miércoles, 26 de febrero de 2025

Pájaros, orcas, abejas, delfines y humanos: el mutualismo.

"Mi nombre es Steven Holmes, un custodio tradicional Thaua y esta historia es parte del legado de mi pueblo.

Consideramos a los beowas (orcas) como nuestros hermanos. Nuestras historias del Tiempo de los Sueños que nos conectan con los beowas es que cuando un miembro de Thaua muere, se reencarna como un beowa. Los beowas siguieron siendo parte de Thaua, incluso después de morir. Los beowas ayudaban a los hombres arreando a las otras ballenas en la bahía de Turembulerrer (Bahía Doble) para que los balleneros las mataran. Budginbro, al igual que sus antepasados ​​y los demás aborígenes, les daba a los beowas la lengua de la ballena muerta. Esto pronto se conoció como la Ley de la Lengua.

Mi gente tenía una amistad duradera con los beowas en el Edén, especialmente con el Viejo Tom. Mi abuela, Catherine Holmes, de soltera Brierly, nos contó sobre su bisabuelo, Budginbro, quien junto con otros Thaua nadaban con el Viejo Tom, agarrándose de su aleta dorsal; mis antepasados ​​nunca resultaron heridos ni lastimados. Ella dijo que el padre de Budginbro, un hombre ciego, caminaba por la playa (Aslings) cantándoles a los beowas, y que estos lo seguían por la playa comunicándose con él. Era una fuerte amistad entre estos beowas y mi gente.

Para los Thaua, este fue un momento especial para estar vivos, una parte de nuestra historia que se transmitió de generación en generación. Espero que algún día pueda volver a conectarme con los beowas."


En Australia. En Twofold Bay, el pueblo costero Thaua, parte de la nación Yuin, tenía una conexión con las orcas a través del Sueño, una relación que era muy respetada y en la que se confiaba debido a la dependencia de los Thaua del océano para obtener recursos. Antes de la colonización, los Thaua tenían una interacción mutualista continua con las orcas de la zona, trabajando al unísono en la costa y en el agua hasta que un cadáver estaba listo para ser compartido, y las orcas recibían la lengua. Los Thaua incluso describieron una práctica de caza que incluía cantos que alentaban a las orcas a arrear a las ballenas barbadas cerca de la costa para que las mataran. Se cree que esta relación es anterior a la colonización europea por milenios y fue el verdadero comienzo de la noción de la "Ley de la Lengua". La caza comercial de ballenas, que comenzó en 1828, se benefició de la asociación de larga data de los aborígenes australianos con las orcas, lo que la hizo rentable en lugar de una actividad de subsistencia. También se dice que por codicia, los colonos rompieron la Ley de la lengua, que la orca llamada Tío Tom sufrió heridas en consecuencia al verse traicionada y al intentar amarrar su parte. Y que por ello, por las heridas, murió. 
 
Ya no existe más este mutualismo.
 
 
 Hay un ave africana conocida como "guía de la miel" (Indicator indicator). Éste pájaro conduce a la tribu de los boran (Kenia) hacia las colmenas ocultas en el bosque. Así lo cuenta Daniel C. Dennet en "La peligrosa idea de Darwin":

"Cuando los boran desean encontrar miel, llaman al pájaro soplando silbatos especialmente fabricados con conchas de caracoles. Cuando llega uno de esos pájaros, vuela alrededor cantando una especial canción llamada 'sígueme'. Los boran siguen al pájaro que vuela rápidamente delante y los espera hasta ser alcanzado, asegurándose continuamente de que lo pueden ver cuando vuela. Una vez que el pájaro ha llegado a la colmena, sustituye la melodía de su canto inicial por otra que viene a decir 'aquí hemos llegado'. Cuando los boran localizan la colmena en el árbol y la abren, extraen la miel, dejando la cera y las larvas para el pájaro."

La tradición de dejar su recompensa a los "guías de la miel" está reforzada por la leyenda de que, si no se les da su premio, las aves les conducirán ante un león o alguna otra fiera en próximas ocasiones.

Lo importante es que los boran son capaces de calcular la distancia a la colmena mediante tres indicaciones que les da el guía-miel: por el intervalo de tiempo que tarda en volver el pájaro una vez que ha entablado contacto con el pastor, por la distancia entre las sucesivas paradas que debe hacer el pájaro para esperar al hombre que le sigue, y por la altura de la posición que adopta al posarse, que va siendo cada vez más baja a medida que se acercan al nido.

