la ciencia clásica occidental, analiza la
realidad a partir de una serie de oposiciones: cuerpo/mente,
individuo/sociedad, enfermedad/salud, etc., que deben ser estudiados
separadamente. El mismo cuerpo está fraccionado en partes cada vez
más pequeñas, creando especializaciones (cardiólogo, neurólogo,
etc.) Si no tienes o aparentas tener todas las partes de tu cuerpo
flamantes y nuevas, se te dirige al estrato de "patología"
clínica (junto con la de enfermo mental, homosexual, tuberculoso,
prostituta, epiléptico, sordomudo, hemofílico...).
EL ORIGEN DE LA PALABRA FEMINISMO.
Beatriz
Preciado, filósofa feminista, queer y del género, nos explica que:
"La palabra feminismo aparece por primera vez en un texto de
diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis titulado Del feminismo y del
infantilismo en los tuberculosos que publicó en 1871 un médico
francés llamado Ferdinand Valére Faneau de La Cour. En ese texto,
Faneu de La Cour aseguraba que un gran número de hombres
tuberculosos, especialmente si padecían esta enfermedad de forma
hereditaria, presentaban una serie de rasgos infantiles y
"feministas": cabello fino, pestañas largas, piel blanca y
blanda, barba escasa, genitales pequeños, mamas voluminosas... Es
decir, la primera vez que se utiliza la noción de "feminismo"
es para designar un efecto secundario de la tuberculosis que tiene
como signo más claro la feminización del cuerpo masculino. Una
feminización que, por tanto, se concibe como patológica.
Curiosamente, el texto de Faneau de La Cour tuvo bastante "éxito
mediático" y Alejando Dumas (hijo), que era un periodista muy
activo en la época, utiliza la noción de feminista para
descalificar a aquellos hombres que apoyaban la "causa de las
ciudadanas". Hombres que, según Dumas, corrían el "peligro"
de sufrir un proceso de feminización similar al que padecían los
tuberculosos.
No será hasta finales del siglo XIX cuando la noción de feminismo empieza a ser empleada por los movimientos sufragistas que reclamaban que las mujeres pudieran participar en igualdad de condiciones que los hombres en el juego democrático. Se trata, por tanto, de una noción que se acuña en el ámbito de los discursos médicos-jurídicos-disciplinarios, al igual que la mayor parte de los conceptos que se utilizan en el campo de las políticas sexuales." "Por eso nuestras luchas están tan estrechamente vinculadas a las políticas de higiene y de gestión de la salud".
No será hasta finales del siglo XIX cuando la noción de feminismo empieza a ser empleada por los movimientos sufragistas que reclamaban que las mujeres pudieran participar en igualdad de condiciones que los hombres en el juego democrático. Se trata, por tanto, de una noción que se acuña en el ámbito de los discursos médicos-jurídicos-disciplinarios, al igual que la mayor parte de los conceptos que se utilizan en el campo de las políticas sexuales." "Por eso nuestras luchas están tan estrechamente vinculadas a las políticas de higiene y de gestión de la salud".
LA HISTERIA FEMENINA.
Para
la década de 1980 fue eliminada de los libros de neuropsiquiatría
la condición de “histeria femenina”, que por decenios se estuvo
diagnosticando a mujeres.
La histeria
femenina fue diagnosticada en la era victoriana de manera muy
habitual debido al dato comprobado “científica y bíblicamente”
de que la mujer solo servía para procrear y no para obtener placer
de la relación sexual. Solo a las prostitutas se les permitía tener
emisiones parecidas a las eyaculaciones masculinas. La definición de
este término fue responsabilidad directa de los médicos
y peritos de la época e incluía los siguientes síntomas:
desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez
abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada,
irritabilidad, pérdida de apetito y “tendencia a causar
problemas”.
Para
tratar la histeria, se recomendaba como tratamiento en 1860, masajes
pélvicos únicamente ejercidos por doctores y masajes de agua por
parte de las parteras. Las pacientes diagnosticadas debían recibir
esta estimulación de los genitales hasta llegar al orgasmo, una o
dos veces en semana. Al considerar el deseo sexual reprimido de las
mujeres como una enfermedad, los negocios de clínicas de frotaciones
y masturbaciones que curaban el falso padecimiento estuvieron muy en
boga. A finales del siglo XVIII ya se vendían dispositivos de
hidroterapia con pulsión directa al clítoris, y a mediados del
siglo XIX ya existían balnearios de lujo para mujeres en Europa y
los Estados Unidos, algo así como un recinto de bidets, en donde las
mujeres se reunían a descargar-desahogar sus energías. La compañía
Sears incluyó en 1918 el primer consolador en su catálogo de
artículos.
