"Esa es
una paradoja de la cultura occidental: la extrema dificultad para
conocer al Otro junto a la extrema creatividad para inventarlo".
"Paradojas de la mitología moderna: para el hombre primitivo, dice la leyenda, el tiempo no tiene sentido; para el hombre civilizado, en cambio, es la muerte la que no tiene sentido. Todo en cuanto no es moderno —lo antiguo, lo salvaje, lo bárbaro— le da algún sentido a la muerte."
"Paradojas de la mitología moderna: para el hombre primitivo, dice la leyenda, el tiempo no tiene sentido; para el hombre civilizado, en cambio, es la muerte la que no tiene sentido. Todo en cuanto no es moderno —lo antiguo, lo salvaje, lo bárbaro— le da algún sentido a la muerte."
Roger Bartra, antropólogo.
¿Qué tienen en común los sátiros griegos, Robinson Crusoe y Robocop, Tarzán o incluso Osama Bin Laden?
"Los salvajes europeos son
seres imaginarios procedentes de la tradición popular, peligrosos,
amenazadores e inquietantes. No tienen alma ni lenguaje y son ajenos a
la civilización. Se encuentran a medio camino entre el hombre y la
bestia, y por eso no tienen cabida en la concepción judeocristiana del
cosmos. El salvaje es sobre
todo eso, la amenaza que en cualquier momento puede poner en cuestión el
orden establecido.
Eran salvajes los centauros, los silenos,
los sátiros, los cíclopes. Se trataba de seres con atributos animales,
que vivían en la naturaleza, en los márgenes de la civilización y, a
pesar de algunas muestras de bondad primigenia, llevaban una existencia
salvaje y brutal, dominada por los apetitos. Vivían como animales pero en
una naturaleza inventada por la cultura para identificar un espacio
ajeno a la sociedad.
Para los griegos, el bárbaro y el salvaje eran cosas distintas. El primero vivía fuera de la civilización, fuera de la polis.
En cambio, el salvaje era un ser que estaba dentro de la sociedad pero
que no había sido domesticado.
Con el Renacimiento, se introdujo en Alemania la imagen de salvajes y sátiros bondadosos, padres de familia, que aparecen representados tocando instrumentos de viento y cuidando de sus hijos. Con ellos se prepara el camino para lo que ha de venir después.
Los europeos que llegaron a América tenían básicamente dos modelos a partir de los cuales entender a aquellos seres extraños. El modelo más fuerte consideraba que los indígenas eran representantes del mal, del demonio. Pero había una segunda alternativa: verlos como salvajes, como seres surgidos de la naturaleza, recurriendo al antiguo mito europeo. Al cabo de un tiempo, por necesidades de la situación, se decide que se trata de hombres naturales y no demoníacos. Como los querían poner a trabajar para ellos, no los podían exterminar. Por eso se les trató como hombres salvajes. Quienes lo veían como un ser natural, lo consideraban simplemente una bestia útil para trabajar, pero sin alma. Y como era difícil convertirlo, lo mantenían a distancia. No se producía una verdadera comprensión.
"Cabeza de Vaca
cuenta en sus Naufragios que el invierno de 1528 fue muy frío y
escaseaba la comida en la costa norteamericana. La población indígena,
los creek, eran diezmados por una terrible hambruna, y los europeos que
habían naufragado en esa región eran igualmente amenazados por la
inanición. Pero no fueron los salvajes americanos los que recurrieron a
la solución menos civilizada y bestial para sobrevivir: dice Cabeza de
Vaca que "cinco cristianos que estaban en rancho en la costa llegaron a
tal extremo, que se comieron los unos a los otros, hasta que quedo uno
solo que por ser solo no hubo quien lo comiese" La reacción de los
indígenas: "De este caso se alteraron tanto los indios, y hobo entre
ellos tan gran escándalo, que sin duda ellos lo vieran, los mataran, y
todos nos viéramos en grande trabajo" (El salvaje artificial, pág 166)
Robinson Crusoe es la imagen del antiguo salvaje europeo que, paradójicamente, se comporta como un empresario. Aunque está absolutamente solo, se comporta como si viviera en una sociedad de mercado. El salvaje europeo, Robinson, es un wild man, Viernes es un savage. El primero es un ser mítico de Occidente, y el segundo un objeto real de la dominación colonial.
Frankenstein es el salvaje artificial. Es creado bueno, por lo menos no tiene malas intenciones. Pero la sociedad lo vuelve malo. Es el esquema de Rousseau, el esquema de la Ilustración. También encontramos a Tarzán. Y siguiendo su patrón surgen, a lo largo del siglo veinte, innumerables superhéroes con atributos propios de hombres salvajes, a pesar de que sus aventuras ya no tengan lugar en la selva sino en ciudades hipermodernas.
"Durante
el siglo XIX se volvieron muy populares los llamados freak shows, en
los que toda clase de serers humanos anormales constituían un
espectáculo monstruoso que los visitantes contemplaban con una mezcla de
horror y fascinación. Uno de los casos más populares fue el de Julia
Pastrana, a la que se anunciaba como la mujer gorila. Para tenerla
contenta, su administrador se casó con ella y tuvieron un hijo que nació
tan peludo como su madre, pero sólo vivió unas horas y la madre murió
en el parto. El administrador temió perder ingresos e hizo embalsamar
los dos cadáveres para continuar exhibiéndolos durante un buen tiempo." "La famosa fotógrafa Diane Arbus, que trabajó para Vogue, Glamour...se interesó en estas exhibiciones. Susan Sontag sostiene que hay una tendencia en los países capitalistas que suprime o reduce la tolerancia ante lo horrible. Esta conclusión no
me parece acertada, el suicidio de Arbus no fue un ejemplo de
insensibilidad." (Pág 357, 358, El salvaje artificial)
Casi todos los superhéroes americanos responden al viejo mito del hombre salvaje. Todos tienen un lado animal, son seres divididos. Pero este lado natural, actualmente, se está sustituyendo por un lado cibernético. Como en el caso de Robocop, por ejemplo. La parte animal, incontrolable e irracional es sustituida por su equivalente moderno, la máquina. Fíjate en esas prótesis complejísimas gracias a las que logran sobrevivir estos seres. Son sólo la expresión más avanzada del salvaje.