¿Cómo pudo desarrollarse esta insólita colaboración mutua? ¿Quién tomo la iniciativa primero, el pájaro o los boran?

¿Desde cuando no te paraste a escuchar el silbido de un pájaro?




El pueblo chino, tradicionalista y meticuloso, se caracteriza por preservar sus costumbres. Sin lugar a dudas, entre las técnicas tradicionales de pesca china existen una que pueden resultarnos, cuanto menos, curiosa.
 
Entre ellas, podemos incluir la pesca con cormorán -un ave acuática de tamaño medio. Desde hace 1300 años, varios pueblos chinos utilizan este tipo de pesca; el pescador se desplaza en una barca de cañas de bambú, llevando consigo al cormorán. Una vez que cree haber encontrado el lugar adecuado, arroja el cormorán al mar, éste se zambulle y se encarga de atrapar con su pico al escurridizo pez. Claro que al salir del agua no puede comer su presa pues el pescador ha atado un nudo al cuello del ave que impide que pueda tragarla. Bien entrado, el cormorán vuelve con su dueño, quien guarda el pescado y premia al ave con un pequeño trozo de pesca. 

Antiguamente, en algunas zonas del suroeste de China, cada pescador tenía su propio cormorán. Los pescadores salían cada anochecer a faenar en sus balsas de bambú, alumbrados por potentes lámparas suspendidas sobre el agua para atraer al pescado.

Los cormoranes tienen un peso de unos cuatro kilos, pero pueden atrapar peces bastante más pesados que ellos mismos. Una vez cumplida su labor, el dueño les retira la cuerda que oprime su cuello y se les permite seguir pescando lo que necesiten para alimentarse.  

Hoy en día se puede contemplar este tipo de pesca en el río Li, a su paso por la zona de Guilin y Yangshuo. También en Yunnan, en el lago Erhai de Dali se sigue practicando. Aunque es más para el disfrute de los turistas, que por razones de subsistencia.




La antropóloga Anna Tsing, en su libro "Friction. Una etnografía de la conectividad global", cuenta sobre el mutualismo entre los Meratus, Indonesia, las abejas y los árboles miel: 
 
"Una relación de semidomesticación (...) conecta a Meratus con las abejas gigantes, Apis dorsata. Los Meratus llaman a esta abeja migratoria "indu wanyi", y dependen de ella como fuente de miel y cera de abejas. (...) construyen sobre las ramas de los árboles forestales más altos, árboles emergentes que en su madurez sobresalen del dosel del bosque (...) La construcción de panales, hasta donde puedo decir, no daña al árbol de ninguna manera. Pero estos árboles suelen estar cubiertos de enredaderas y epífitas, y sus ramas pueden verse bloqueadas por la vegetación más pequeña que compite con ellos. Los Meratus preparan los árboles melíferos potenciales (linuh) para las abejas, limpiando la vegetación competidora. Las abejas migratorias vuelven una y otra vez, en temporada, a los árboles preparados. Los Meratus dicen que las abejas no volverán a un árbol que no haya sido cuidado.

Los meratus saben qué árboles son buenos para producir miel. El mangaris, Koompassia excelsa, es el árbol más alto de la selva tropical de Borneo, y se ha registrado que crece más de 80 metros; también es el árbol más popular para las abejas, y en muchas otras lenguas dayak de Borneo se lo conoce por la palabra local que significa "árbol de miel".
(...) Lo más común es que un hombre reclame un árbol siendo el primero en limpiarlo o, si el árbol ha sido abandonado por otros reclamantes, reanudando su limpieza. Pasa este derecho a sus hijos mientras sean activos en el mantenimiento del árbol como árbol de miel.(...) Se establece una relación de tres especies entre las abejas, los árboles de miel y las personas. Las personas fomentan la construcción de panales preparando los árboles. Salvan a los árboles de miel de ser talados en las plantaciones de quema y quema.(...) En las áreas vecinas en las que los madereros y los desarrolladores de plantaciones han talado la mayoría de estos árboles altos, la gente informa que ya no hay migración de abejas. Además, las especies de árboles están en peligro. Dada la diversidad del bosque y el amplio espaciamiento entre los árboles emergentes, muchos de estos gigantes del bosque están bastante aislados, en cuanto a especies, en el bosque; cada árbol emergente que se tala priva a una sección del bosque de una fuente de semillas para esa especie. La conservación de los árboles de miel preserva el número y la variedad de árboles emergentes, además de proporcionar un lugar de anidación para las abejas. Entre el cultivo y la naturaleza, las abejas, los árboles de miel y los humanos han creado una relación simbiótica mutuamente productiva."