Otras
mujeres tuvieron peor suerte: en Europa durante los siglos XVIII y
XIX se practicó la cliterodectomía a las mujeres. En la
Inglaterra victoriana perduró mucho tiempo la controversia acerca de
si la clitoridectomía curaba "enfermedades" como la histeria, la
melancolía, la epilepsia o el exceso de masturbación y el
lesbianismo. Así, por estas creencias se siguió practicando por
indicaciones sanitarias hasta bien entrado el siglo XX en países
desarrollados como los EE.UU. e Inglaterra.
La “cara de bicicleta” era una enfermedad ficticia de finales del siglo XIX que podía afectar a las mujeres que hicieran uso de sus bicicletas para desplazarse.
“La postura sobre la bici, el esfuerzo inconsciente de mantener el equilibrio y el sobreesfuerzo físico tienden a producir ‘cara de bicicleta’”, relataba el Literary Digest en 1895. “Un rostro normalmente enrojecido, pero a veces pálido, a menudo con labios más o menos demacrados, un comienzo de ojeras oscuras y una expresión cansada” Además de “cara de bicicleta”, quienes montasen en bici también podían padecer cansancio, insomnio, palpitaciones, dolores de cabeza y depresión. Incluso tuberculosis y un incremento de la libido.
LA CARA DE BICICLETA.
La “cara de bicicleta” era una enfermedad ficticia de finales del siglo XIX que podía afectar a las mujeres que hicieran uso de sus bicicletas para desplazarse.
“La postura sobre la bici, el esfuerzo inconsciente de mantener el equilibrio y el sobreesfuerzo físico tienden a producir ‘cara de bicicleta’”, relataba el Literary Digest en 1895. “Un rostro normalmente enrojecido, pero a veces pálido, a menudo con labios más o menos demacrados, un comienzo de ojeras oscuras y una expresión cansada” Además de “cara de bicicleta”, quienes montasen en bici también podían padecer cansancio, insomnio, palpitaciones, dolores de cabeza y depresión. Incluso tuberculosis y un incremento de la libido.
Y es que en la última década del siglo XIX las bicicletas se volvieron instrumento del feminismo: las mujeres podían moverse libremente por las ciudades y podían vestir prendas que les permitieran participar en actividades físicas, liberándose de los corsés y las faldas y sustituyéndolos por pantalones. Pero muchos hombres de la época no vieron con muy buenos ojos la independencia que la bicicleta estaba otorgando a las mujeres, y tampoco el hecho de que no les esperaran en su hogar con las tareas hechas y ojos dulces en vez de cansados.
La feminista y líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles Susan B. Anthoy describió en una entrevista de 1896 para el New York World que la bicicleta había hecho por la emancipación de la mujer más que ninguna otra cosa en el mundo.
“Para los hombres, la bicicleta en sus comienzos era un mero juguete, pero para las mujeres, se traba de un corcel con el que poder cabalgar hacia un nuevo mundo”, relataba la revista Munsey el mismo año.
Actualmente, aunque todavía hay quien asegura que es una enfermedad mental, la patologización absurda ha pasado al tema de la progenie. Mercedes Valcarce, profesora titular de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense de Madrid, no duda en afrimar que "Los niños de este tipo de parejas no van a tener identidad sexual. Los demás la adquieren porque ven que dos personas, un hombre y una mujer, se han unido para completarse. En cambio, los adoptados por homosexuales tendrían una identidad sexual muy conflictiva".
Paulino Castells, doctor en medicina y psiquiatra experto en temas de familia, también se situaba en esta línea de opinión: "Yo lo que deseo para un niño es que tenga un padre y una madre. Para su identificación y la maduración de su personalidad necesita un modelo femenino y masculino, no un modelo de género sino también de sexo, diferenciado anatómica y psíquicamente".
La feminista y líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles Susan B. Anthoy describió en una entrevista de 1896 para el New York World que la bicicleta había hecho por la emancipación de la mujer más que ninguna otra cosa en el mundo.
“Para los hombres, la bicicleta en sus comienzos era un mero juguete, pero para las mujeres, se traba de un corcel con el que poder cabalgar hacia un nuevo mundo”, relataba la revista Munsey el mismo año.
LA HOMOSEXUALIDAD COMO ENFERMEDAD
Desde 1973, año en que la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó a la homosexualidad del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad. Posteriormente, en 1990, haría lo propio la Organización Mundial de la Salud. Fue el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing el que popularizó el concepto en 1886. Desde entonces, la homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso debate y estudio: inicialmente se catalogó como una enfermedad, patología o trastorno que había que curar.