Casi todos los superhéroes americanos responden al viejo mito del hombre salvaje. Todos tienen un lado animal, son seres divididos. Pero este lado natural, actualmente, se está sustituyendo por un lado cibernético. Como en el caso de Robocop, por ejemplo. La parte animal, incontrolable e irracional es sustituida por su equivalente moderno, la máquina. Fíjate en esas prótesis complejísimas gracias a las que logran sobrevivir estos seres. Son sólo la expresión más avanzada del salvaje.
A
pesar de sus tremendas mutaciones, el mito es siempre, en esencia, el
mismo. Sirve para diferentes cosas, pero su pervivencia se explica por
la necesidad de la sociedad occidental de definirse con respecto al
otro. El mito del salvaje es una forma extrema de intentar afirmar una
homogeneización que en la realidad nunca existe. Y no puede existir
porque generar una identidad basándose en una definición homogénea de la
sociedad requiere al mismo tiempo la definición, así sea imaginaria o
mítica, del otro. Pero al crear otros amenazadores, estás atentando
contra la propia homogeneidad. Se trata de un círculo vicioso.
Desde nuestra
cultura, vemos a las otras civilizaciones nuestra idea de salvaje. En el caso del Islam, de mal salvaje. Pero también hay que decir que cierta progresía
europea contempla a los afganos o a los iraquíes con cierta ternura,
como si fueran buenos salvajes. En
cualquier caso, la cultura política moderna genera constantemente seres
míticos de la otredad peligrosos, amenazadores, que son potenciados por una cultura que necesita de estas
amenazas para cohesionarse ante importantes déficits en el
funcionamiento del aparato democrático. Esto es mucho más claro en
Estados Unidos que en Europa. Allí, además, esto tiene una connotación
religiosa muy fuerte.
"Los viajeros han rastreado el mal insistentemente fuera de las
fronteras de su patria. Uno de los casos más fascinantes fue el de los
niam-niams, una tribu de caníbales negros que, según informes, eran unos
extraños hombres dotados de cola que habitaban más allá de las míticas
fuentes del Nilo. Otro ejemplo de seres primitivos inventados es el
anuncio en 1971 de los tasaday: parecían ser unos gentiles salvajes
que vivían en cuevas y usaban herramientas de piedras. Otra prueba es la
búsqueda del "abominable hombre de las nieves". En 1990 el New York
Times publicó la búsqueda de un hombre salvaje que podría ser una
especie extinta de homínidos y difundió un cartel de las autoridades
chinas. En esa misma época, un antropólogo norteamericano que realizaba allí
estudios sobre el yeti fue tomado por los aldeanos por un hombre
salvaje.
Los antropólogos del siglo XX no están tan lejos como quisieran
de este
tipo de construcciones imaginarias. Cuando, por ejemplo, Pierre Clastres
afirma que la violencia guerrera es inmanente a lo que llama el
"universo de los Salvajes" Lo más gracioso es que el etnólogo francés,
al sur del Orinoco, fue tomado por una especie rara peluda de hombre y
exhibido por los matowateri ante toda la aldea, donde especialmente las
mujeres le jalaron el vello y otras cosas para comprobar que no era
artificial." (El salvaje artificial, epílogo)
Vamos a ver
una renovada explosión de esta mitología. El punki, los
tatuajes, el piercing... apuntan hacia un nuevo salvaje cibernético.
También las nuevas formas de lo místico señalan un nuevo modelo de
salvaje. Será una interesante demostración de que hay una necesidad
moderna de mitología" "Por otro lado, se
están abriendo enormes espacios de otredad interior, que tienen su
origen en los flujos migratorios y generan una mitología tremenda, yo
diría que ahí tenemos el sustento social y cultural objetivo para que el
mito continúe."
En general, creo que hay que tener, una actitud positiva hacia los mitos. Hemos de aprender a vivir con ellos, respetarlos y a la vez criticarlos. Son parte de nuestra vida y hay que aceptar que durante mucho tiempo la cultura occidental aún producirá mitos".
En general, creo que hay que tener, una actitud positiva hacia los mitos. Hemos de aprender a vivir con ellos, respetarlos y a la vez criticarlos. Son parte de nuestra vida y hay que aceptar que durante mucho tiempo la cultura occidental aún producirá mitos".
(En una entrevista, en Roma, un periodista trataba de poner en aprietos a Jorge Luis Borges. Como no lo lograba, finalmente probó con algo que le pareció más provocativo: "¿En su país todavía hay caníbales?" —Ya no —contestó Borges—, nos los comimos a todos.)
Escenas de la película "Freaks, la parada de los monstruos" de Tod Browning, que había trabajado en la variedad circense.
Fuentes:
http://www.letraslibres.com/
http://elpais.com/diario/1997/
http://www.letrasperdidas.
"El salvaje artificial" Roger Bartra.
1 comentario:
Después de que la Iglesia y los poderes fácticos intentaran que todo salvaje y lo bárbaro se convirtiera o desapareciera; hoy tan solo quedan unos pocos que son los que van contra el sistema, los demás están bendecidos.
Un abrazo.
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