 
 
 
En el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil, en las playas de Mar Grosso de la ciudad de Laguna, se realiza algo que se conoce como "pesca cooperativa con delfines", donde hay una larga escollera construida artificialmente en el lugar denominado "Molhes de Barra". De un lado queda el mar abierto, y del otro queda una playa con aguas calmas, donde se realiza la pesca artesanal.

Muy temprano, cuando todavía no salió el sol, llegan los pescadores en sus bicicletas, acomodan las redes y buscan en las aguas a sus socios de pesca, los delfines. La pesca sólo comienza cuando llega el delfín, y en realidad, es toda manejada por él. Los pescadores forman una hilera paralela a la costa, con el agua casi hasta la cintura, con una red de pesca llamada "tarrafa", de forma circular y fabricada en nylon.

El agua de este lugar es bastante turbia, y los pescadores no pueden ver los peces, pero los delfines, como disponen de un sistema de ecolocalización similar a un sonar, no necesitan ver con los ojos para poder seguir a los peces. Los delfines llevan a los peces hacia los pescadores, en ese momento, cuando los delfines giran dando círculos rápidos, los pescadores saben que deben arrojar las redes. Arrastran la red hacia la playa, y los que estaban en segunda fila ocupan su lugar para hacer una nueva captura. Los dos salen beneficiados: los pescadores obtienen pescados de mejor tamaño y peso que si pescaran sin ayuda de los delfines, y los delfines obtienen su ración diaria de más de 10 kilos de tainhas.

Esta sociedad entre delfines y pescadores se viene realizando desde la década del 40, en la ciudad de Laguna. En todo este tiempo los pescadores han aprendido a diferenciar a los "botos", (como llaman en Brasil a los típicos delfines tipo flipper); los conocen por sus aletas, por sus cicatrices, y hasta les han puesto nombres propios.

Pero nunca llaman a los delfines ni intentan tocarlos. 

Y por supuesto, no se les ocurriría encerrarlos en ningún estanque.




Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
George Orwell.

Fuentes: 
Isabella M Reeves, John A Totterdell, Emma L Betty, David M Donnelly, Angela George, Steven Holmes, Luciana Moller, Karen A Stockin, Rebecca Wellard, Charlie White, Andrew D Foote, Pruebas de ascendencia de “Old Tom”, una orca central en las interacciones mutualistas con los balleneros humanos, Journal of Heredity , Volumen 114, Número 6, diciembre de 2023, páginas 598–611, https://doi.org/10.1093/jhered/esad058

viernes, 17 de enero de 2025

Insensatos o cómo llamaban los pueblos originarios a los hombres blancos

 "Rostropálido no es el único nombre por el cual los nativos americanos conocían a los hombres blancos", asegura el antropólogo Alexander F. Chamberlain

 
En su artículo How the American Indian Named White Man («Cómo llamaban los indios a los hombres blancos»), recogen muchos apelativos y expresiones que diversas comunidades originarias dieron a los forasteros.

Muchos de los nombre, como era de esperar, estaban relacionados con el color de la piel. Varias tribus utilizaban las denominaciones de "blanco", "piel blanca", "persona blanca", etc. Otros, como los Algonquinos Arapahos, además de llamarnos Nana-gaqamt, (piel blanca), utilizaban la denominación Nihanatayschet (amarillos), aunque no queda claro si se referían al pelo o a la piel.

Los hombres blancos barbudos que se toparon con los nativos americanos suscitaron nombres que se referían a su abundante pelo. Los Kiowa utilizan el término Bcdalpago (boca peluda) y los Zunis se refirieron a los primeros españoles como Tsipolokwe (personas con bigote), Mishkiganasiwug (ellos los del pecho peludo), fue la expresión utilizada por los Algonquinos Miamis.

Alguno de los nombres resaltaban el aspecto diferente de estos extranjeros: los Kiowas utilizaban la misma palabra para los hombres blancos que para los burros y las mulas: Takai. Significaba "orejas despegadas", porque las de los nativos estaban parcialmente cubiertas por pelo.

