domingo, 21 de agosto de 2011

Tu vida en perspectiva: tu cosmología

Hacia 1700, la tierra, reducida por Copérnico a ser uno de los seis planetas, apenas era ya algo más que un grano de polvo cósmico, pero la Historia del Universo se limitaba a unos cuatro mil años del relato bíblico. Darwin sabía que eso no concordaba con la historia de la evolución, así que tuvo que esperar casi treinta años para difundir sus ideas y su libro “El origen de las especies” de 1859, cuando los geólogos demostraron la larga historia y la gran complejidad del Universo…. 

Nuestro gran planeta...
... con los vecinos.
Y el sol.


que en comparación con otros...

...no es tan grande.



Y la cortísima historia de tu especie:




Desgraciadamente, el establecimiento de esta nueva cosmología y el sentimiento de pequeñez y fragilidad del ser humano y de su entorno no se traduciría en una actitud más humilde y cooperativa para mantener, mejorar y hacer habitable su morada planetaria. Al contrario, su antropocentrismo se vio sustituido por otro nuevo para elevar el orgullo de los hombres y ejercer un desprecio por el entorno material en el que se desenvolvía. La felicidad humana dependía de los progresos de la razón, y era la sola cosa que no tenía límites. Una fe ilimitada en las posibilidades de la ciencia para creer que, después de todo, el ser humano era el centro del universo, ya que podía construir su mundo según sus deseos, sin depender de ningún mapa ni entorno, sin depender de la naturaleza.

De hecho, logramos algo que nunca había ocurrido en ninguna especie, y mucho menos en tan poco tiempo. Súbitamente, la especie humana triplica su esperanza de vida en los países de vida desarrollados en menos de doscientos años y disponen de cuarenta años adicionales de vida después de haber cumplido las tareas reproductoras.

Lógicamente, la especie va a dedicar esfuerzos y recursos sin fin para colmar la brecha de mantenimiento de todos estos años extra, todo lo que antes estaba relegado a “la otra vida” religiosa, la que te prometían después de la muerte, la tienes aquí y ahora: mejora de la calidad de vida, la salud, el control biológico, el ocio y el entretenimiento, la interactividad con los otros y con las máquinas, la planificación de un futuro mejor y… la felicidad?

Según Martin Seligman (psicólogo positivista), para que la felicidad perdure es preciso que sea fruto no sólo del placer, sino también del sentido o significado que da la vida un compromiso.

Pero como se ha expuesto, la “civilización occidental” no ha desplazado el antiguo autoritarismo de origen divino, sino que lo ha sustituido por otra nueva que, en nombre del progreso, exige a los individuos a ser sumisos a los dictados de la ciencia, la técnica, la modernización, o el desarrollo de las fuerzas productivas. Al fin y al cabo, constituye un autoritarismo moderno en el que sobran los compromisos, como si la vida estuviera determinada por fuerzas exteriores al yo individual, como si fuera un poder superior que dicta nuestras vidas.

Quizás, llegados a este punto, deberíamos invertir menos en la perpetuación de la especie y su equipamiento (frigoríficos, lavavajillas, coches, grúas, carreteras, equipos digitales…) y dar más importancia a valores y actitudes de mantenimiento de nuestra especie en condiciones sostenibles. 


Este mapa no utiliza los indicadores habituales, sino que el tamaño del territorio es proporcional a la población pobre que vive en él. El índice de pobreza utilizado para confeccionar el mapa se basa en elementos como la expectativa de vida, el nivel de alfabetismo, la calidad del agua y la desnutrición infantil: http://www.worldmapper.org/posters/worldmapper_map174_ver5.pdf
Corto: "More" de Mark Osborne
http://vimeo.com/988244
Fuentes:La economía en evolución: historia y perspectivas de las categorías básicas del pensamiento económico. José Manuel Naredo.
El viaje a la felicidad. Eduardo Punset.

8 comentarios:

Maria de Paula dijo...

olá! perdoe, mas vou falar em português.

gostei muito desse post, sobretudo porque tenho notado o positivismo presente nos discursos de muitos ateus. percebo, que muitos desconhecem outros caminhos de construir uma cosmologia atéia que não seja em vias positivistas. incrível como o pensamento positivista prevaleceu e acho que a antropologia tem sido uma disciplina que se distancia cada vez mais dele.

importei o post para o meu blog, com todas as referências, claro! espero que não ache ruim.
abraços.

Antropólogaenlaluna dijo...