Actualmente, aunque todavía hay quien asegura que es una enfermedad mental, la patologización absurda ha pasado al tema de la progenie. Mercedes Valcarce, profesora titular de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense de Madrid, no duda en afrimar que "Los niños de este tipo de parejas no van a tener identidad sexual. Los demás la adquieren porque ven que dos personas, un hombre y una mujer, se han unido para completarse. En cambio, los adoptados por homosexuales tendrían una identidad sexual muy conflictiva".
Paulino Castells, doctor en medicina y psiquiatra experto en temas de familia, también se situaba en esta línea de opinión: "Yo lo que deseo para un niño es que tenga un padre y una madre. Para su identificación y la maduración de su personalidad necesita un modelo femenino y masculino, no un modelo de género sino también de sexo, diferenciado anatómica y psíquicamente".
LOS ESCLAVOS DRAPETOMANÍACOS
La
esclava Jacinta, a quien han bautizado cristianamente con ese nuevo
nombre para invisibilizar sus orígenes yorubas, se escapa por cuarta
vez de la hacienda cafetalera. Sus amos ofrecen, de nuevo, una
recompensa por su captura. Alegan que Jacinta padece de sus
facultades mentales y que como ella, cualquier otro esclavo que
escape, estará alterando el orden natural de las cosas, aquellas que
gracias a la iglesia y la biblia dictan que la esclavitud es una
institución bendecida y avalada por el único dios verdadero y sus
seguidores. Aquellas que alegan que todo esclavo que no desee el
cautiverio debe ser considerado un paciente mental.
Los
dueños de la hacienda siguen de este modo y con la bendición de
párrocos y obispos, los preceptos de las autoridades en medicina de
la época que denuncian que todo fugitivo está enfermo de
“drapetomanía”.
La palabra “drapetomanía” fue creada en 1851 y acuñada por el
reconocido cirujano y benemérito psicólogo del estado de Luisiana,
Dr. Samuel A. Cartwright quien alegaba que los negros y negras se
contagiaban de la discapacidad de querer escaparse epidémicamente.
De hecho, él y sus colegas de las ciencias entendían el
padecimiento como “el deseo incontrolable de los negros y negras
por la libertad” y se llegó a afirmar que la misma era una
consecuencia de los dueños de esclavos que “se dieron a la tarea
de comportarse con demasiada familiaridad con los cautivos,
tratándolos como iguales”. Dicha
disfunción psicológica “inducía al negro a huir de servicio”,
y que consideraba el acto como “cualquier otra especie de
enajenación mental que debía ser curada para el bien de la
humanidad”.
Debido
a ello, muchos ancestros fueron atendidos médicamente para incitar la
eliminación de los síntomas, así que además de identificar la
drapetomanía, Cartwright recetó un remedio:
"Si se sigue estrictamente esta prescripción facultativa esta
práctica preocupante que muchos negros tienen de huir se puede
prevenir casi en su totalidad. En el caso de los esclavos"
"rebeldes e insatisfechos sin causa o señal de advertencia de
inminente vuelo” "azotes diabólicos" como "medida preventiva".
Como un remedio para esta enfermedad,
los médicos también recomiendan una imposibilidad física
prescribiendo la extirpación de ambos dedos gordos.
Mientras, dicen que los cimarrones se reunían en el patio para peinar a las más pequeñas, y gracias a la observación del monte, diseñaban en su cabeza, haciéndoles trenzas pegadas a la cabeza o "tropas", un mapa lleno de caminitos y salidas de escape, en el que ubicaban los montes, ríos y árboles más altos. Los hombres al verlas sabían cuáles rutas tomar. Su código desconocido para los amos les permitía a los esclavizados huir. El origen estaba en el continenete africano, donde ya la cultura Yoruba trenzaba su cabello enviando mensajes a los dioses. El cabello es la parte más elevada del cuerpo, y por lo tanto es considerada como el portal de espíritus para pasar a las almas.
Mientras, dicen que los cimarrones se reunían en el patio para peinar a las más pequeñas, y gracias a la observación del monte, diseñaban en su cabeza, haciéndoles trenzas pegadas a la cabeza o "tropas", un mapa lleno de caminitos y salidas de escape, en el que ubicaban los montes, ríos y árboles más altos. Los hombres al verlas sabían cuáles rutas tomar. Su código desconocido para los amos les permitía a los esclavizados huir. El origen estaba en el continenete africano, donde ya la cultura Yoruba trenzaba su cabello enviando mensajes a los dioses. El cabello es la parte más elevada del cuerpo, y por lo tanto es considerada como el portal de espíritus para pasar a las almas.
"Si el terreno era muy pantanoso, las tropas se tejían como surcos", dice Leocadia Mosquera, una maestra chocoana de 51 años a quien su abuela le enseñó el secreto de los peinados por considerarla la "ananse" de la familia, es decir, ese ser mítico representado en una araña, que con su astucia y poder, huye de la dominación.