Los upsarokas, una tribu sioux, los llamaban Mashteeseeree (ojos amarillos). El nombre Mohave para un español o mexicano es Tahana hazko (hombre blanco largo). Nuestras voces no fueron del todo agradables para los kiowas, por ejemplo, que llamaron al hombre blanco como Ganoko (los que gruñen).  La palabra Creek para el alemán fue Yah Yah algeh (la persona cuya conversación es yah yah)

También la vestimenta dio lugar a algunos nombres. Los Mohawks del Lago de las dos montañas, en Quebec, pensaban que las boinas escocesas que llevaban los primeros pobladores escoceses parecían Ota, su palabra para las bostas o boñigas de vaca. Los Objibwa, sin embargo, se referían a los escoceses como "aquellos que hablan diferente". Los indios Natick de Massachusetts denominan a los primeros ingleses que conocieron como Wautaconuaog (los hombres capa). Para los Kiowa, Gantonto significa "portadores de gorro".

Otro de los aspectos que más impresionaba a las personas originarias era el hecho de que los hombres blancos llevaron con ellos el hierro, y su uso hizo una gran impresión en las mentes de los indios. Los chamanes de los inuit Cental, nos cuenta el Dr. Boas, llamaron al hombre blanco, en su lengua, Kidlatet, una palabra derivada de kidlak, "hierro".
Los sioux Oto les llamaron Maxonkka (creadores de hierro). Los Haidas de las Islas Queen Charlotte decían Yets-haidagai (la gente de hierro).

Las tribus iroquesas se referían a los holandeses como los Asset-oni (los que hacen las hachas), Onserolmi, que viene de "Asset-oni", es como todavía hoy conocen los Mohawks del Lago de las dos montañas a los franceses. También los Mohawks tenían varios términos sobre sus armas echas por este material, que iban desde los "cuchillos grandes" o "la gente de los cuchillos largos".

Las naves causaron mucha impresión, y es así que los Algonkian utilizan la palabra Nootka para el hombre blanco que al parecer significa "casa-deriva-en-agua". Los Algonkian Delawares dicen Schwonnaquin (la gente del mar salado). Los inuit también utilizaron el apelativo "hombre del mar", pero también bautizaron a sus visitantes como Shakenataaagmeun (la gente que viene de debajo del sol).

Otras expresiones más sarcásticas son de los Navajo, "Santo", "inmortal", "peludo", "esponjoso", "barba", "chales", "sombreros largos." Los Vigilantes de Texas fueron llamados "camisas de hierro", "leggins de cuero", etc. Los primeros soldados estadounidenses eran "los que duermen en sus oídos", "aquellos que disparan de lado"; "los quemados por el sol", "aquellos cuyas frentes sobresalen" por la forma de la gorra, etc.

Chamberlain no cita el nombre que los indios Ayoreo dan al hombre blanco, Cohñone (blancos, insensatos).

""Ayoreo" quiere decir "la gente"", cuenta Miguel Alberto Bartolomé, antropólogo argentino, "Y, para ellos, los insensatos, los cohñone, somos nosotros. Somos los que no conocemos las normas, los que no sabemos vivir, hacemos cosas descabelladas."

Como descabellado resulta para los habitantes de África Oriental cómo viajan los blancos. El periodista Xavier Aldekoa cuenta que la palabra que utilizan para nombrarles, muzungu, significa literalmente "quien avanza sin rumbo". Así es en Kenia, Malawi, Tanzania, Burundi y Mozambique, donde se habla swahili. "Zungu" es rodear, ir por ahí, girar o caminar mucho. (Umlungu en lenguas isixhosa o isiZulu, probablemente una adaptación de muzungu.)

En Etiopía usan la palabra farangi, una palabra que viene del persa, de la palabra "farang", que significa forastero o extranjero. Más tarde, de aquí se originó la palabra "foreigner" en lengua inglesa: extranjero.

En kimbundu y kikongo, en Angola, se les llama mundele, y en lengua umbundu es ocindele, ambas con el radical "ndele" que significa "insincero".

En Gambia, Mali, Burkina Faso, Mauritania, Guinea Conakry y Senegal, en lengua wolof es toubab, que significa "convertir."
 
En Nigeria, en lenguas yoruba e igbo, dicen oyibo u oyinbo. Oyibo significa "sin piel".