Hola Maria,

Sí, ahora parece que se vuelve a dar importancia a lo que no es "científicamente objetivo" y la intuición vuelve a tener protagonismo. Supongo que es el efecto péndulo, que de un extremo pasamos a otro, y ahora buscamos el equilibrio.
Te recomiendo mi otro post: http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com/2011/07/lo-que-no-se-sabe-de-lo-que-se-sabe-la.html

Maria de Paula dijo...

Gracias Noemi!
gostei muito do outro post também :D

Anónimo dijo...

Es notable cierto recelo contra la ciencia, desde la década de los 70s buena parte de la intelectualidad liberal se opone a las ideas "positivistas" por ser demasiado objetivas y darle demasiada importancia a la razón. Para ser consecuente habría que evitar ir a hospitales o recibir cualquier tratamiento médico moderno (quimioterapia, radioterapia, cirugías, etc..) después de cumplir los 40, tampoco tomar aviones, ni buses ni vehículos (eso incluye ambulancias)

Antropólogaenlaluna dijo...

Como he dicho antes, supongo que lo bueno es un equilibrio... Hay investigadores que dicen que los instintos, las cosas que hacemos "sin pensar", que realmente son la mayoría de nuestros actos (porque el cerebro se colapsaría si pensaría objetivamente y detenidamente en todos y cada uno de nuestras acciones a lo largo del día) son igual o más eficaces que las "razonadas".
Y bueno, yo después de los 40 lo tengo subjetivamente claro que evitaré ir a hospitales, (y antes también) y de elegir... prefiero ir andando que coger una ambulancia! ;)

Jose dijo...

Interesante como siempre.

Quisiera comentar particularmente esta frase:

"Quizás (...) deberíamos invertir menos en la perpetuación de la especie y su equipamiento (frigoríficos, lavavajillas, coches, grúas, carreteras, equipos digitales…) y dar más importancia a valores y actitudes de mantenimiento de nuestra especie en condiciones sostenibles"


Lo que veo es que tristemente el ritmo de desarrollo cultural a nivel mundial (con honrosas excepciones, que abundan, pero estadísticamente no se que tan significantes sean) es muchísimo más acelerado que el ritmo de desarrollo genético.

Desmond Morris en "El mono desnudo" nos deja ver que somos mucho más animales de lo que nos gusta pensar o de lo que somos capaces de darnos cuenta. Y no hay mandato más natural/divino que el "Ser fecundos, multiplicarse y llenar la tierra" como diría la Biblia..

Tristemente estamos en un punto muy delicado entre espada y pared: nuestra felicidad creo que va de la mano de la carga genética que nos predispone (comer dulce, vivir en comunidad, juegos, sexo, etc).

Ir en contra de nuestra propia naturaleza nos genera grandes conflictos. Y seguir nuestra naturaleza ya vemos que sólo lleva a más conflictos precisamente por nuestro gran éxito como especie.

Creo que estamos en un punto donde prácticamente hagamos lo que hagamos, nos generaremos problemas.

Quizás somos muchos y una guerra nuclear que nos reduzca drásticamente en número sea una solución práctica...


Saludos! Un gusto como siempre leerte

Verónica dijo...

Se opone a la ciencia y razón, entonces: ¿cómo es posible que use los productos de la ciencia para comunicar su oposición contra ella?... el software y el hardware que usa su ordenador es producto de la ciencia y de una investigación basada en la razón. Lo mismo de la electicidad, Las ecuaciones de Maxwell y los trabajos de Nikola Tesla estan metidos en ese gadjet que usa, entonces no tiene que esperar hasta los 40 para negar los productos científicos y de la razón...

Antropólogaenlaluna dijo...

Lo que pretendía no es una radicalización del mensaje "totalmente en contra de la razón". El caso es que muchos pensadores creen que hemos invertido demasiado en la razón no para mantener una gestión que ayude al buen desarrollo de nuestra especie con la colaboración de lo natural sino para ir en contra o mantenernos totalmente al margen de ella.

El texto aboga por un buen uso y un equilibrio de la razón y de la sinrazón (emociones, instintos, sentimientos...) Ahora que tenemos una más larga vida por delante (repito: en los paises desarrollados)habría que invertir más en ello, pero no en contra de las teconologías sino con la ayuda de ellas.

Luego está el debate de "cual es nuestra verdadera naturaleza". Mi opinión personal (en mis horas de aburrimiento, jeje)es que tanto la razón como la "sinrazón" es pura naturaleza, porque nosotros mismos y todo lo que hacemos lo es. SOMOS naturaleza y no podemos pretender mantenernos alejados de ella...
incluso esa actitud está dentro de ella.

Teniendo eso en mente, quizás deberíamos darnos una tregua entre tanto cambio drástico para reflexionar y tener una buena conciencia de especie.