"A principios de los años setenta, un profesor de Stanford, David Rosenhan, reclutó a ocho amigos y, cada uno por separado, se presentó en hospitales psiquiátricos de distintos puntos de Estados Unidos diciendo que oía voces. Todos ellos fueron ingresados inmediatamente" explica el sociólogo César Rendueles. "Desde el primer minuto de su internamiento se comportaron con normalidad e informaron a los médicos de que ya no oían voces. Sin embargo, nadie detectó que no padecían ninguna enfermedad. Rosenhan publicó un artículo que tuvo mucha difusión. El problema empezó cuando las aseguradoras estadounidenses dijeron que no pensaban seguir pagando medicación y tratamientos si los psiquiatras no eran capaces de distinguir a un enfermo de una persona sana. La asociación profesional norteamericana de psiquiatría respondió encargándole a un psiquiatra llamado Robert Spitzer que elaborara un catálogo diagnóstico exhaustivo y coherente de los trastornos mentales. Spitzer formó un grupo que trabajó durante años para catalogar más de trescientas enfermedades. ¿Cómo lo hicieron? No con criterios científicos, sino intentando contentar a todas las escuelas psiquiátricas".
El origen inmediato de la palabra “fármaco” se halla en el sustantivo griego “farmakós”, instrumento o remedio capaz de llevar a cabo un acto expiatorio. En la Grecia arcaica servía para designar al chivo expiatorio, al pecador de la ciudad, con cuyo sacrificio o expulsión violenta, en las fiestas Targelias, ésta se purificaba. Farmakós, el chivo expiatorio, el agente purificador de una ciudad, el hombre que deparaba a la ciudad su limpieza moral, por tanto su kátharsis o catarsis. Catarsis es la purificación emocional, corporal, mental y espiritual, mediante la experiencia de la compasión y el miedo...
"A principios de los años setenta, un profesor de Stanford, David Rosenhan, reclutó a ocho amigos y, cada uno por separado, se presentó en hospitales psiquiátricos de distintos puntos de Estados Unidos diciendo que oía voces. Todos ellos fueron ingresados inmediatamente" explica el sociólogo César Rendueles. "Desde el primer minuto de su internamiento se comportaron con normalidad e informaron a los médicos de que ya no oían voces. Sin embargo, nadie detectó que no padecían ninguna enfermedad. Rosenhan publicó un artículo que tuvo mucha difusión. El problema empezó cuando las aseguradoras estadounidenses dijeron que no pensaban seguir pagando medicación y tratamientos si los psiquiatras no eran capaces de distinguir a un enfermo de una persona sana. La asociación profesional norteamericana de psiquiatría respondió encargándole a un psiquiatra llamado Robert Spitzer que elaborara un catálogo diagnóstico exhaustivo y coherente de los trastornos mentales. Spitzer formó un grupo que trabajó durante años para catalogar más de trescientas enfermedades. ¿Cómo lo hicieron? No con criterios científicos, sino intentando contentar a todas las escuelas psiquiátricas".
El origen inmediato de la palabra “fármaco” se halla en el sustantivo griego “farmakós”, instrumento o remedio capaz de llevar a cabo un acto expiatorio. En la Grecia arcaica servía para designar al chivo expiatorio, al pecador de la ciudad, con cuyo sacrificio o expulsión violenta, en las fiestas Targelias, ésta se purificaba. Farmakós, el chivo expiatorio, el agente purificador de una ciudad, el hombre que deparaba a la ciudad su limpieza moral, por tanto su kátharsis o catarsis. Catarsis es la purificación emocional, corporal, mental y espiritual, mediante la experiencia de la compasión y el miedo...
Algunas noticias relacionadas:
http://www.lavanguardia.com/vida/20130527/54374878936/deficit-atencion-ninos-ficticio.html
http://www.vanguardia.com.mx/ordenolaiglesiadeholandacastraramenoresporhomosexualidad-1243115.html
Fuentes:
http://revistacruce.com/politica-sociedad/se-solicitan-drapetomaniacos.html
"¿La muerte de la clínica?" Beatriz Preciado. http://www.youtube.com/watch?v=4aRrZZbFmBs
http://en.wikipedia.org/wiki/Drapetomania
"El salvaje artificial" Roger Bartra.
