“Actualmente en ningún lugar en el mundo hay mayores que sepan lo que saben los jóvenes. Antaño siempre había algunos adultos que sabían más que cualquier joven en términos de experiencia adquirida. Ahora no los hay. No se trata sólo de que los padres ya no son guías, sino de que no existen guías, los busque uno en su propio país o en el extranjero.”
“El desarrollo del futuro depende de que los jóvenes puedan conducir a sus mayores en dirección a lo desconocido."
Extraído del libro: “Cultura y compromiso: estudio sobre la ruptura generacional de Margaret Mead (antropóloga)”
Nuestra crisis actual ha sido atribuida tanto a la abrumadora celeridad del cambio, al derrumbe de la familia, a la decadencia del capitalismo, al triunfo de la tecnología sin alma y a la quiebra definitiva del Sistema. Pero seguimos enfocando el futuro como una prolongación del pasado: los historiadores hablan de la decadencia en que cayeron en el pasado los sistemas religiosos y el derrumbe de los imperios. Asimismo, la mayoría opina que la juventud disconforme de todas las sociedades del mundo es sólo una forma exagerada de las rebeliones adolescentes de siempre.
La pregunta clave es ésta: ¿cuales son las condiciones que han desencadenado la revuelta juvenil en todo el mundo?
La primera de ellas es la aparición de una comunidad mundial. Por primera vez los seres humanos del mundo se han congregado, en razón de las informaciones que los unos tienen acerca de los otros y de las reacciones que los unos provocan en los otros, en una comunidad unida por el conocimiento y el peligro compartidos. Los veloces viajes aéreos en escala mundial y los satélites de televisión que giran en torno del globo nos han trasformado en una comunidad única en la cual los acontecimientos que se registran en un punto de la Tierra están inmediata y simultáneamente al alcance de los pueblos que habitan todo el resto del mundo. El mundo es una comunidad a pesar de que todavía carece de las formas de organización mediante las cuales se puede gobernar una comunidad política.
Nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la época de nuestra infancia y nuestra juventud. Nacidos y criados antes de la revolución electrónica, la mayoría de los adultos no entiende lo que ésta significa. Los adultos forman una generación extremadamente aislada. Ninguna otra generación ha conocido ni ha experimentado jamás un cambio tan masivo y rápido... En cambio, la nueva generación, los jóvenes rebeldes y explícitos de todo el mundo que se baten contra los controles que los sujetan, están cómodos en su tiempo. A su juicio, la matanza de un enemigo no es cualitativamente distinta del asesinato de un vecino. No pueden conciliar nuestros esfuerzos por salvar a nuestros niños mediante todos los recursos conocidos con nuestra predisposición a exterminar con napalm a los niños ajenos.

La mayoría de los padres se sienten demasiado inseguros para atreverse a ratificar los viejos dogmatismos. No sabe cómo educar a estos hijos que son tan distintos de lo que ellos mismos fueron. “Hasta hace muy poco tiempo, los adultos podían decir: «¿Sabes una cosa? Yo he sido joven y tú nunca has sido viejo». Pero los jóvenes de hoy pueden responder: «Tú nunca has sido joven en el mundo en el que soy joven yo, y jamás podrás serlo»”. Actualmente en ningún lugar en el mundo hay mayores que sepan lo que saben los jóvenes. Antaño siempre había algunos adultos que sabían más que cualquier joven en términos de experiencia. Ahora no los hay. No se trata sólo de que los padres ya no son guías, sino de que no existen guías, los busque uno en su propio país o en el extranjero.

El desarrollo del futuro depende de que se entable un diálogo continuo en el curso del cual los jóvenes gocen de libertad de actuar según su propia iniciativa y puedan conducir a sus mayores en dirección a lo desconocido. Sólo podremos construir el futuro con la participación directa de los jóvenes, que cuentan con ese conocimiento.
Hoy, cuando empezamos a entender mejor los procesos circulares mediante los cuales se desarrolla y transmite la cultura , reconocemos que la característica más humana del hombre, no consiste en su capacidad para aprender, que comparte con muchas otras especies, sino en su capacidad para enseñar ...El aprendizaje, que se funda sobre la dependencia humana, es relativamente sencillo. Pero las aptitudes para crear refinados sistemas aptos para enseñar, para entender y utilizar los recursos del mundo natural, y para gobernar la sociedad y crear mundos imaginarios, son muy complejas.
Debemos crear nuevos modelos para que los adultos puedan enseñar a sus hijos no lo que deben aprender sino cómo deben hacerlo; y no con qué deben comprometerse, sino cuál es el valor del compromiso. Las viejas culturas constituían sistemas cerrados que copiaban el pasado. Ahora debemos encaminarnos hacia la creación de sistemas abiertos que apunten al futuro y a los jóvenes. En lugar de orientar la rebeldía hacia la recuperación del sueño utópico que concibieron los abuelos, debemos aprender junto con los jóvenes la forma de dar los próximos pasos.
Tal como sucede en un país nuevo donde las viviendas de emergencia son el producto de la adaptación de modelos obsoletos, los hijos deben disfrutar del derecho a proclamar que tienen frío y a especificar de dónde provienen las corrientes de aire. El padre continúa siendo el hombre que tiene la pericia y la fuerza necesaria para derribar el árbol con el que edificará una casa distinta.
Archibald Macleish escribió en The Hamlet of A. Macleish:
Hemos aprendido las respuestas, todas las respuestas:
lo que ignoramos es el interrogante.

Y ahora, al recordar la cita, cambié su enunciado porque ya podemos decir que por lo menos sí sabemos quiénes deben formular las preguntas para que nosotros, que tenemos a nuestra disposición un rico acervo de respuestas, podamos contestarlas. Los jóvenes deben formular las preguntas que a nosotros jamás se nos ocurriría enunciar, pero es necesario reconquistar la confianza suficiente para que los mayores puedan trabajar con ellos en la búsqueda de las respuestas.
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La guerra no es la respuesta. |
Ellos dicen:
El Futuro Es Ahora.
*A pesar de los años transcurridos desde que la autora presentó estas reflexiones (1970), sus ideas son plenamente vigentes, y es más, nos afectan hoy más que nunca. ¿El futuro de Mead nos alcanza?
"Si me dieran una hora para solucionar el mundo, gastaría 50 min en formular la pregunta correcta y 10 min en solucionarla" Albert Einstein.
"Si me dieran una hora para solucionar el mundo, gastaría 50 min en formular la pregunta correcta y 10 min en solucionarla" Albert Einstein.