Los primeros misioneros jesuitas que se encontraron con los tarahumaras en el actual México en 1603, escribían que ‘Procedentes del sur, llegó un pequeño grupo de personas con gruesa tela color marrón, quienes por ser de piel clara y tener el rostro cubierto de barba, fueron llamados “chabochis” (telarañas en el rostro)’.


"¡Dame kòrima chabochi,
soy un indio tarahumara,
soportando crudos inviernos,
y tu fría indiferencia,
he caminado con esfuerzo,
a tu tierra que era mía,
donde soy un extraño para tì,
donde vivo como un paria,
en lo que tú llamas progreso!"

Escribe Román Corral Sandoval.

Soy bolita en Italia,
soy colombo en Nueva York,
soy sudaca por España
y paragua de Asunción.

Español en Argentina,
alemán en Salvador,
un francés se fue pa' Chile,
japonés en Ecuador.

Tico, nica, el boricua,
arjo, mejo, el panameño
hacen cola en la Embajada
para conseguir un sueño.

Si me pedís que vuelva otra vez donde nací
yo pido que tu empresa se vaya de mi país
Y así será de igual a igual
Y así será de igual a igual.


Fuentes:
http://home.epix.net/~landis/whiteman.html
http://www.musicaparaguaya.org.py/3-entrevistas.htm
http://www.nationalgeographic.com.es/2009/02/01/los_tarahumaras_pueblo_aparte.html
Xavier Aldekoa, "Océano África"

sábado, 11 de enero de 2025

El silbo y el canto: el lenguaje humano que trasciende montañas.

«Incluso el elemento folclórico aparentemente más trivial puede, al analizarlo, revelar conocimientos fascinantes sobre las personas y sus culturas»

Alan Dundes. Folklorista.
(Folklore Matters.)


Por ejemplo, el "silbato familiar (una melodía o secuencia de notas) utilizado en espacios públicos para reunir a los miembros para partir hacia casa", añade este folklorista en otro escrito, Essays In Folkloristics.

 

¿En tu familia existe un silbo especial para llamaros? En la mía, sí. Mi padre nos silbaba a mi hermano y a mi, y lo escuchábamos tan de lejos que no cabía una respuesta "ya voy" y demorarnos. Había que dejarlo todo e ir.

Pero si alguna vez escuchas un tarareo y un suave silbido en el viento, y no es el de tu familia, quizás estés en el pueblo de Kongthong. La India.

Meghalaya es un nombre muy conocido por albergar los lugares con las precipitaciones más intensas del mundo y el puente de dos pisos con raíces vivas. Este estado del noreste de la India también es conocido por ser el hogar de tres comunidades matrilineales: los khasi, los jaintia y los garo.
 


Kongthong es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Los Khasi s
on en general una sociedad oral: leyendas, proverbios, mitos, canciones, espectáculos de danza... 

La aldea tiene 109 hogares con una densidad de población de 567. La principal ocupación de los residentes de la aldea es la agricultura, en la que participan por igual tanto hombres como mujeres. Además, las mujeres de la aldea han comenzado a dedicarse a los servicios turísticos, pero no participan en los Dorbar Shnong, que son las unidades de gobierno locales tradicionales.
 

La melodía silbada que lleva el viento no es otra que la Jingrwai lawhei. Las madres y otros miembros de la familia llaman a sus hijos con una melodía única compuesta en el momento del nacimiento; la melodía se conoce localmente así: Jingrwai lawbei. El Jingrwai lawbei es una canción (Jingrwai) en honor a la antepasada raíz (lawbei), que es compuesta por la madre al nacer su hijo en las primeras semanas cuando está recuperando su salud después del parto. Muchas veces el padre también compone la melodía; se componen dos o tres melodías y al final se selecciona la mejor. La persona se apega a ella durante toda su vida... y se extingue cuando esa persona muere.
 

Cuando los padres quieren llamarlos, solo se usa una parte o la parte inicial de la canción, y la canción completa se usa fuera del pueblo o en el campo, cuando más dificultades hay para comunicarse.
 

Pero el Jingrwai lawbei no tienen lugar en la vida de los habitantes urbanos, en una gran ciudad ¿cómo se puede llamar a alguien tarareando una melodía?.
 


Jingrwai lawbei también funciona como una canción de cuna para establecer vínculos con la madre y otros miembros de la familia, como un sentido de pertenencia a una familia y a la comunidad en general.