Cambiar las gafas para mirar el mundo. Una nueva cultura de la sostenibilidad. - Yayo Herrero, Fernando Cembranos y Marta Pascual (coords.)
http://www.elalmanaque.com/Amor-sexo/MONSTRUO.htm
http://www.elsevier.es/es/revistas/progresos-obstetricia-ginecologia-151/la-mutilacion-genital-mujer-siglo-xxi-13048277-revision-2003?bd=1
http://historico.unperiodico.unal.edu.co/Ediciones/67/08.htm
http://blogs.publico.es/strambotic/2014/07/carabici/
http://www.vox.com/2014/7/8/5880931/the-19th-century-health-scare-that-told-women-to-worry-about-bicycle
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2004/09/30/pediatria/1096566915.html
https://jaimearocha.files.wordpress.com/2015/06/poc3a9tica-del-peinado-afrocolombiano.pdf (pág 119)
https://blogs.herdereditorial.com/filco/cesar-rendueles-capitalismo-incompatible-vida-humana/
http://blogs.publico.es/strambotic/2014/07/carabici/
http://www.vox.com/2014/7/8/5880931/the-19th-century-health-scare-that-told-women-to-worry-about-bicycle
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2004/09/30/pediatria/1096566915.html
https://jaimearocha.files.wordpress.com/2015/06/poc3a9tica-del-peinado-afrocolombiano.pdf (pág 119)
https://blogs.herdereditorial.com/filco/cesar-rendueles-capitalismo-incompatible-vida-humana/
viernes, 7 de junio de 2013
¡Mujeres blancas, escuchad!: feminismo negro.
"Creemos que las políticas sexuales en el patriarcado dominan las vidas de las mujeres negras, así como lo hacen las políticas de clase y de raza. Además, con frecuencia, nos es difícil separar la raza de la clase, y de la opresión sexual, dado que en la mayoría de los casos las experimentamos simultáneamente en nuestras vidas" The Combahee River Collective.
“Las mujeres blancas que se dedican a publicar ensayos y libros sobre cómo “desaprender el racismo” continúan teniendo una actitud paternalista y condescendiente cuando se relacionan con mujeres negras (...). Nos convierten en el “objeto” de su discurso privilegiado sobre la raza. Como “objetos” continuamos siendo diferentes, inferiores”
bell hooks.
bell hooks (escrito
en minúsculas), escritora y activista feminista, opina:
"A menudo las
feministas blancas actúan como si las mujeres negras no supiesen
que existía la opresión sexista hasta que ellas dieron voz al
sentimiento feminista. Creen que han proporcionado a las mujeres
negras «el» análisis y «el» programa de liberación. No
entienden, ni siquiera pueden imaginar, que las mujeres negras, así
como otros grupos de mujeres que viven cada día en condiciones
opresivas, a menudo adquieren conciencia de la política patriarcal a
partir de su experiencia vivida, a medida que desarrollan
estrategias de resistencia ―incluso aunque ésta no se dé de forma
mantenida u organizada."
"La fuerza que
permite a las autoras blancas no hacer referencia a la identidad
racial en sus libros sobre «mujeres», y que son en realidad libros
sobre mujeres blancas, es la misma que obligaría a cualquier
autora que escribiera exclusivamente sobre mujeres negras a hacer
explícita su identidad racial. Esa fuerza es el racismo. Es
la raza dominante la que puede hacer parecer su experiencia como la
representativa."
Mientras el
feminismo moderno ilustrado se desarrolló a partir de Simone de
Beauvoir y su afirmación «No se nace mujer.
Se llega a serlo», los discursos de género en el feminismo
negro parten de una negación, de una exclusión. Como dice Audre
Lorde «Las herramientas del amo nunca
desmontan la casa del amo. Quizá nos permitan obtener una victoria
pasajera siguiendo sus reglas del juego, pero nunca nos valdrán para
efectuar un auténtico cambio». Para dejar de ser
constituidas como objetos y pensarse como sujetos, tuvieron que
volver a montarse, tomar la palabra, recuperar la voz.
Hazel V. Carby en su ¡Mujeres blancas, escuchad! criticó y cuestionó supuestos conceptos universales centrales en la teoría feminista, que demostró problemáticos en su aplicación a las vidas de las mujeres negras, como «familia», «patriarcado» y «reproducción»:
"No es que deseemos negar que la familia pueda ser una fuente de opresión para nosotras, sino que deseamos examinar, además, cómo la familia negra ha funcionado en su origen como fuente de resistencia a la opresión. Necesitamos reconocer que durante la esclavitud, en los periodos coloniales y bajo el actual Estado autoritario, la familia negra ha sido terreno de resistencia política y cultural contra el racismo.
Las feministas negras venimos explicándolo desde el siglo pasado, cuando Sojourner Truth señaló la forma en que se negaba la «feminidad» a las mujeres negras.":
"Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado y plantado y cosechado, y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer? (...) He tenido trece hijos, y los vi vender a casi todos como esclavos, y cuando lloraba con el dolor de una madre, ¡nadie, sino Jesús me escuchaba! ¿Y acaso no soy yo una mujer?Ochy Curiel explica como la escritura y feminista blanca Betty Friedan publicó un texto en 1963 titulado "La mística de la feminidad en EEUU" en el que animaba a las mujeres a salir de la depresión y de la dependencia de sus maridos saliendo a trabajar. Las negras alegaron que ellas ya desde tiempos de la esclavitud estaban trabajando en la esfera pública y en la esfera privada, inclusive en los hogares de aquellas amas feministas blancas.
