martes, 3 de abril de 2012

Los ashanti: no es oro todo lo que reluce.

Los ashanti son un pueblo originario de las tierras de las actuales naciones de sur de Ghana, el este de Costa de Marfil y partes de Togo y Benín.

Ghana desde el siglo VIII adquirió fama de tierra rica en oro y se convirtió en el principal depósito de ese mineral en la región, que se extraía de los yacimientos aluviales, explotados por la población local en el marco de las estructuras familiares.

Desde el siglo VIII hasta el siglo XII el imperio de Ghana fue una especie de meca comercial a la que la gente iba a hacer fortuna en busca sobretodo de oro. En siglos XIV y XVIII los ashanti llegaron a hacerse ricos negociando el oro encontrado en minas de su territorio. Desarrollaron una poderosa confederación y posteriormente se convirtieron en el grupo étnico más influyente dentro de la región de Costa de Marfil. Esta confederación ashanti tuvo gran importancia durante el período colonial, vendiendo oro y esclavos, los cuales eran intercambiados por armas. 

El control del oro era tarea personal e intransferible del Rey, evitando así las posibilidades de inflación. El poder personal del Rey era total y según un poema akan (etnia originaria de los ashanti): "su poder anula los presagios de los sacerdotes; / captura a los sacerdotes y les arranca sus campanillas. / Es imposible capturarlo o cortarle la cabeza en plena batalla; / es como el árbol robusto y el viejo tronco mojado, / que no pueden ser cortados ni el uno ni el otro"."
 
El reino ashanti se involucró en el tráfico de esclavos realizando guerras de captura contra otros pueblos y fue el principal proveedor de los europeos. De aquí arrancaron los mejores mineros y orfebres para ser trasladados hacia América en calidad de esclavos.

Fueron uno de los pocos estados africanos capaces de ofrecer resistencia seria a los imperios europeos. Entre 1826 y 1896, Gran Bretaña luchó hasta un total de ocho campañas militares contra los reyes ashanti, conocidas como guerras anglo-ashanti.En 1901, los Británicos finalmente sometieron el reino y renombraron la colonia como Costa de Oro.

Una figura venerada en la historia de Ashanti es Yaa Asantewaa, líder de la resistencia contra el colonialismo británico.

Un artefacto cultural de los Ashanti que sigue siendo hoy importante y símbolo de la soberanía e independencia asante, ya que era donde el rey ashanti tomaba asiento en las ceremonias de su dignidad, es el “Sika Dwa Kofi”, el Taburete de Oro. Era el trono de oro poseedor del "sunsun" -el espíritu- de la nación Ashanti y todo extranjero que osase apoderarse de él sería maldito. El gobernador británico de la Costa del Oro, Frederick Hodgson, pretendió tomar la Banca de Oro e investigó dónde estaba "¿Por qué no me estoy sentando en el Taburete de Oro en este momento? Soy el representante del poder supremo; ¿por qué me están relegando?". La entrega del taburete simbolizaba la entrega del poder y de la nación con sometimiento.
Dice la Historia, que, indignada, Yaa Asantewa, la Reina Madre y guardiana del Taburete Dorado, se puso en pie y dijo:

“Ahora veo que algunos de ustedes tienen miedo a seguir adelante para luchar por nuestro rey. Si fueran valientes los aquí sentados no hubieran permitido dejar llevar a su rey Osey Tute sin disparar un solo tiro”  
 
“No se han atrevido los jefes de Ashanti a responder ante la forma en que el gobernador habló esta mañana. ¿Es cierto que la valentía de Ashanti se ha terminado? …, No puedo creerlo. No puede ser!  Debo decir esto: si ustedes, los hombres de Ashanti, no siguen  adelante, entonces lo haremos las mujeres. Voy a pedir a mis compañeras que vamos a luchar juntas contra el hombre blanco. Vamos a luchar hasta que caiga la última de nosotras en los campos de batalla”. 

Con este discurso, gano el apoyo de los nobles, tomó el liderazgo y el levantamiento Ashanti y dirigió a su nación en la última guerra contra los británicos. 

Pusieron cerco durante tres meses a la misión británica del fuerte de Kumasi. Los ingleses creyeron haber arrebatado al pueblo Ashanti el trono de oro y se lo llevaron al Museo Británico, en Londres. Pero los ashanti, astutos y valientes, incluso pudiendo perecer entre las llamas lo sustituyeron durante los enfrentamientos por una réplica
Cuando volvió al país el rey ashanti Primpeh I, el trono reapareció ante los asombrados ojos de los ingleses. Quien no reapareció fue la Reina quien murió en el destierro, en las Islas Seychelle,veinte años más tarde.