Lawbei ya he explicado que es la antepasada raíz. En la configuración matrilineal Khasi, es el factor de conexión, la guardiana del clan y responsable de salvaguardar las prácticas culturales y la historia con la ayuda de su gran antepasada, Ka lawbei. Cada clan tiene su propia historia distintiva sobre su lawbei particular. Esta genealogía también ayuda a mantener la exogamia. 

Para entenderlo: cuando un recién nacido defeca sin consumir los alimentos comunes, se le llama Ka Eit lawbei (deposición de la antepasada); cuando el niño sonríe o separa los labios antes de recuperar la conciencia, se cree que sonríe como respuesta a las caricias de la antepasada (Rkhie lawbei o larain lawbei); y si el niño mueve instintivamente los labios mientras succiona, la gente supone que la antepasada está alimentando al niño. Hay más creencias de este tipo relacionadas con la antepasada raíz, como el rasguño de la antepasada (Ka Trud lawbei), que es la marca del rasguño que aparece en el abdomen de la madre en el momento del embarazo. El cabello de un niño se afeita solo después de que cumple un año, ya que el cabello con el que uno nace se considera el cabello de la antepasada (U Niuh lawbei) y, por lo tanto, ningún objeto afilado debe tocar la cabeza del niño hasta que haya pasado este período de tiempo. 

El lenguaje silbado es otra genialidad del ser humano para comunicarse a través de abruptos cañones y altas montañas, y esto es debido a que los silbidos pueden llegar muy lejos ¡hasta 8 km en condiciones abiertas! Y así vuela y trasciende cualquier barrera geográfica, ayudado de la melodía del viento. No son lenguas, sino conversiones de los fonemas de una lengua ya existente en silbidos con unos tonos, longitudes e intensidades determinadas. No solo trasciende el terreno inaccesible, sino también las fronteras, ya que ha surgido en (agárrate) al menos 80 idiomas de todo el mundo, especialmente en terrenos accidentados y montañosos o en bosques densos, donde el lenguaje corriente no llega lo suficientemente lejos. En la Amazonía, donde son utilizados por los cazadores para localizarse entre sí y enviar mensajes.


Igualmente, pueden ser útiles en el mar. Las comunidades inuit los emplean para dar instrucciones durante la caza. 

 

By Map: Justin KunimuneData: Julien Meyer - Map: Robinson ProjectionData: Meyer, Julien. (2021). Environmental and Linguistic Typology of Whistled Languages. Annual Review of Linguistics. 7. 10.1146/annurev-linguistics-011619-030444., CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=147916327

Ya en 1891, el padre claretiano Ermengol Coll escribió:

"Un joven llamado Andrés Dobolo se presentó a las 8 de la noche diciendo: “Padre, tenga la bondad de dejarnos un farol, porque al otro lado del río está Mooko, la mujer de Topete, y su hijo, y no se atreven a pasar el río sin luz, y nos han pedido que les alumbremos”. “¿Cómo sabéis eso?” -replicó el Padre. “Porque nos lo han dicho silbando”, repuso Andrés. Efectivamente, a la media hora llegaban los mismos que nuestro joven había nombrado. Además del silbo tienen también una corneta de madera que ellos llaman bututu, la cual se oye de muy lejos y dicen con ella lo que quieren."

Y en los campos de batalla... También han servido como un arma de guerra.

Los silbadores expertos pueden alcanzar los 120 decibelios, más fuerte que la bocina de un automóvil, y sus silbidos concentran la mayor parte de esta potencia en un rango de frecuencia de 1 a 4 kHz, que está por encima del tono de la mayoría de los ruidos ambientales.
El habla silbada puede entenderse hasta diez veces más lejos que el grito común. 

En las montañas del Atlas, los habitantes crearon un lenguaje silbido complejo, "tutlayt n ansagh" en tamazight, para comunicarse a largas distancias.

El único lenguaje silbado conocido que es practicado por una comunidad numerosa (más de 22.000 personas) es el del silbo gomero. Y puedo atestiguar que no es difícil escucharlo cuando estás allí. Forma parte del currículo reglado en las escuelas de la isla. Ostenta hoy el Récord Guinness de la conversación entre dos personas que más distancia ha cubierto sin utilizar instrumento de apoyo. Ocho kilómetros.