Ustedes hablan de esa cosa en la cabeza. ¿Cómo es que le dicen? ¡Eso es, cielo! INTELECTO. ¿Qué tiene que ver eso con los derechos de las mujeres o de los negros? Si mi copa no tiene espacio más que para una pinta, y la tuya para un cuarto de galón, ¿no es feo por tu parte no dejarme tener mi pequeña media medida llena?
Entonces ese hombre pequeño de negro allá, él dice que las mujeres no podemos tener tantos derechos como los hombres, ¡porque Cristo no era una mujer! ¿De dónde viene tu Cristo? ¿De dónde viene tu Cristo? ¡De Dios y de una mujer! El hombre no ha tenido nada que ver con Él.
Si la primera mujer que Dios hizo fue lo suficientemente fuerte para dar vuelta al mundo sola, estas mujeres juntas deben ser capaces de darle la vuelta al mundo en sí mismo ¡y ponerlo del lado correcto para arriba de nuevo! Y ahora que ellas piden hacerlo, ¡los hombres mejor las dejan!"
Familia negra:
Hazel V. Carby
continúa:
"El uso del concepto de «dependencia» supone también un problema para las feministas negras. Se ha argumentado que proporciona la conexión entre «la organización material del hogar y la ideología de la feminidad». Pero, ¿cómo podemos considerar entonces las situaciones en las que las mujeres negras son cabeza de familia, o en las que, debido a un sistema económico que genera de forma estructural un alto desempleo masculino negro, no son dependientes económicamente de un hombre negro?"
"Las estructuras de la familia negra han sido consideradas patológicas por el Estado y están en proceso de constituirse como patológicas en la teoría feminista blanca. Aquí, irónicamente, la estructura de la familia nuclear occidental y las ideologías propias del «amor romántico» formadas en el capitalismo pasan por más progresistas que las estructuras de la familia negra."
"Las estructuras de la familia negra se ven como propias de sistemas económicos menos avanzados y sus extensas redes parentales se asumen como más opresivas para las mujeres."
Mercedes Jabardo, antropóloga, explica:
"De
hecho, lo que ocurrió en las plantaciones es que los esclavos
reinventaron el concepto de familia. Y lo hicieron a partir de su
propio bagaje, adaptándolo (adaptándose) a un entorno no solo
nuevo, sino hostil. Los términos “hermano”
y “hermana”, por
ejemplo, son centrales en la experiencia negra en Estados Unidos. Son
términos políticos que inmediatamente establecen solidaridad y
sentido de conexión entre la gente negra. Ambos términos,
inexistentes en lenguas africanas, fueron utilizados por primera vez
en América y su uso está muy relacionado con la experiencia de la
esclavitud. La conciencia de afinidad
racial como base de
solidaridad se debió desarrollar en el mismo momento en que los
africanos se pusieron en el mismo barco en compañía de esclavistas
blancos. Fue entonces cuando tuvieron conciencia de raza, como signo
identitario. En ese momento –tal y como argumenta Oyebumi (2001), la
conciencia racial transformó el significado de parentesco. Ambos
términos (brother / sister), que los afroamericanos utilizan a la
par, expresan parentesco en el feminismo negro. El término
“sisterhood” (sororidad),
que hace referencia a la igualdad entre mujeres, ahora utilizado por
las feministas blancas, como signo de expresión identitaria, se lo
apropiaron de las comunidades negras aquellas feministas que
participaron en el movimiento pro derechos civiles.
Jeanne-Rolande Dacougne explica la importancia de la sororidad con un ejemplo: "A veces te plantan un pozo en medio del pueblo y las mujeres dicen 'pues preferimos hacer 5 km para ir a coger agua del río'. No les preguntan si es un momento importante para ellas." Hay lugares en los que los hombres ocupan y controlan todos los espacios, del ámbito público y del privado. Y donde el hammam o la caminata para ir a buscar el agua representan el único reducto de libertad, de encuentro entre mujeres al margen o en el marco del trabajo cotidiano, para hablar sin tapujos, apoyarse las unas a las otras, reírse, soñar y elaborar estrategias de resistencia. Si se elimina ese espacio, se elimina un único espacio y tiempo de libertad colectiva y de solidaridad exclusivamente de mujeres.