Ghana, después de campañas de "acción positiva", consistente en huelgas, boicots y actos de desobediencia civil de los trabajadores, fue el primer país de África subsahariana que accedió a la independencia, el 6 de marzo de 1957.

Hoy, esta etnia junto con los fanti llegan a casi 8 millones de individuos. Osei Tutu II es el actual rey o asantehene, con poderes más bien simbólicos, pero que conserva su guardia real y una parafernalia que va desde palanquines dorados y grandes abanicos a kilos de pulseras de oro o similar. El viajero Th. Bowdich escribió una descripción detallada de un ashantehene, cuando visitó su corte en 1817: "(Llevaba) un collar de piezas de oro... tamborcitos, arpas, banquetas, espadas, fusiles y pájaros, todo a la vez; sus sandalias (...) iban adornadas en el empeine con zafiros engastados en oro y plata; estaba sentado sobre una silla baja, ricamente adornada con oro, y llevaba un par de castañuelas en sus dedos índice y pulgar, con cuyo sonido reclamaba silencio". 
 
En todo este simbolismo, todo recuerda al oro. De todas formas, el saqueo de su materia prima dorada por parte de los ingleses continua, pero de forma más sofisticada y sin necesidad de disuasiva militar: mediante la captura financiera de la desregulada globalización del oro a través de la empresa transnacional AngloGold Ashanti.

Aún sin una reina madre como Yaa Asantewa, la columna vertebral de la sociedad ashanti reposa en el “abusua”, el linaje materno, en la que se dice “Ye ko bisa aberewa” “Vamos a consultar a la mujer anciana” con la que se dirime toda cuestión. La descendencia de un individuo y la reclamación de las tierras se hace por vía matrilineal.
El niño recibe de su madre la sangre y el espíritu de su padre, y el moribundo recibirá de alguien de ese linaje materno, sea la abuela o la nieta, el último sorbo de agua.

La Akuaba es una muñeca de madera que las niñas de la etnia ashanti utilizan desde tiempos ancestrales, para jugar y aprender a ser futuras madres. De esta manera, las madres pretendían estimular su capacidad reproductora, asegurarles un buen parto y comunicar la belleza del tótem a su futura hija. Por ello, la Akuaba simboliza la fertilidad, la maternidad, la garantía de continuidad en la casta, y también las llevan las mujeres embarazadas o las que esperan quedarse encinta.

En otras lenguas africanas, akuaba significa también 
"Bienvenido" y " gracias". Y es más valioso que el oro.

4 comentarios:

Juan Luis Chulilla dijo...

Gracias, compañera, por seguir creyendo en la antropología básica, y por comunicarla como lo haces. Hacen falta muchos más antropólogos como tú, que divulguen y hablen con pasión de la riqueza cultural, en vez de encerrarse en temas que sólo unos pocos simulan que les interesan.

Mucho ánimo.

Fdo.: otro antropólogo

Antropólogaenlaluna dijo...

Gracias Juan Luis. Yo creo que la riqueza cultural es suficientemente interesante y sobre todo compleja como para buscar otras teorías rebuscadas y diplomáticas... Debería haber una antropología de la antropología, jeje. Un saludo!

Anónimo dijo...

No sabes cuanto agradezco tu blog. El próximo curso me matricularé en la UNED en Antropologia Social y Cultural. Estoy echando una ojeada al texto de Historia de la Antropología y creeme... tantas teorias expuestas y críticas de las críticas entre eminencias. Me entra una punzada de desánimo.. hasta que entro en tu blog y encuentro lo de interesante, apasionante y enriquecedor de la Antropología. Y por qué quiero estudiarla. Muchas gracias de nuevo.

Antropólogaenlaluna dijo...

Bueno supongo que hay una base que hay que estudiarla y conocerla, sobre todo para no caer en los mismos errores de teorías sin pies ni cabeza, jeje. Nos encanta eso de teorizar, buscar coincidencias y encajonar todo en una sola cosa y convertirlo en norma o cliché inamovible, pero ya nos encargamos los humanos de darle la vuelta a la tortilla siempre... afortunadamente! Saludos y gracias, estos comentarios me animan mucho!