Entre los joola (Casamance, Senegal) además del lenguaje silbado, también está muy extendida la costumbre de convertir en canto el nombre o el apodo de una persona y de llamarla o saludarla cantándolo. En general, a cada sílaba corresponde un tono. Al entrar en el patio de una casa, el visitante se dirigirá a la habitación de su amigo/a y, sin entrar, le llamará silbando desde el exterior para saber si está y si está dispuesto a recibir su visita.

Los hmong (este y sureste de Asia) también utilizan el silbo, pero de la manera más hermosamente expresada: durante un cortejo que se inicia al anochecer, deambulando y silbando sus poemas favoritos.
Si se responde al silbido inicial, comienza un sugerente diálogo de pareja que, incluso, pueden crear su propio código personal para confundir a los fisgones.
"Les da algo de intimidad", dice Julien Meyer, de la Universidad de Grenobe, quien ha visitado la región para estudiar esa forma de comunicación.

También los hmong qiandong del condado de Leishan, en China, están tan aislados de las altas montañas que han tenido que desarrollar un medio de comunicación llamado “canciones voladoras”. Una persona se pone de pie en la cima de una montaña y proyecta en alto su canto para saludar y transmitir una noticia a la villa de la montaña vecina, quienes a su vez cantan la noticia a la siguiente aldea, y así sucesivamente.

Es tradición que a cada persona que nazca entre los sami (Rusia, Noruega, Suecia y Finlandia) se le regale una canción, llamada “yoik” o “luohti”, que evoca su nombre mediante un bello canto que navega por el viento. Esto se entiende mejor si se piensa en el paisaje inmenso y plano, casi sin horizonte, de los sami. 

"Fue el sentido del oído el que me puso alerta y elevó mi tensión, que el bochorno ambiental se había encargado de dejar por los suelos. Y es que comenzamos a escuchar lo que parecía un cántico. Durante unos instantes me cuestioné si aquel descontextualizado estímulo no podría ser más que una especie de espejismo sonoro, pero mis dudas se disipaban a medida que la fuente del sonido se acercaba y el semblante de nuestro guía local mutaba a una expresión que parecía denotar expectación por un encuentro social. El canto era comparable al de los monjes budistas o a los rezos de los coros eclesiásticos, aunque ejecutado por una sola voz..."

Así describe Aníbal Bueno el encuentro con los korowai, en una zona muy remota en Papúa Occidental. Y lo hace en su libro "Culturas olvidadas". Parte de su comunicación se lleva a cabo a través de poderosos cánticos. Cada persona tiene sus propias canciones, como marca de identidad. De las mejores maneras de iniciar un encuentro social en una densa selva primaria. (Y sí, también utilizan el silbo para comunicarse)

"Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada". Qué razón tenía el escritor Eduardo Galeano.



Fuentes:

https://www.smithsonianmag.com/science-nature/studying-whistled-languages-180978484/
Sobre la relevancia de los lenguajes silbados humanos para el análisis y la decodificación de la comunicación de los delfines

Ambos se caracterizan por parámetros acústicos similares y sirven a un propósito común de comunicación a larga distancia en entornos naturales en dos especies sociales de cerebro grande.
Las aves, algunos primates, los cetáceos y, en particular, los humanos también, emplean señales silbadas para comunicarse a larga distancia. 

COLL, Ermengol (1995 [circa 1903]): Misión de María Cristina.

Meyer J (2015) Whistled Languages - A Worldwide Inquiry about Human Whistled Speech.

 Moreau, Marie-Louise (1997), “La communication sifflée chez les
Diola (Casamance, Sénégal)”, DiversCité Langues, vol. II,
http://www.uquebec.ca/diverscite.

https://en.yabiladi.com/articles/details/146413/tutlayt-ansagh-unveiling-morocco-s-whistled.html


http://m.timesofindia.com/articleshow/82126096.cms?utm_source=contentofinterest&utm_medium=text&utm_campaign=cppst


https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-40115071?fbclid=IwY2xjawG8XmRleHRuA2FlbQIxMQABHa5GqEH1NrqfX36vKMZeI5OYvIoclPdnX-oBt_mpT99dVf7QQjqmR9avEw_aem_M_vXztHNxOEwSCOiC2o2-g

https://www.frontiersin.org/journals/psychology/articles/10.3389/fpsyg.2021.689501/full?utm_source=fweb&utm_medium=nblog&utm_campaign=ba-sci-fpsyg-human-whistled-language-model-for-dolphin-communication