Jeanne-Rolande Dacougne explica la importancia de la sororidad con un ejemplo: "A veces te plantan un pozo en medio del pueblo y las mujeres dicen 'pues preferimos hacer 5 km para ir a coger agua del río'. No les preguntan si es un momento importante para ellas." Hay lugares en los que los hombres ocupan y controlan todos los espacios, del ámbito público y del privado. Y donde el hammam o la caminata para ir a buscar el agua representan el único reducto de libertad, de encuentro entre mujeres al margen o en el marco del trabajo cotidiano, para hablar sin tapujos, apoyarse las unas a las otras, reírse, soñar y elaborar estrategias de resistencia. Si se elimina ese espacio, se elimina un único espacio y tiempo de libertad colectiva y de solidaridad exclusivamente de mujeres.
Junto
a estos conceptos, en las plantaciones también se redefinió el
concepto de madre, que tuvo entre las comunidades negras una
dimensión colectiva, fundamentalmente en los matrimonios
polígamos, donde todas
las mujeres adoptan
el papel de madres tanto para sus hijos naturales como para los hijos
de sus coesposas. En este caso, la tradición africana fue adaptada
para hacer frente a las necesidades de la comunidad esclava en
América. Este concepto alude tanto a la madre natural como a todas
las mujeres esclavas que se ocupaban del mantenimiento y cuidado de
los niños. Como ocurría inicialmente con los conceptos de
hermano/hermana era, de nuevo, una estrategia de lucha y de
supervivencia emocional. La socialización colectiva de los hijos era
una forma de prepararse, emocional y psicológicamente, para una
posible separación, tan habitual en las condiciones de la esclavitud
(Sparks, 1996). La reinvindicación de la figura de la madre
–central incluso entre los poetas afroamericanos- ha sido uno de
los ejes del discurso feminista, así como el énfasis en el concepto
de familia negra como un locus de resistencia. Es más, en torno al
concepto de familia, las feministas negras norteamericanas plantearon
uno de los ejes de su discurso teórico frente a los planteamientos
del feminismo blanco, que seguía hablando de la familia como uno de
los ejes de la opresión de las mujeres.
"La institución africana de la maternidad, en palabras de Oyewùmí Oyewùmí, sobrepasa la propia cuestión de género, ya que es previa a lo social (o “presocial”), prenatal, postnatal y “de por vida”, por tanto no existiendo ningún equivalente para tal institución, ni rol de género similar, en el caso de los varones. Desde este punto de vista la maternidad precede a todo lo demás y, por tanto, no podemos esencializarla, ni trivializar lo que significa para las mujeres africanas desde un análisis del género.
(...)
"Ante un nacimiento, no solo aparece una entidad, sino dos, a saber: la madre proveedora (abiyamo en Yoruba) y la criatura. La muerte por parto es la mayor tragedia para la sociedad Yoruba, ya que involucra a toda la comunidad y no sólo a la mujer"
Cuenta Soledad Vieitez Cerdeño, antropóloga, en su artículo "Mujeres, género y feminismos desde África".
El antropológo Gustau Nerín explica este choque con dos anécdotas:
"Algunas mujeres europeas, cuando van a África, se sienten obligadas a exponer las ventajas de su liberación a cualquier negra que encuentren. Una turistas feminista que pasó por Guinea Ecuatorial preguntaba sin ningún pudor a todas las mujeres que encontraba si tomaban anticonceptivos. Dudo de que en su pueblo preguntase a la vecina o a la cajera del supermercado si utilizan preservativos o DIU. Otra turista de la misma especie se fue a una reserva de Kenia. La turista se pasó toda la visita tratando de convencer a las mujeres masais de que no debían tener tantos hijos: "Mirad, yo me lo paso muy bien viajando... He dado la vuelta al mundo, lo he conseguido porque no tengo hijos." Ni siquiera sospechaba que ella, para muchos mujeres africanas, era una desgraciada por el simple hecho de no tener hijos."
"La institución africana de la maternidad, en palabras de Oyewùmí Oyewùmí, sobrepasa la propia cuestión de género, ya que es previa a lo social (o “presocial”), prenatal, postnatal y “de por vida”, por tanto no existiendo ningún equivalente para tal institución, ni rol de género similar, en el caso de los varones. Desde este punto de vista la maternidad precede a todo lo demás y, por tanto, no podemos esencializarla, ni trivializar lo que significa para las mujeres africanas desde un análisis del género.
(...)
"Ante un nacimiento, no solo aparece una entidad, sino dos, a saber: la madre proveedora (abiyamo en Yoruba) y la criatura. La muerte por parto es la mayor tragedia para la sociedad Yoruba, ya que involucra a toda la comunidad y no sólo a la mujer"
Cuenta Soledad Vieitez Cerdeño, antropóloga, en su artículo "Mujeres, género y feminismos desde África".
El antropológo Gustau Nerín explica este choque con dos anécdotas:
"Algunas mujeres europeas, cuando van a África, se sienten obligadas a exponer las ventajas de su liberación a cualquier negra que encuentren. Una turistas feminista que pasó por Guinea Ecuatorial preguntaba sin ningún pudor a todas las mujeres que encontraba si tomaban anticonceptivos. Dudo de que en su pueblo preguntase a la vecina o a la cajera del supermercado si utilizan preservativos o DIU. Otra turista de la misma especie se fue a una reserva de Kenia. La turista se pasó toda la visita tratando de convencer a las mujeres masais de que no debían tener tantos hijos: "Mirad, yo me lo paso muy bien viajando... He dado la vuelta al mundo, lo he conseguido porque no tengo hijos." Ni siquiera sospechaba que ella, para muchos mujeres africanas, era una desgraciada por el simple hecho de no tener hijos."
Dominación patriarcal de diferentes colores.
"Cabe volver a
recordar, además, que los hombres negros no han sostenido las mismas
posiciones patriarcales de poder que los varones blancos. Es
igualmente insatisfactorio aplicar el concepto de patriarcado a
situaciones coloniales diversas, ya que es incapaz de explicar por
qué los varones negros no han disfrutado de los beneficios del
patriarcado blanco. Hay estructuras de poder obvias en ambas
formaciones sociales, coloniales y esclavistas, que son
predominantemente patriarcales. Sin embargo, las formas
históricamente específicas de racismo nos fuerzan a modificar o
alterar la aplicación del término «patriarcado» al aplicarlo a
los hombres negros. Las mujeres negras hemos sido dominadas
«patriarcalmente» de formas diferentes por hombres de «diferentes»
colores."
Mercedes Jabardo:
"sostienen que
una definición de las relaciones patriarcales que se centren
solamente en las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres
sin situarlas en el marco político y económico tiene consecuencias
para la manera en que tales relaciones son vistas en la comunidad
negra. Cualquier definición de opresión en el seno de estas
comunidades tiene que hacer referencia al racismo."
Reproducción, aborto o fertilidad.
Hazel V. Carby:
"Al cuestionar la aplicación
de los conceptos de «familia» y «patriarcado» necesitamos también
problematizar el uso del concepto de «reproducción». ¿Qué
significa el concepto de reproducción en una situación en la que
las mujeres negras han realizado el trabajo doméstico fuera de
sus propios hogares al servicio de familias blancas? En este
ejemplo, las mujeres negras se sitúan fuera de la relación salarial
industrial, pero aseguran la reproducción de la mano de obra en su
propia esfera doméstica y, simultáneamente, la reproducción de la
mano de obra blanca en el hogar «blanco». Fueron vistas
simultáneamente como trabajadoras, como esposas y como madres. Las
mujeres negras eran malas madres, precisamente, por su posición como
trabajadoras."
Mercedes Jabardo:
"Por lo que respecta al
último de los ejes del discurso feminista, el control de la
reproducción, las asimetrías entre ambos feminismos son también
evidentes. Mientras las mujeres blancas han promovido sus luchas para
defender el derecho al aborto, la lucha de las mujeres negras
es por el control de su fertilidad. Sería recurrente volver a
mencionar en este apartado las diferencias de las entidades médicas
hacia unas y otras, o incluso de las políticas públicas que
discriminan racialmente a las madres de los futuros ciudadanos.
Mientras en unos casos se promueven campañas para incentivar la
natalidad, en el otro se adoptan medidas para frenar la fertilidad."
La her-story y la his-tory.
Hazel V. Carby:
"La teoría feminista en
Gran Bretaña es casi toda eurocéntrica y cuando no omite la
experiencia de las mujeres negras «en casa», las sitúa en el
escenario como «mujeres del Tercer Mundo», en el que sólo actúan
como víctimas de prácticas «bárbaras» y «primitivas» en
sociedades «bárbaras» y «primitivas».
"La herstory de las mujeres negras está entretejida con la de las mujeres blancas, pero esto no significa que sean las mismas historias. Tampoco necesitamos que las feministas blancas escriban nuestra herstory por nosotras, pues podemos hacerlo y estamos haciéndolo por nosotras mismas. Sin embargo, cuando ellas escriben su herstory y la llaman historias de mujeres, e ignoran nuestras vidas y niegan su relación con nosotras, ése es el momento en que están actuando dentro de las relaciones racistas y escribiendo así his-tory."
Fuentes:
Feminismos negros. Una antología de Mercedes Jabardo (ed.) Descarga libro completo aquí:
http://www.traficantes.net/index.php/content/download/30935/288567/file/Feminismos%20negros.pdf
http://www.ankulegi.org/6-
http://www.ankulegi.org/wp-content/uploads/2012/03/0603Jabardo.pdf
"Blanco bueno busca negro pobre" Gustau Nerín.
https://www.youtube.com/watch?v=UOfG0N-92p0
https://vimeo.com/124242072
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